Para cuando se publique esta entrada
probablemente yo ya haya vuelto o esté en camino de regresar a
Madrid. El caso es que me apetecía dejar constancia de lo que han
significado estos cinco primeros días desde la perspectiva de la
veterinaria oficial, de la Hobbita profesional, la madre a distancia.
Y la realidad es que me he sentido
liberada.
He estado en un pueblo cercano a la
costa, pegadito a la montaña, donde todos mis compañeros han sido
cercanos y amables. Me han ayudado en todo lo ayudable, me han guiado
y me han dejado preparada para la que será la segunda sustitución,
que ya la haré sola en un pueblo pequeño montaña.
Una vez fuera del trabajo, solo he
tenido que ocuparme de una cosa: yo. Los primeros días dormí, vi
series y leí mucho. También escribí para el blog. El cuarto día,
hice turismo, visité las cuevas de san José y un pequeño poblado
íbero que hay junto a dichas cuevas. Y el quinto me marché.