Cosas de Habichuelas: el Pressing Catch

Mi dulce monito retozón se ha convertido en una bestia parda de manual. La huelga de cambiador está alcanzando límites insospechados. Y es que Habi, lo del cambio de pañal lo lleva reguleras.

No es una niña que se ponga farruca, venga a chillar y a gritar como si la estuviéramos matando, no me entendáis mal. Salvo en un par de ocasiones en los que brotó dermatitis del pañal por la zona, con las molestias que ello conlleva, nuestro problema no es que entre en modo Drama Queen. No.

Yo levanto a mi pequeña Habi cagona, le explico con dulzura que vamos a cambiar ese culo sucio y me la llevo al cambiador. La tumbo con suavidad y todo son flores y unicornios rosas. Ella me mira embelesada cual anuncio de Dodot y entonces....

¡Ardilla!

¡Un cepillo del pelo molón!

Se lo doy.

Lo mira, lo remira, lo vuelve a mirar. Y lo lanza por los aires. ¡PLACA! ¡A la bañera!

Se gira. La giro. Se gira. La giro. Se gira. La placo. Se pone a dar vueltas como un cocodrilo de la sabana que acaba de pescar un ñu.

Bien. Ya tenemos a Habi a cuatro patas con el culo al aire. Con un poco de suerte no hay caca. Desgraciadamente Murphy suele estar del lado de la mantequilla... o de la plasta. Es lo que hay. Mientras intento limpiarla como puedo, Habi decide irse gateando y meterse en el lavabo. Ante el peligro de rotura de crisma y el consiguiente problema para que esta niña me estudie, la vuelvo a coger y, con un elegante movimiento digno del mejor cinturón negro de judo, me marco un ipon como una catedral y Habi acaba de nuevo bocarriba en el cambiador.

Que con los desechables cambiaría de pie (aunque suele quedar un churro de pañal) pero con la tela hacer eso es un epic fail de los que marcan historia (minipunto para el desechable). El pañal de tela hay que colocarlo bien para minimizar el riesgo de fugas.

Con Habi de nuevo tumbada, la Hobbita aquí presente busca desesperadamente un objeto con qué entretenerla. ¡Mierda! Ha sido más rápida. Con un rápido movimiento de piernas arriba y balanceo, Habi está colgada de la cortina de la ducha cual si fuera una liana. ¡Malditos colores! Bueno, parece entretenida. Lástima que haya cortina por todas partes y no sepa donde está la cabeza y dónde está el culo. Apartando cortina, tirando de una pata y de la otra, por fin logro medio ajustar el pañal. Espero que no fugue >_<.

Me giro a buscar el body.

¡Rrrrrrrrrack!

Habi ha descubierto el fascinante mundo del velcro. >_<. ¡Nooooooooo! (minipunto para el desechable y para el pañal de tela con snaps).

Hobbita se gira. Placa niña. Pega velcro. Sienta niña. Body por la cabeza. ¡Qué explicar lo que vas a hacer ni que hostias! ¡Rápido! ¡Rápido! ¡Canta una canción! ¡Cucu trás! Habichuela sorprendida pero con el body puesto y los velcros tapados. Se pone de pie y me abraza (¡ooooooh!). Se que es una vil maniobra de distracción pero me encanta y me regodeo hasta que... ¡Tirón de pelo! ¡Manotazo! ¡Palmeo, palmeo, palmeo!

Abrocho body de pie (seguro que pongo mal los botones pero a estas alturas, me la pela). Tumbo niña. Leotardo/calcetines. Pantalón. Habi hace la peonza. El pantalón se pone con la niña sentada. Pon camiseta.... Y a correr.

Acabo sudando como en un rin cualquiera de lucha libre. Jadeante. Culo limpio. Prueba... ¿superada?

¿Como fueron los cambios de pañal con vuestros retoños a partir del año? ¿Por qué nadie nos cuenta estas cosas? ¡Si dan para mantener una conversación de sobremesa de unas 4 horas!