sábado, 19 de noviembre de 2016

9 meses

¡Mi niña!

Escribo esta entrada casi casi sobre la bocina y es que llevamos una semana de no parar. Tanto es así que esta semana no se ha publicado prácticamente nada en el blog y eso que has tenido un montón de progresos. Sin embargo, se nos están acumulando los compromisos: cumpleaños familiares, bodas, terminar tu cuarto de baño, recoger un poco la casa ahora que ya tenemos salón y estudio... Sin contar con lo que te mueves y lo complicado que es que no te metas en algún lío. Todo ello aderezado con electrodomésticos y ordenadores que implosionan están complicando un poco el que el blog esté al día.

Vayamos al meollo del asunto. ¿Qué ha pasado este mes?


Para empezar, te han salido cuatro dientes. ¡Cuatro! La verdad es que no hemos tenido mayor problema que el que vas todo el día con la lengua retorcida dentro de la boca en un gesto super gracioso. Ni culo escocido (¡miento! Hace dos días tuvimos el primer episodio de Culo-Rojo de tu vida y fue muy desagradable, pero no lo achaco a los dientes), ni babeo constante, ni llanto inconsolable. Simplemente un día, noté que me rozabas al mamar y allá que fui yo a meterte los dedos y a explorar, como buena veterinaria que soy (lo siento hija, es lo que te ha tocado). Te han salido los dos incisivos centrales inferiores y lo que parecen dos colmillos (o dos incisivos laterales superiores, no estoy segura). Vamos, que pareces Drácula, mi pequeña desdentada. Cada vez que sonríes me parto de risa al verte, de lo bonita que estás.

Otro gran hito es que ya das pasos hacia delante. Aún agarrada a los sitios, si, pero has pasado de desplazarte como un cangrejo a agarrarte a algo y andar mirando al frente. Cuando estás quieta te sueltas (como pueden dar fe varias amigas con vídeo enviado) y te quedas de pie un buen rato antes de caerte de culo. Cada día lo haces con mayor soltura y es cuestión de tiempo que te sueltes a andar tu sola.

Hasta hace nada gateabas cada vez que querías desplazarte a algún lado. Ahora además, metes el turbo que da gusto. Y vas gritando cuando corres. ¿Cuando sueles ir veloz como el viento? Cuando quieres perseguir a la Perrucha Chucha o quieres seguir a Papá. Es muy divertido verte. Además empiezan a asomar los genes de escaladora de tu tía abuela C.: ya no hay montículo que se te resista ni Chucha plantada en medio. Cierto es que a veces te confías. El otro día escalaste la puerta del lavavajillas y te esmorraste por el otro lado antes de que me diera tiempo a cogerte. 

En la alimentación avanzas a pasos agigantados. Eres más veloz que el ritmo al que publico las entradas de BLW pero chica, así es la vida y así la vamos contando. Retrasados en el tiempo con respecto a la realidad pero es que no me da tiempo a actualizar más a menudo con todos los problemas técnicos que vamos teniendo (te prometo que vamos a dejar Mordor MUY bonita y segura pero chica, ¡lo que está costando!). Te encanta la manzana asada, los boniatos asados, el pollo y la sopa. Adoras la sopa así que es algo que te preparo muy a menudo (principalmente porque has sacado mis genes: yo también amo la sopa por encima de todas las cosas). Si es de mi plato, mejor. Has descubierto también lo tronchante que es darle de comer a la Chucha. Estaría bien si no fuera porque le ofreces algo que tengas en la mano pero no se lo das: la Chucha lo chupa y luego tú pretendes comértelo también. Que la Chucha está sana y tal pero hija, vamos a intentar aprender al menos a ser pelín escrupulosos con ciertas cosas.

Sin embargo, no todo va a ser maravilloso en esta etapa. De una semana a esta parte ODIAS que te cambie el pañal, te vista o te desvista y sobretodo, que te tumbe bocarriba. Así que estamos teniendo nuestras palabras cada vez que hay que cambiarte el culo sucio. Si hay pis, todavía lo solventamos con más o menos dignidad pero como haya caca.... Ahí me veo, sujetándote por los tobillos en alto como si fueras un bacalao mientras tu te empeñas en berrear y darte la vuelta como un sacacorchos. De nada sirven las canciones, los juguetes, los botes de crema o los paquetes de toallitas. ¡Miento! Si te doy una caja de medicamentos de cartón me das 10 segundos de cortesía: los 10 segundos que tardas en morderla y ponerte a mascar cartón como si fueras un tipo duro del lejano oeste mascando tabaco >_<. Todo un descubrimiento, ¡oiga!

Además, empiezas a acusar la ansiedad por separación. Si me pierdes de vista un segundo pueden pasar dos cosas: que estés de buen rollo y me busques por la casa gateando metiendo el turbo o que te pongas a llorar y a gritar y te encuentre con cara de absoluto terror. ¡Si solo fui a hacer pis!

Sigues en una huelga de porteo relativa. Y digo relativa porque la mochila y los fulares siguen siendo lo que consiguen dormirte cuando estás absolutamente pasada de vueltas. Por la mañana seguimos sacando a la Perrucha con la Boba pero sueles ir dando botes. En el día a día cuando no está Papá tengo que colocarte muy a menudo a la espalda si quiero hacer algo y tienes sueño porque si no, imposible. Y así la pasamos: tú durmiendo a lomos de Mamá mientras yo trato de hacer las tareas de la casa y estudiar un poco. Si, estudiar. Otro de los motivos por los que se me está resistiendo, ya no tanto escribir el blog si no arreglar los ordenadores que me permitirían tenerlo más actualizado. 

En el juego también he notado un cambio importante. Empiezas a fijar la atención en los cuentos y si me siento con uno, vienes y emites grititos de felicidad y excitación cada vez que paso las hojas o llego a algún dibujo de esos que te fascinan. También empiezas a manipular con conocimiento de causa, agarras coches con asas y puzzles con pomo, entrechocas piezas de madera y has aprendido a abrir cajones y sacar su contenido. Esto último te mantiene mogollón de entretenida: abres el cajón de los baberos y ¡ale! Todos fuera y luego te entretienes cogiendo las muselinas y agitándolas en el aire mientras vas botando sobre el culo por todo el salón. Las cortinas también ejercen un importante poder de atracción. Te agarras a ellas y a girar. A propósito de las cortinas, ya juegas a 'Cucú tras'. Los grandes clásicos nunca mueren y con este juego también somos capaces de cortar la rabieta cuando hay que quitarte las camisetas para cualquier cosa. 

Te gusta que te cante canciones y me paso el día entre grandes éxitos inventados y canciones que voy recopilando por el youtube y que me aprendo. Sin embargo, reconozco que nada como ponerte el vídeo de la Patita Lulú para calmarte. Lo utilizo poco para que no se gaste pero es el último cartucho de la recámara cuando, por ejemplo, entras en crinos en el coche. También te gustan los vídeos de las canciones del Rey León y allá voy yo, dándolo todo en el coche a ritmo de Hakuna Matata. 

Por las noches, te nos has estropeado un poco, como diría Lucía de Planeando ser padres. No es que duerma mal porque la verdad es que es un lujo eso de poder quedarte hasta tarde por las mañanas pero tus cuatro o cinco tomas ya no son tranquilas. Cuando eras más pequeña, pedías, te enchufaba teta sin que te llegaras a despertar y te quedabas dormida con el pezón en la boca. Ahora pides, te levantas como un zombie de su tumba, gateas lloriqueante por la cama (completamente sonámbula) y yo te tengo que pescar, reacomodar, intentar tumbarte, tumbarme yo, volverte a dar la vuelta porque has hecho el sacacorchos, acercarte la teta, sujetarte la otra mano porque sintonizas (¡NOOOOO!) y tu te amorras a la teta, haces tu toma y te vuelves a largar haciendo el sacacorchos y arreando patadas y manotazos a diestro y siniestro. Bendita psicomotricidad ¬_¬. Que tú no te llegas a despertar pero yo me desvelo cosa mala. Pese a todo esto, seguimos haciendo colecho porque, sinceramente, a mi me es más cómodo (entradas pendientes del tema tengo también).

Y hasta aquí hemos llegado. Tus grandes progresos en este mes han sido muchos y variados y algo me dice que esto no ha hecho nada más que empezar. Sigues balbuceando sílabas inconexas pero ya me llamas (mamamamamamamama) cuando quieres algo conmigo. Y yo me derrito aunque todavía lo usas solamente como precursor a una rabieta o cuando estás mega ñoña y tontorrona y quieres dormir. 

¿Cómo van vuestros peques? ¿Recordáis cual fue el mes en el que notasteis un salto importante en sus habilidades?




7 comentarios:

  1. Qué espabilada está ya la peque!y ya 4 dientecitos, me encantan los bebés cuando sonríen con sus primeros dientecillos, parecen mostrarlos la mar de orgullosos. Seguid disfrutando mucho, esta semana te eché de menos, ya nos irás contando, se pone la cosa cada vez mas interesante, yo también tengo mucho que contar.
    Por cierto... ¿Qué andas estudiando?

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    1. Está muy orgullosa de sus dientes. Lo malo es que a veces no controla y se muerde xDDDD. Esta semana es que ha estado complicada, a ver si programo los post de la semana que viene y te cuento ;). Pero al ritmo que voy, a lo mejor también desaparezco :/

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  2. Madre mía cómo avanzan! Pá comérsela!

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    1. Está simplemente preciosa! Y tan orgullosa y feliz. Sobretodo es la sensación esa: de tener una niña feliz ^_^

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  3. Ya te echaba de menos, 😜. La peque tiene que estar preciosa! Deseando que estén las entradas del colecho; mi enano (3,5 meses) me tiene frita, solo quiere dormir conmigo y es muy difícil que podamos estar los tres en la cama.

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    1. Está estupenda ^_^. A ver si me da tiempo a darles forma a las entradas del colecho que están divertidas. Es un tema que tengo ahí pendiente de tratar. Te anticipo que a mi me pasaba como a ti al principio (3 en la cama de 135cm). Ahora en Mordor, con una cama enorme, doy fe de que el colecho MOLA.

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