Llevamos 10 días como bipadres en esta casa hobbita de bien y ya hemos tenido nuestros primeros problemas. El principal ha sido de engranaje de la pareja. Por un lado, el Mozo me reconoce que no está acostumbrado a hacer nada de la casa y que aún le cuesta darse cuenta de lo que hay que hacer (¬_¬). Por otro lado, a mi me dio un baile hormonal importante en la primera semana y lo único que me apetecía era arrancarle la cabeza. Así, de buen rollo y sin anestesia (:$).
Lo bueno es que somos una pareja que, otra cosa no, pero hablar hablamos así que ya hemos tomado algunas medidas importantes para no enloquecer en Mordor. Para empezar, hemos cogido a la asistenta dos veces en semana, a ver si así sale el atasco de tareas adelante. También estoy haciendo importantes esfuerzos por relajarme, tomar distancia y no hablarle a gritos aunque ello suponga tardar hora y media en despertarle, que la niña no cene hasta las 23h y que mis tardes pasen entre estertores de hambre y sed porque viandas y bebidas tardan eones en salir por la puerta de la cocina. Por otro, hemos aprovechado para hacer pequeñas reformitas que eran de vital importancia para lograr acoplar el baño a dos bebés.