Los opinólogos acechan: ¿porqué no le das de comer ya?

Hace un par de semanas estuvimos en una barbacoa con amigos. Habi ya cumplía todos los requisitos para empezar con el BLW excepto uno: tener los seis meses cumplidos. Mi niña ya se sentaba, mostraba interés por la comida y el reflejo de extrusión andaba ahí, ahí. El Mozo y yo ya habíamos hablado de como iba a ser su primera comida, le habíamos comprado una trona la semana anterior y habíamos decidido empezar con la patata al vapor, que es una comida que hacemos mucho y que es muy socorrida para entretener a la peque mientras comíamos. Pero entonces llegó la barbacoa.



Nuestros amigos son muy majos pero solo dos parejas tienen hijos. Los Papis Recientes son más de mi filosofía pero estaban de vacaciones así que no fueron y los otros papis son más tradicionales y cumplen con los estándares de la sociedad así que poco les pueden decir. Ellos se sentaron con su peque un rato antes de que estuviera lista la mesa y le dieron su puré de verdura que el peque se comió divinamente y después se echó a dormir, muy ceporro él.

Habi tardó un poco más pero también se quedó dormida al lado de su amiguito y pudimos empezar a comer. Sin embargo, entre los chorizos y el chuletón, decidió que era el  momento perfecto para despertarse berreando. Pobrecita. creo que se dio un buen susto al no vernos a su lado al abrir los ojos. Así que la cogimos y tratamos de comer con ella encima. Y si antes ya era complicado, con un bebé que se despierta al mundo y lanza la mano hacia todo lo que se le pone a tiro, se complica mucho más. Y empezó la 'burla':

- Dadle algo, para que se entretenga

- No, es que aún no tiene los 6 meses

- Pues T y Q (los otros padres,que prudentemente no habían abierto la boca) le dan comida desde los 4 meses.

- Bueno, pero nosotros vamos a empezar a los 6 y hasta entonces, solo teta.

- ¿Vais a hacer como los Papis Recientes, eso de los trozos?

- Si

- Pues dale un trozo de algo

- Es una barbacoa, no puede comer nada de aquí y además, es peligroso.

- Toma, dale panceta.

Y, sin más, le tiraron delante un trozo de panceta (preparado sin sal, eso si, que se note que habían respetado nuestra filosofía). Trozo sobre el que mi niña de 5 meses y medio se abalanzó. ¡Lo que costó quitárselo, oiga! Que primero: ni que sea un mono para andar tirándole comida. Y segundo: ¿panceta? ¿En serio?

Total, que viendo que aquello se nos escapaba de las manos y que mis colegas estaban cada vez más incontrolables (quiero pensar que por culpa de la cervea), el Mozo y yo dimos por empezado oficialmente el BLW ofreciendo una patata asada.

Se lo pasó muy bien haciendo como que era plastilina. Nos puso perdidos. Ella disfrutó. Y lo más importante, las miradas, pullas y conversaciones se desplazaron hacia otro lado de la mesa.

Sin embargo, me quedó un mal sabor de boca con el asunto. Porque nosotros queríamos que su primera comida fuera de otra manera, más controlada y yo reconozco que con los trozos sigo hiperventilando. Porque no me gusta sentirme juzgada. Ya soy lo bastante extravagante de por si como para que encima sienta que mi hija es un mono de feria más.

Además, esa barbacoa dio para muchas cosas que no me gustan: flotadores para bebés (que miedo me dan), salir a la piscina a las 12h del medio día (ahí estaba yo, la Hobbita vampira buscando sombra como una loca), comparar niños (como lo odio)