Tras la primera sustitución, de cinco días, cogí el coche para volver a casa con una teta a puntico de explotar y muchas ganas de ver a mis peques. Y con una puntita de susto: ¿se cogerá bien la Pulga a la teta? ¿Me habré cargado la lactancia por venirme a hacer un trabajo de apenas 5 días?
La respuesta es que si. Se enganchó bien. Mis miedos eran infundados y ahora en la segunda sustitución no tengo dudas al respecto: lactancia perfectamente instaurada y niñas muy amantes de la teta.
Porque no solo la Pulga se reenganchó. Habi también se agarró con alegría.
Nada más llegar, Habi salió corriendo del regazo de su papá y me dio un superabrazo. No me soltaba, mi niña grande, riendo y enterrada su naricita en mi cuello. No sabéis lo gratificante que fue semejante abrazo, esa muestra tan sincera, espontánea y necesitada de amor. Y su risa. Contagiosa, que tampoco me podía parar de reír yo.
Y a continuación:
- ¡TETA!
Y a engancharse con alegría y regocijo.
La Pulga me miraba también sonriente pero sin alterarse (¡bien!). También tomó teta y me sentí bien al dársela (¡super bien!).
En definitiva: volví renovada y me recibieron de muy buen rollo. Maravilloso.
Los abuelos se marcharon para dejarnos tiempo en familia (y porque yo creo que estaban los pobres ya un poquito hartos) y estuvimos fenomenal.
Sin embargo, llegó el día siguiente y yo decidí (en realidad ya lo había decidido antes, durante mi retiro) que había que cambiar una serie de cosas en casa.
Y es que me ha gustado mucho trabajar. En buenas condiciones de horario y sueldo. Es obvio que esas condiciones no las voy a conseguir en Madrid en un periodo corto de tiempo así que voy a currármelo para conseguir, al menos, buenas condiciones horarias. Y he concluido que eso se consigue mediante oposición. Por lo tanto, este es mi primer propósito de apertura de curso: sacarme unas oposiciones.
Lo que pasa es que hay que entender la realidad a la que me enfrento. Me encantaría ser veterinaria oficial pero hay que asumir que una oposición del grupo A1, actualmente, no es para mi. No tengo la cabeza centrada ni el tiempo que requiere y lo único que conseguiría sería frustrarme. Hay que plantearse objetivos realistas y yo ahora mismo no estoy en situación de enfrentarme a semejante oposición. Además, viendo lo visto, en el caso de sacar plaza, mi destino iba a ser en un pueblo similar a los que estoy haciendo ahora mismo. Pueblos que están geniales pero que no tienen hospital ni colegio. Pueblos que se quedan incomunicados por la nieve en invierno, en plena montaña. Son lugares geniales para perderse y reencontrarse a uno mismo y siempre les voy a estar agradecida por haberse cruzado en mi camino justo en este momento personal pero, sinceramente, no son lugares en los que estar con niños pequeños. Eso sin contar con las circunstancias laborales del Mozo. Por lo tanto, oposiciones de veterinaria quedan, por el momento, descartadas.
Sin embargo, he visto la luz. De momento se supone que me quedo en bolsa aquí así que por ese lado, estoy cubierta. Lo que voy a hacer ahora es hacer una oposición más sencilla. Refiriéndome a que el temario sea abarcable en mis circunstancias actuales. Me he apuntado a oposiciones de auxiliar administrativo porque no considero descabellado poder prepararme su temario. El handicap es que, al ser oposiciones del grupo más bajo, es donde se presentan más aspirantes por lo que el ratio plazas/aspirantes es mucho peor que en unas de veterinaria (donde a lo mejor hay 34 plazas para 500 aspirantes, un ratio muy bueno). Mi objetivo inicial es entrar en bolsa o lo que es lo mismo: simplemente aprobar. Veo súper difícil sacar plaza en una primera convocatoria pero se que es cuestión de tiempo. No obstante, vengo de familia de funcionarios y se que es cuestión de planteárselo como una carrera de fondo. Mi padre era dibujante funcionario, mi madre (felizmente recién jubilada) era directora de administración de la SS y a falta de una tenía dos oposiciones, el novio de mi madre (también felizmente recién jubilado) era jefe de área, mi tía se acaba de sacar unas de, precisamente, auxiliar administrativo... Vamos, que he visto de que va la vaina.
Lo que he estado haciendo desde que volví de la primera sustitución, es marcharme de casa en cuanto llega el Mozo y aposentar mi culo en una cafetería con mis apuntes y mi portátil. Una vez allí, estudio 2 o 3 horas y luego me doy un paseo con mi amiga C. para despejarme antes de volver a casa. Esto me da tiempo personal de desconexión, recarga de pilas y la sensación de hacer algo para cambiar mis circunstancias.
Este es mi nuevo objetivo laboral. Elijo opositar y elijo hacerlo a un cuerpo C2 porque por un lado necesito trabajar pero no en cualquier lado y a cualquier precio. Podría reengancharme a la clínica veterinaria pero no es lo que quiero. No solo por las niñas si no porque he visto el percal y no quiero volver a vivir esas condiciones laborales. Podría intentar unas oposiciones de veterinaria pero acabaría demasiado desquiciada (cantidad de temario desorbitada, exámenes que no se sabe muy bien cuando se convocan, preparadores caros, muchísimas papeletas para acabar fuera de Madrid...). Actualmente busco un horario majo (que me lo da el funcionariado) que me permita conciliar. El sueldo no me va a sacar de pobre pero, efectivamente, no lo hago por dinero (yo ya tengo mi independencia económica cubierta gracias a Hobbiton y Mordor). Lo hago por satisfacción personal.
Hablaba el otro día con Soñadora sobre las vueltas que da la vida. Con Habi aterricé en una maternidad tras una etapa laboral chunga, pensando que la casa se me caería encima. Y curiosamente, esa maternidad me enseñó una faceta propia que me encantó. Disfruté cada segundo de esa maternidad. Con la Pulga es que ni me plantee una maternidad diferente. Me había entusiasmado ser madre 24/7. ¡Pues toma! Jajaja. Justo con ella, en el momento más asfixiante, llegó este trabajo y con él el aire fresco.
Así que, es curioso. Lo bueno es que yo me adapto (con más o menos rapidez) y no me parece mal cambiar de principios según vayan pasando cosas en la vida. ¿Ahora me apetece ser madre trabajadora? Pues lo soy. ¿Ahora no me apetece? Pues me quedo en casa. Se la suerte que tengo y, precisamente por eso, voy a aprovecharla para mejorar. Que seguiré reflexionando y dándole vueltas al coco porque, reconozcamoslo, soy de neurona inquieta, pero esa es parte de la sal de la vida, ¿no?
Por lo tanto, deseadme suerte para que mi vuelta de esta segunda (y de momento última) sustitución sea buena y salga de todo esto algo todavía mejor. Y contadme un poco como es vuestra situación materno-laboral (toma término). ¿Conseguís la ansiada conciliación? ¿Alguna se ha sacado oposición con dos bebés en casa?