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viernes, 12 de junio de 2015

Bizcochito instantáneo de pera y almendra



Esta receta es una adaptación de los famosos Mug-cakes que prepara Sonia, del blog 'A la rica dieta'. Ella orienta sus recetas hacia el fitness y la dieta paleo que no es lo que buscamos aquí pero la verdad es que ha hecho un trabajo estupendo experimentando con harinas alternativas al trigo y leches vegetales varias. 

Para esta dieta yo tengo que eliminar además los azúcares añadidos para evitar en lo posible los picos de glucosa así que mi tuneo se orienta a utilizar frutas bien maduras. Una fruta madura tiene una mayor concentración de azúcar, es cierto, pero es un azúcar 'mejor' dietéticamente hablando que un par de cucharadas de azúcar refinado. En este caso utilicé una pera de conferencia que era pura agua. 

Este bizcocho presenta una ventaja estupenda: se hace rapidísimo, lo que se tarda en batir la mezcla (con una batidora de mano normal) y 3 minutos al microondas. 

Tened en cuenta que es un bizcocho húmedo que tiene que comerse al momento. Tened en cuenta también que es un bizcocho preparado con harinas alternativas con lo que la textura cambia. Y tampoco lleva azúcar, con lo que nada de utilizarme frutas verdes. Si no tenéis fruta madura y dulce, aparcad el mugcake para cuando os salude una pieza medio pocha al fondo del frutero.


viernes, 5 de junio de 2015

Crema de calabacín y nabo



Hace una semana, armada con mi lista de alimentos permitidos y prohibidos, acudí a la frutería de mi barrio, un lugar peculiar en si mismo. Es como un pequeño teatro con su cajera borde que en realidad no es borde (de hecho creo que tiene un corazón tierno y todo pero que estar rodeada de tanta cebolla no puede ser bueno), su reponedor argentino y dicharachero que increpa a las señoras para que no le palpen la fruta y ellas se marchan creyendo que las han piropeado, sus hojas lacias de acelgas, sus aspersores que te riegan a traición.... Total, que ahí estaba yo y empecé a echar cosas en la cesta para empezar con mis experimentos culinarios. 

A unos buenos calabacines se les unieron unos nabos y unos puerros y con ellos he preparado una receta brutal en la que no tenía demasiadas esperanzas. Nos ha dado para comer dos buenos cuencos que hemos completado con dados de pollo a la plancha. 

Es una comida completa, apta para dietas bajas en histamina, celíacos e intolerantes a la lactosa. Es ligera, por lo que sirve también para una buena dieta aunque para hacerla 100% ligth habría que cambiar la leche de coco por una leche desnatada o una leche vegetal tipo soja.

Aquí os dejo la receta.


jueves, 28 de mayo de 2015

Leche de almendras casera



Las leches vegetales del supermercado están muy bien, muy completas, enriquecidas con calcio y minerales y vitaminas y.... azúcar! Además son caras por lo que estoy probando a hacerme las leches en casa, totalmente caseras y sin aditivos. 

Yo ya había preparado horchata hace tiempo. La horchata no deja de ser otra leche vegetal, sencilla de hacer y queda muy buena cuando la haces casera (no soporto la del brick) así que me lié el delantal a la cintura y manos a la obra. 

Tras mi éxito con la leche de coco (que quedó muy buena pero que no me valía para tomar un vaso de leche para desayunar por la textura tan grasa que deja) me decidí por la leche de almendras que es la única leche vegetal comercial que he tolerado (y por tolerancia me refiero a mis papilas gustativas). El resultado ha sido excelente por lo que os dejo aquí la receta.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Leche de coco casera




Al retirar de la dieta los lácteos he tenido que buscar alternativas para sustituir a la leche y sus derivados tipo nata. Hasta el momento, las leches comerciales de soja, avena, arroz, etc, me resultan bastante vomitivas. Ni me gusta su textura ni su sabor. La de almendras me gusta mucho pero lleva azúcar añadido por lo que está vetada para esta primera fase de mi dieta anti-migraña. 

Una buena amiga deportista que tuvo que abandonar también los lácteos me recomendó preparar leches vegetales caseras. Me he iniciado con la leche de coco que me juró y perjuró que era la más parecida a la leche de vaca. 

Tras el experimento constato varias cosas:

La primera es que me encanta la leche de coco como ingrediente para cocinar. Ha resultado ser una estupenda alternativa a la nata en mis preparaciones habituales de pollo y salsas de pasta (que ahora son salsas para arroz :p)

La segunda es que como sustitutivo de la leche.... ¡Ngá! El café (descafeinado, recordad que los estimulantes están prohibidos) sabía extraño y demasiado graso para mi gusto y sola me pasaba lo mismo: un trago bien pero más no. 

La tercera: no es para unas prisas. Las leches vegetales no son especialmente complicadas de hacer pero requieren de su preparación del campo de trabajo y un buen montón de herramientas. 

La última pero no por ello menos importante: NO la guardéis en botellas bajo ningún concepto. La Hobbita, en su hobbitez más absoluta lo hizo y tras una noche en la nevera, la leche se decantó en dos capas, una blanca (el coco) y otra transparente (el agua). El coco solidificó y no había forma de sacar la leche ni de agitarla para que se mezclaran las dos capas. Tuve que utilizar un palillo chino para atravesar la capa solidificada y poder empezar a mezclar las capas. Así que apuntad el siguiente Consejo Hobbito: esta leche se guarda en tarros de boca ancha para poder meter una cuchara y darle vueltas antes de utilizarlo. Dixit!