sábado, 16 de mayo de 2015

La dieta antimigraña


Mi formación como veterinaria hace que me haya informado mucho, muchísimo antes de iniciar cualquier experiencia sobre mi propio cuerpo. Mi condición humana me predispone para intentar probar cualquier artículo milagroso que prometa acabar con el dolor. Este experimento es uno de los últimos cartuchos que me quedan, así que tendré que encontrar un equilibrio entre mi espíritu científico y crítico y mi parte emocional que busca el milagro de la cura. 

Recientes estudios nos hablan del déficit de DAO como una posible causa de las migrañas. Desgraciadamente no puedo afirmar ni desmentir que estos estudios sean correctos ya que, por el momento, el único estudio que he podido encontrar sobre el tema lo ha realizado la empresa que comercializa los productos que, en principio, ayudan frente a esta patología. A partir de ahí que cada uno saque sus propias conclusiones.

Dicho esto, he de reconocer que la famosa lista de alimentos que te dan los neurólogos en consulta, contiene bastantes de los ingredientes prohibidos por los nutricionistas que están poniendo en marcha estas dietas bajas en histamina.

Por otro lado tengo un par de colegas que por circunstancias dispares tuvieron que empezar a hacer una dieta libre de gluten, en uno de los casos, y libre de gluten y lactosa, en el otro. En ambos casos mejoraron de sus patologías pero además hubo una alteración colateral: sus migrañas empezaron a presentarse con muchísima menos frecuencia e intensidad. Es obvio que dos casos no dan lugar a una casuística ni permiten extraer conclusiones pero esto no es un ensayo clínico. Llamémoslo un experimento privado.

Por todo esto, voy a probar una dieta que restringe muchos alimentos para, cuando hayan pasado un par de meses, si todo funciona como debiera, ir añadiendo grupos de alimentos (o quedarme como estoy si finalmente lo decido). En veterinaria lo llamamos dieta de eliminación y en humana no tengo ni idea de como lo llaman pero como yo soy un poco borrica, lo dejaremos así.

El primer problema con el que me he encontrado es lograr que la comida sepa rica y sabrosona, como a mi me gusta. Me encanta cocinar y estoy logrando solventar poco a poco estos problemas pero al tener que cambiar radicalmente la forma de cocinar los alimentos he tenido algún que otro pinchazo dietético (esas ricas gachas de avena con leche de arroz que sabían a ensilado de vaca son la prueba de ello. Sic!). Iré colgando las recetas que me vayan saliendo bien para que no tengáis que pasar por una experiencia tan traumática como mi desayuno del martes.Es un sacrificio importante en pro de la humanidad. 

La imagen es de aquí



El segundo problema que me encuentro, y que habréis encontrado reflejado en cientos de blogs de celiacos, es el precio de ciertos productos. 7€ por un paquete de 500g de quinoa,

El tercer problema, también común a celiacos, la contaminación cruzada. Afortunadamente, al no ser yo celíaca, tengo la convicción (humana) de que realmente no afectará a mis migrañas unas pequeñas trazas de... Vamos, que este punto lo voy a relajar porque si no, no viviría más que para leer etiquetas ya que maíz, avena y arroz que 'puede contener trazas de gluten'. Afortunadamente ahí está mercadona (si nos fiamos de su etiquetado) que deja a golpe de vista si sus productos llevan o no gluten. Si mejoro, estupendo y si no, pues nos volveremos más estrictos.




El último problema será futuro. Si logro por fin el embarazo, ¿esta dieta será balanceada para mantenernos a mi y al bebé? Tengo mis dudas. No obstante ahí estuve un año largo haciendo cálculos y más cálculos para lograr que una vaca de alta producción de leche mantuviera una gestación, la producción de leche y además, como era novilla, tenía que completar el crecimiento. Mi vaca virtual arruinó varias veces al ganadero (y murió otras tantas) antes de dar con la fórmula perfecta. Resumiendo: que tengo muy presente la importancia de la alimentación para llevar a término un embarazo exitoso.

La foto es de aquí


Así que ésta es la idea: dieta de eliminación con los productos a priori problemáticos y comprobar como responde el cuerpo (y la cabeza). Si funciona, en dos meses empezaremos a notar algún resultado.

4 comentarios:

  1. Tengo una entrada en el tintero sobre este tema, quizás te interese mi experiencia como migrañosa :p.

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    1. Si que me interesa si. Yo tengo un post escrito y programado de las migrañas durante el embarazo, cuando los medicamentos estan prohibidos U_U.

      Eso si, este post es antiguo, al final me hice las pruebas y nada: tengo una super enzima.

      Eso si, el embarazo, al tener otra influencia hormonal ha hecho que se presenten los dolores con un patrón muy curioso que estoy analizando. Si sale concluyente lo terminaré publicando :)

      Un abrazo :)

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  2. Voy a seguir mirando en tu blog, y si tienes más cositas sobre la dieta se lo pasaré a un compañero que tiene serios problemas con las migrañas, aunque en su caso no habrá embarazo.

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    1. Al final en mi caso creo que son 100% hormonales. Con el legrado se descontrolaron y con el embarazo han desaparecido o, cuando aparece alguna, es muchísimo más corta y leve de intensidad. Sin embargo tengo muchos conocidos a los que el control dietético les va de maravilla.

      Un abrazo :)

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