jueves, 23 de agosto de 2018

Tratar igual a los hijos

A raíz de un comentario anónimo que me hicieron unas cuantas entradas atrás, estuve reflexionando acerca de un tema que me parece importante cuando nos embarcamos en la bimaternidad: el trato a los diferentes hijos. 

El comentario anónimo fue el siguiente:

"Pues respeto tu decisión pero no la comparto. Le has dado a Habi teta un montón de tiempo, a mi me parcía mucho; has estado dando teta a las dos, yo me sentiría vaca lechera y ahora por una sustitución que te ha salido, mandas todos tus principios a "la porra" y le metes purés y leche de fórmula".

Aunque varias lectoras salieron en mi defensa, no creo que fuera un comentario realizado con mala fe y si creo que será una opinión que compartirán algunos lectores del blog. El caso es que, fuera por lo que fuera me hizo reflexionar largo y tendido sobre el asunto del trato a los hijos. Y reflexionar me hace bien, me mantiene el cerebro activo (por lo tanto, tengo que agradecer el comentario a su autor/a por permitirme pensar en ello).

Por otro lado, las respuestas al comentario me hicieron pensar sobre otro gran mandato: el foco sobre la culpabilidad materna.

Y ya por último, el derecho de la mujer a trabajar cuando, como y donde quiera/pueda. 

Vamos, que el post va a ir cargadito de ideas.


Empecemos por el trato igualitario. Yo soy hija única por lo que a mi nunca se me ha planteado este problema acerca de si se me trata o no igual que a un hermano. Sin embargo, el Novio de mi madre tiene dos hijos y si es un resquemor que se nota que existe entre los hermanos. La eterna cuestión sobre si existe o no el favorito. 

Sobre el papel siempre se nos dice que no, que no existe un hijo favorito. Ahora que soy bimadre puedo decir que, efectivamente, no hay hijo favorito pero si hay sentimientos muy diferentes hacia uno y otro hijo (no se si motivado por la depresión postparto o si, efectivamente, os pasa a todas las multimadres). Y además no estoy a favor del trato igualitario. Maticemos. 

En lo puramente material y cierto tipo de temas, si que creo que el trato debe ser lo más igualitario posible. Es decir, si yo no tengo pasta para llevar a los niños al cole privado Chipirifláutico, pues no la tengo. Si tengo pasta para llevar a uno pero a otro no, ninguno irá al cole Chipirifláutico y punto. Y de nuevo, maticemos. Si alguna de mis hijas tuviera en algún momento de su vida alguna necesidad especial (una deficiencia física, psíquica o sensorial, por ejemplo), por supuesto que invertiría en darle apoyo en el área necesaria solo a esa hija y no a la otra. Yo creo que se entiende el matiz.

En el trato personal, creo que cada individuo, por el mero hecho de serlo, tiene unas necesidades diferentes a otro. Y en el caso de los hijos se cumple la regla. Por lo tanto, yo estimo oportuno intentar adaptarse a cada hijo y dar a cada uno lo que necesita en cada momento en el plano personal, material o emocional. Mis hijas no son muy distintas de momento pero mi situación personal si lo es por lo que debo adaptarme a lo que cada una requiere en un momento dado. Además, están en diferentes puntos de desarrollo y lo que Habi necesita es diferente a lo que requiere la Pulga. Por lo tanto, a cada una, lo suyo.

Sin embargo, volvamos a lo que ocupaba el tema del comentario: lactancia materna prolongada a una si y a otra no. Presencia continua de mamá a una si y a otra no. BLW puro a una si y a otra no.

Yendo por partes. Lo primero es que ambas siguen con lactancia materna aun cuando me he marchado a las sustituciones. La Pulga tuvo banco de leche materna a expuertas en la primera y tiene ahora en la segunda. Entonces es cuando entran en escena otras variables: abuelos y Mozo, encargados de alimentar al bebé, que deciden dejar preparados biberones de leche artificial por la mañana, de manipulación más sencilla, menos sensible y menos peligrosa a contaminaciones, gérmenes y tropezones de mi madre (a la que conocemos comúnmente como Rompetechos). Y es una decisión personal que toman ellos y que a mi, que he delegado su cuidado, me parece bien. A la niña le sienta fenomenal la leche de fórmula y el Mozo pasa a materna en cuanto llega por la tarde. En esta segunda sustitución, el Mozo tiene sus dudas a que utilizar por la noche, puesto que el calor ha llegado a los Madriles y andar descongelando es un rollo y dejar descongelada es un riesgo. Sin embargo, aunque lo pone en común conmigo, confío en él y se que tomará la decisión que le resulte mejor para favorecer el descanso de todos. Y si es leche artificial por la noche, estará bien. 

Cuando volví de la primera sustitución, las niñas (ambas) se volvieron a enganchar a la teta como si no hubiera un mañana. Confieso que mi mayor miedo era precisamente que no volvieran a tomar la teta, especialmente la Pulga pero eso no ha pasado. Por lo tanto, quitando los periodos en los que no estoy en casa, mi bebé sigue con lactancia materna. Y mi bebé grande, AKA Habi.... sigue con lactancia materna. Por lo tanto lo que hemos hecho ha sido adaptarnos en esta circunstancia especial que puede pasarle a cualquiera.

Con respecto al BLW, creo importante matizar que Habi no hizo BLW estricto. Es decir, nosotros le dimos trozos pero somos muy de sopas, gazpachos y cremas así que, cuando había crema de verduras en la mesa, Habi tomaba eso. Y sinceramente, podemos llamarle crema pero eso de toda la vida de Dios ha sido un puré. Por lo tanto, Habi ha hecho un BLW mixto desde que cumplió los 6 meses. Exactamente igual que hizo la Pulga, que cumplió los 6 meses conmigo todavía en casa. 

Lo que si nos pareció importante es no cargar a los abuelos con la responsabilidad de dar trozos. No es su lucha y no se sentían seguros. Por lo tanto, les preparé purés para que le dieran. O cremas de verduras, como queramos llamarle. Y los abuelos le dieron esos purés mientras estuvieron con ella. Cuando el Mozo llega por la tarde, se encarga de darle su fruta en trozos (ama el melón y la ciruela por encima de todas las cosas), sus cachos de pan y la comida que prepara. Y si un día no le ha dado la vida, le da potito comercial (exactamente igual que a Habi). Sin dramas. No creo que sea ni mejor ni peor para el desarrollo de una ni de la otra. Es un manejo diferente del mismo principio: no forzar a comer si el bebé no quiere, comer todos juntos en la mesa y utilizar trozos de comida como instrumento para el desarrollo de la coordinación mano-boca, ojo-mano y manejo de texturas. 

Y llegamos al punto que considero clave. La NO presencia materna. 

Y efectivamente, el anónimo tiene razón en una cosa: no he estado. Y no estoy.

Es una realidad que no podemos negar. No me he separado de Habi en 2 años y medio y lo he hecho de la Pulga con 6 meses y un día. Y no lo he hecho progresivamente, ni empezando por una media jornada o una jornada de 8-10h. No. Me he ido 5 y 15 días respectivamente. Muchas horas. Y eso puede no entenderse sobretodo desde los fervientes seguidores de la "crianza con apego".

Como no pretendo pedir permiso acerca de lo que hago o dejo de hacer con mi vida laboral y personal, dejémoslo en que, efectivamente, tomé la decisión de irme. Y el cómputo ha sido positivo. Muy positivo. Para mi. 

¿Y para la niña?

Pues la verdad es que la Pulga, que era la que más nos preocupaba, ha sido la que se ha adaptado con mayor facilidad al cambio. Ha demostrado ser una niña todoterreno: ha cogido el biberón fenomenal, los purés fenomenal, los trozos fenomenal, los brazos ajenos fenomenal también... Vamos, que la tía ha estado en la gloria de abuelo en abuelo. Incluso me atrevo a pensar que ha llorado menos que estando conmigo. Y no creáis que no me hace también pensar este punto. O me mienten o realmente llora menos... Y si llora menos, ¿será que la depresión postparto no me está permitiendo atenderla como debería? En cualquier caso es otro tema pero le doy muchas vueltas. 

La Habichuela ha estado en la gloria también. Rodeada de abuelos. Sin embargo, es la que más acusó mi ausencia. Además, los planetas se han alineado y se ha puesto enferma lo que la hace necesitar más mimitos de mamá. Lo bueno es que tiene una excelente relación con su papá y sus abuelos y tiene todo el cariño y afecto que necesita por ese lado. Estoy tranquila sabiendo que están ahí con ella y fastidiada por no estar yo. 

Y con esto enlazamos al foco sobre la madre. La Madre con mayúsculas. La figura maternal como ente insustituible.

La realidad es que, visto lo visto, soy completamente prescindible. Mis hijas están bien. ¿Me necesitan? Obviamente. ¿A vida o muerte? No. ¿Veo que mi ausencia les va a causar un trauma irreparable? Tampoco. No me he muerto. Sigo aquí. Voy a volver y lo saben. A Habi en especial le hemos explicado todo lo que va a pasar y, aunque aun no tiene claro el paso del tiempo, interioriza que 'Mamá va a trabajar como Papá' (el "como Papá" lo introdujo ella) y 'los abuelos van a estar en casa unos días. A dormir'.

¿Como estoy yo?

Los días previos a la primera sustitución, me angustié. Me dieron ataques de llanto repentinos. En parte la incertidumbre, los nervios, las ganas de trabajar, la suerte que tuve... Por otro lado la fobia al coche, la imposibilidad de llegar en transporte público a los pueblos a los que me han destinado... Por supuesto dejar a mis hijas al cuidado de otras personas que no soy yo, aunque sean de su círculo cercano, con otras formas de educar, otros principios (afortunadamente son extremadamente respetuosos y eso también me tranquiliza). El miedo a que la Pulga no se adaptara bien...

Una vez en destino, paz, sensación de retomar el control sobre una misma, cuidarme única y exclusivamente a mi. Tiempo. Ocio. Reflexión. Fuera carga mental. 

Cuando pasaron los cinco primeros días y volví a casa reconozco que lo hice renovada, nueva. Con muchas ideas. Y luego ha venido un bajonazo del que ya os hablaré (jeje, miel en los labios:p). Y quince días después, nuevo destino. 

Y en esta ocasión, ni culpa, ni pena, ni angustia (más allá de la irracional fobia al fruto coche). Simplemente empacar y marcharme. Incluso he tenido cierta sensación de ansia porque llegara el día y marcharme. Una especie de huida hacia delante que no me ha gustado nadita (pero como tiene que ver con el bajonazo trato de no darle demasiada importancia).

Y ahora en el nuevo destino, vuelvo a estar en paz. Preocupada por Habi pero como lo estaría cualquier madre que sabe que tiene a la niña enferma mientras ella no está. Con respecto a la Pulga me invaden otro tipo de sensaciones entre ellas: ¿Le está haciendo tanto bien a ella separarse de mi como a mi me lo está haciendo separarme de ella?

Releo la frase con cierta angustia. Porque detecto rasgos de la depresión postparto en ella. Mi realidad actual es que necesito separarme de mi bebé y es evidente que eso no está bien y si que es un agravio comparativo respecto a su hermana, de la que no tengo esa necesidad de separación. 

He aquí el verdadero drama. El trabajar o no es accesorio. El si lo hago por necesidad económica o no no importa.  La realidad es que estoy muy contenta haciendo este trabajo, que lo hago bien y me siento realizada. Y sin embargo me queda un regusto amargo, un posillo, porque estoy disfrutando de mi soledad como hacía años que no lo hacía. Me siento exactamente como cuando me marché a Lugo hace 6 o 7 años. Sola, dañada. Y en tierras gallegas me reparé, me sané. Sin embargo, en aquella ocasión no había nadie que dependiera de mi y ahora hay dos personitas que si lo hacen. Y yo estoy de retiro espiritual como telón de fondo de un trabajo caído del cielo. Y es que me siento rota y necesito sanar para poder darle a la Pulga lo mismo que le di emocionalmente a su hermana. Porque mientras siga rota no voy a ser capaz de darle en igualdad de condiciones lo que realmente es importante dar por igual: amor del bueno.

Me intento consolar pensando en que estoy trabajando para ponerle remedio. Con profesionales de la salud, trabajo personal y, porqué no admitirlo, esta huida. Tengo mucha fe en mejorar en un plazo de tiempo adecuado y mientras, ir capeando el temporal como buenamente pueda que al fin y al cabo es lo que hacemos todas en nuestras circunstancias personales.

¿O no?

14 comentarios:

  1. Lo de tratar a los hijos igual pienso igual que tu. Cuando tenemos un segundo ya no somos la misma persona que cuando tuvimos al primero, y aunque sea solo por ese hecho, ya nos hace tratarlos de manera diferente.

    No te hagas esa pregunta dañina de "¿Le está haciendo tanto bien a ella separarse de mi como a mi me lo está haciendo separarme de ella?" Por supuesto que no! Por supuesto te echa y ha echado de menos. Y aunque no le produzca un trauma la separación y esté muy bien cuidada con papá y abuelos no está mejor sin ti.

    Lo de que llore más contigo... creo que lo hacen todos los bebes o por lo menos la mia también. Y mi teoria es q lo hacen porque quieren más nuestra atención porque nos quieren más.

    El que estes trabajando tanto para estar otra vez bien porque necesitas darle ese amor del bueno, para mi ya demuestra todo lo que la quieres.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente. Las circunstancias han cambiado mucho, Habi aun es un bebé, la Pulga también, tienen muchas necesidades en dos etapas muy diferentes. Y las necesitan a la vez. Y eso abruma.

      No se si es porque son dos o porque no me termino de entender con la Pulga, el caso es que no termina de fluir el asunto. Ojo, hay días que si y siento ese subidón que tenía con Habi. Y luego hay días en las que, no se si por cansancio o por qué, no doy con la tecla.

      El caso es que el retiro me está viniendo muy bien, pese a quien pese.

      Eliminar
  2. Ninguna depresión se cura en seis meses por más pastillas que tomes, eso lo primero. Y creo que es lo que más influye. No hay "agravio comparativo" porque necesites separarte de tu bebé porque, para empezar, cuando tuviste a Habi no pasaste ninguna depresión. La culpabilidad no es el mejor camino para solucionar las cosas. Asume la situación y no te eches más carga encima. No es algo voluntario, es algo que te ha tocado y sólo queda tener paciencia para superarlo.

    Lo demás... yo creo que no hay hijos favoritos, sino circunstancias diferentes. El primer bebé tiene a sus papis en exclusividad. El segundo ya nace en un "espacio compartido" con otra personita que sigue demandando cuidados y tiempo. Y aparte, creo que con el segundo ya vas un poco con el "chip" puesto... básicamente ya conoces el proceso y automatizas. Enseñas a comer al primero, se atraganta, se pone rojo intentando expulsar y a ti casi te da un telele. Te pasa con el segundo y no es que te dé igual que se ahogue, sino que ya has pasado por eso y te es más fácil mantener la calma.

    Por lo demás... vive el momento y aprovecha estos días para cuidarte y pensar en ti. Es lo mejor que puedes hacer. Los niños se adaptan a todo y claro que Habi te echará más en falta porque eres la persona que más tiempo ha estado con ella desde que nació. Pero igualmente está con su padre y sus abuelos, así que tampoco hay que darle más vuelta.

    Lo dicho: disfruta el retiro espiritual. Soy de la opinión de que cuando la vida nos pone estas cosas en el camino es por nuestro bien, aunque de primeras no queramos (o nos cueste) verlo. Lo que me queda claro leyéndote es que para mal no ha sido.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que ha sido un regalo el trabajo este. Caído del cielo, oiga. Con respecto a la depresión... pues efectivamente, no es para unas prisas xD. Es que yo pensaba que esto era 100% hormonal y que en cuanto se estabilizara todo pues ya estaba y no. Lo hormonal tiene un peso importante pero es multifactorial y aquí hay mucho trabajo por detrás que hacer.

      Tienes razón en que la culpabilidad no ayuda. Y no se expresarlo mejor porque realmente no me siento tanto culpable como airada. Me cabrea que me haya pasado esto. Me enerva. No me parece justo. Jo, no se si logro transmitirlo.

      Me siento bien por venir a trabajar. Me siento segura con la gente a la que he encomendado el cuidado de las niñas... pero reflexiono acerca de si me voy alegremente porque me mola mil el trabajo (que si), la oportunidad (que también) o porque necesito aire porque me asfixio. O si simplemente es una mezcla de todo y está bien reconocerlo.

      Eliminar
    2. Lo transmites, y es normal que te cabree. No es justo, pero es que es alimentar una espiral que al final sólo te perjudica. Has identificado el problema y estás poniéndole solución. Por más que te repatee verte en esta situación sólo puedes tener paciencia contigo misma.

      Y si necesitas aire porque te asfixias, también está bien reconocerlo. A partir de ahí es identificar si la necesidad de oxigenarse la causa sólo la depresión, o es parte de algo más amplio. A veces nos asusta reconocer lo que nos pasa, pero es indispensable para mejorar nuestra vida.

      Eliminar
    3. :). Gracias. Reflexionaré sobre ello también ^_^

      Eliminar
  3. Vamos a ver, una cosa es no favorecer a un hijo y que haya igualdad y otra es tratar a ambos igual. Es imposible que sean iguales porque sus circunstancias nunca serán las mismas, Habi os tuvo en exclusiva pero Pulga no, sin embargo con Pulga tienes el camino hecho en muchas cosas y no dudas tanto. Todo, absolutamente todo, tiene su lado bueno y su lado malo.
    El comentario de ese anónimo no me parece que venga al caso, está hecho para herir, porque sino no me lo explico. A ver si ahora tienes que contar cuantos besos le diste a la primera y cuantos le has dado a la segunda, y que sean los mismos ehhh
    Lo importante es que tus hijas están bien y lo demás es secundario.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que a mi, más que herir me hizo pensar. No lo vi como un ataque y desde luego me ha permitido escribir unos cuantos post reflexivos y tener conversaciones conmigo misma.

      Con respecto a la igualdad entre los hijos... es que sigo pensando que es imposible (e insano) tratar exactamente igual a ambos. Creo que hay que identificar las necesidades de cada uno en las diferentes etapas (y supongo que irán divergiendo cada vez más a medida que crezcan) para poder darles lo mejor como buenamente podamos a cada uno.

      Eliminar
  4. El trato a los hijos ni es igual, ni debe serlo, cada uno tiene su personalidad y sus necesidades. Lo único que debe ser igual, es el amor que se siente hacia ellos.

    Y no es algo que ocurra solo cuando los hijos son niños... yo ya soy adulta, no tengo hijos pero mi hermana sí. A mi ni me llaman por tlf, y en su casa están día sí y día también....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las necesidades de cada individuo son diferentes. La necesidad de sentir amor, en cambio, creo que es universal. Yo espero que todo esto no afecte a mi capacidad para dar amor del bueno a la Pulga. En serio que lo estoy trabajando al doscientos por cien. Por ella. Ahora y para su futuro.

      Este es el principal miedo que tengo ahora mismo. El miedo a no sentar unas bases sanas para una buena relación después. El tiempo lo dirá pero que no sea por no intentarlo.

      Eliminar
  5. Yo tengo tres hijos y los quiero exactamente igual aunque tengo que reconocer, que ahora que son mayores, tengo más afinidad con uno de ellos a la hora de hablar de ciertos temas, por su carácter pero procuro que el trato sea igual en cuanto al amor, aunque evidentemente hay situaciones en las que me vuelco más con uno de ellos por su etapa vital y si veo que está más triste o con más problemas. Cuando nació mi hijo mayor me imaginaba en casa con él todo el tiempo y me costó muchísimo trabajar, sin embargo cuando nació El Segundo, se llevan 17 meses estaba deseando y con la niña , me incorporé enseguida y sin problema.
    Está bien reflexionar pero no hay que obsesionarse ni exigirnos tanto, las etapas vitales influyen en nuestra relación no solo con los hijos sino también con el marido y la familia. Por eso disfruta estos días sin remordimiento alguno, ya que lo que necesitan tus hijas es una madre feliz y echar de menos a los hijos, viene siempre fenomenal para luego poder educar y disfrutar de ellos ya que muchas veces el cansancio lo hace inviable.
    Enhorabuena al mozo y a ambas familias, eres muy afortunada.
    Un beso muy fuerte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Reflexionar me hace sentirme viva, es parte de lo que soy cuestionarme las cosas (debí hacerme filósofa en lugar de veterinaria xD) pero tienes razón en que hay que conseguir marcar distancia con los pensamientos para no entrar en un bucle agobiante de '¿y sis?'.

      Y efectivamente, empiezo a darme cuenta de lo que es realmente tiempo de calidad y lo que no. Da para otro post en si mismo xD

      Eliminar
  6. El mejor post que he leído nunca,de verdad,me siento muy identificada,ojala pudiera verte y tomar un Cafecito para charlar (estoy cerca de pueblos de tierras valencianas) .Lo de dar bibe de leche de fórmula,ya te lo dije el otro comentario,y yo doy teta a los casi 2 del pequeño,pero lo prioritario es tu salud y tener espacios para ti sola de autocuidado,cuando vengas del trabajo , deberías de priorizar,es cómo ponerse la máscara de seguridad en los aviones,tu primera antes que a los hojos,para poder atenderlos.Tambien me planree estos dilemas porque tuve que llevar al peque con un añito a la guarde ya que igualmente me cayo un trabajo caído del cielo de una bolsa en la que ya casi no tenía esperanzas ,y al mayor no lo llevé hasta los 2 años y pocas horas(para intentar opositar de esa bolsa) y la culpa no sirve de nada,quiero infinito y más allá a los 2 pero exactamente igual no los podras tratar porque varían las circunstancias de vida.Hasta que no he empezado a volver a trabajar este marzo pasado no me percaté de que estaba muy abandonada cómo persona en el sentido de que por ahorro y falta de motivación (solo vas del cole a la compra y al parque) pues no tenía ni ropa, complementos ( mi primer bolso propio en 5 años ha significado mucjo) y ésto es más superficial pero además es cómo te sientes,de realizada ,poder hablar de temas adultos,etc y la independencia económica,FUNDAMENTAL,mejora la relación de pareja y todo.Tantos años de estudio y trabajando hasta la angustiosa crisis..se puede ser madre y trabajadora.Mi peque tambien estuvo mas malito que nunca que cuando empecé a trabajar,pero todo se va encauzando,aunque estos dias de verano ya pasadas las vacaciones sean una odisea para conciliar.Igualmente comparto el miedo a conducir (eres una campeona de recorrerte esos caminos)y lo tuve que superar a la fuerza para ir y venir del trabajo,y tras muchos intentos en el pasado ,creo que puedo decir que lo he conseguido gracias al amor a mis hijos pues ir en transporte público suponia perder muchas horas de estar con ellos en casa.Un abrazo grande y cuidate!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues a lo mejor estamos hasta cerquita porque estoy pegadita a Teruel... xD.

      Estoy contenta de que la vida me haya dado esta oportunidad. Es como que ha llegado en el momento justo. Ha habido momentos de agobio máximo pero estoy contenta con la decisión tomada y no creo haberme equivocado al venirme para acá. Las niñas además, están estupendamente, con sus abuelos y su papá (esa tribu de la que tanto hablamos y a la que también tenemos que permitir participar). Y el cambio vital y de circunstancias. Mi vida no es igual ahora que hace dos años y medio, cuando Habi llegó a este plano de la existencia.

      Y lo del coche... ay! Que en cuatro días me vuelvo y ya estoy hiperventilando de nuevo :S.

      Eliminar