Al retirar de la dieta los lácteos he tenido que buscar alternativas para sustituir a la leche y sus derivados tipo nata. Hasta el momento, las leches comerciales de soja, avena, arroz, etc, me resultan bastante vomitivas. Ni me gusta su textura ni su sabor. La de almendras me gusta mucho pero lleva azúcar añadido por lo que está vetada para esta primera fase de mi dieta anti-migraña.
Una buena amiga deportista que tuvo que abandonar también los lácteos me recomendó preparar leches vegetales caseras. Me he iniciado con la leche de coco que me juró y perjuró que era la más parecida a la leche de vaca.
Tras el experimento constato varias cosas:
La primera es que me encanta la leche de coco como ingrediente para cocinar. Ha resultado ser una estupenda alternativa a la nata en mis preparaciones habituales de pollo y salsas de pasta (que ahora son salsas para arroz :p)
La segunda es que como sustitutivo de la leche.... ¡Ngá! El café (descafeinado, recordad que los estimulantes están prohibidos) sabía extraño y demasiado graso para mi gusto y sola me pasaba lo mismo: un trago bien pero más no.
La tercera: no es para unas prisas. Las leches vegetales no son especialmente complicadas de hacer pero requieren de su preparación del campo de trabajo y un buen montón de herramientas.
La última pero no por ello menos importante: NO la guardéis en botellas bajo ningún concepto. La Hobbita, en su hobbitez más absoluta lo hizo y tras una noche en la nevera, la leche se decantó en dos capas, una blanca (el coco) y otra transparente (el agua). El coco solidificó y no había forma de sacar la leche ni de agitarla para que se mezclaran las dos capas. Tuve que utilizar un palillo chino para atravesar la capa solidificada y poder empezar a mezclar las capas. Así que apuntad el siguiente Consejo Hobbito: esta leche se guarda en tarros de boca ancha para poder meter una cuchara y darle vueltas antes de utilizarlo. Dixit!
- Ingredientes y herramientas (para 1 litro de leche de coco se necesitan más herramientas que ingredientes)
- Medio coco natural
- 3 o 4 vasos de agua caliente
- Un trapo de malla fina (yo utilizo éstos de Ikea, que eran los que utilizaba también para hacer pan casero)
- Un sacacorchos
- Un martillo (o si no encuentras en casa uno, en tu hobbitez más absoluta puedes utilizar una pesa de 2 kg y al primo de tu consorte para reventar el coco)
- Una batidora con fuerza
- Una bandeja metálica para separar la harina
- Preparación:
Con el sacacorchos hacemos dos agujeros en el coco y sacamos el agua dejándolo boca abajo un rato en un bol. Mientras se vacía puedes echarte tranquilamente una partida a las cartas.
Una vez vacío de agua, aporreas el coco con firmeza hasta que se agriete. Separas una de las dos mitades para hacer la leche y la otra mitad la puedes guardar en la nevera e irla comiendo como tentempié.
Del medio coco escogido sacaremos la carne. Yo no me molesto en pelarla porque me parece que se pierde mucho tiempo y el resultado es igual de bueno que si no lo haces. Pelar un coco no es divertido.
A continuación ponemos la carne en la batidora con su peso en agua caliente y batimos con alegría hasta que quede una masa.
En un bol dispondremos un colador de malla fina y la tela. Echamos la masa obtenida con la batidora y apretamos bien para dejar salir el líquido de la malla al colador y del colador al bol. Una vez escurrida devolvemos la pulpa a la batidora y añadimos otro vaso de agua caliente. Repetimos el procedimiento hasta acabar con los tres o cuatro vasos de agua (según el tamaño del coco y tus propios gustos de dilución de la leche)
En el bol tenemos la leche que trasvasaremos a un tarro de boca ancha (recordad, no uséis botellas para esta leche, palabra de hobbita que cuando hay hambre se pasa mal discurriendo como hacer líquido algo sólido recién salido de la nevera en una flamante botella de cristal).
Se conserva una semana en la nevera. Se supone que se puede congelar pero yo no he probado sus características organolépticas post-congelación (¡toma ya! ¡Que se note que tengo estudios en tecnología de los aliementos!)
La pulpa sobrante no la tiréis. La dispondremos sobre una bandeja metálica (yo uso un molde guarreras del Ikea) y la dejaremos tostar al sol. Yo la saqué al solete por la mañana, recé para que ninguna paloma se cagara encima ni hiciera mucho viento y la recogí por la noche ya deshidratada.. Mi amiga fitness dice que si no tienes sol, la puedes meter en el horno a 50ºC durante 20 minutos y el resultado es el mismo: harina de coco lista para utilizar en las más variadas preparaciones. Yo aún no me he metido con recetas reposteras pero ella tiene una buena lista de bizcochitos, mug-cakes y tortitas paleo preparados con harinas alternativas al trigo que dice que están de muerte. Echadles un vistazo si queréis.
Uy uy uy qué complicación, yo he hecho en casa la de almendras y la de avena, con la thermomix. De todos modos a mí me suelen gustar mucho las que compro, la de almendras de Aldi, por ejemplo, no lleva azúcar añadido. Un beso.
ResponderEliminarCon la thermomix la hago yo ^_^. Las compradas el problema que tengo es que son demasiado caras para mi economía así que de vez en cuando, las sigo haciendo yo en casa ^_^
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