Vértigo en la tripa

La entrada anterior fue corta, muy corta pero es que creo que a veces una imagen dice más que mil palabras. Sin embargo, como lo mío es la incontinencia verbal, quiero dejar plasmado el torrente de emociones que llevo viviendo desde hace un par de semanas, cuando me hice ese test que arrojó el preciado positivo.

Lo primero que sentí fue felicidad. Mucha. Desbordante. No me podía creer que ya estuviera aquí, apenas tres ciclos después de retomar la regla. Una búsqueda mucho menos extenuante, desde luego (aunque siendo coherentes, llevamos 15 meses sin protección alguna, por si sonaba la flauta).

Luego me dio por pensar en Habi y, al contrario que muchas otras personas que sienten que destronan al mayor, me dio más alegría. Yo, que he sido hija única toda la vida (obvio), que nunca he echado en falta lo que nunca tuve, daba palmas con las orejas pensando en que Habi va a disfrutar de un hermano.

También he sentido esa incertidumbre que nos da a las que ya hemos perdido al menos una vez. Me da muchísima rabia pero no puedo evitar pensar en lo que duele perder, en que no quiero perder a #2, que ya es una realidad, que se está forjando dentro de mi y que no quiero que le pase nada. Ese instinto brutal que paraliza de miedo y hace que vayas 20 veces al baño a limpiarte y suspirar aliviada las 20 veces que ves que no manchas. Y luego me desespero más porque mi primer embarazo se truncó sin ninguna mancha.

De momento la sintomatología es leve. Ligero dolor de regla, mucho sueño, cansancio, alguna que otra sensación de mareo... Náuseas muy pocas y eso también da como un poquito de terror. ¿Estará todo como debe estar ahí dentro?

No paro de pensar en todos los médicos que tengo que pedir (cabecera, matrona, ginecólogo, dentista...) y pese a pensarlo, aún no pedí cita con ninguno. No tengo ni idea de si doblar esta vez, como hicimos con Habi, o no. Por un lado da más seguridad (aunque lo más seguro es que cambie de ginecólogo privado que el mío es muy majete pero está bastante desactualizado en lo que a embarazos y partos se refiere) pero por otro no me imagino doblar teniendo a Habi. Tendría que tirar si o si de familiares o llevármela a las salas de espera y no es algo que me apetezca demasiado con mi pequeña saltamontes. 

También me he visto imaginando el futuro. Si pañalearé con #2 o lo retrasaré hasta la edad a la que empecé con Habi. Como haremos para ir de parque en parque (porteo a full), a comprar, a visitar amigos.... Como lo llevará Habi, que estará en plena aDOSlescencia cuando llegue el bebé. Si llegará el bebé.

Desde que tuve el positivo tengo la certeza de que no voy a vivir un embarazo inocente. No puedo. Con la diferencia de que ahora, a diferencia de cuando estaba embarazada de Habi, tengo a una niña preciosa que me sonríe cada día un mínimo de 449 veces. Y aunque no voy a vivir un embarazo despreocupado, tampoco estoy tan asustada y paralizada como con Habi, que prácticamente no disfruté hasta bien entrado el segundo trimestre. Con Habi tengo la sensación de que se me arrebató mi embarazo. Con #2 estoy viviéndolo con mucha fuerza. 

Aunque no pueda dedicarme cada minuto a estar pensando en él, se que está ahí. No le olvido. Y lo tengo presente en cada cosa que hago. 

Si, porque al igual que me pasó con Habi, soy consciente de que ahora mismo somos dos. Ya he desempolvado el porteo con ombu (intenté sacar a la Chucha con carro pero fue un epic fail) y nudos que no rodeen la barriga. Ya estoy leyendo mil y una cosas. He desterrado las infusiones, cuido lo que como y miro donde voy poniendo los pies cuando salgo a la calle. Pienso en qué silla de coche ACM comprar y como organizar la futura habitación de los peques.

Investigo acerca de parto respetado y sueño con poder vivir un parto vaginal esta vez. Si lo consigo o no, el tiempo lo dirá.

También me preocupa la lactancia de Habi, faltaría más. Da un poco de respeto la caída de la producción de la que hablan muchas mujeres hacia el segundo trimestre. Y es que yo quería cumplir los al menos dos años de lactancia materna. Que si no puede ser, no puede ser, pero bueno. Yo lo voy a seguir intentando. 

Así que, allá vamos, rumbo a la bimaternidad. De cabeza y sin frenos, que es como siempre me ha molado a mi tirarme en el tobogán, aunque de vértigo ;).

¿Nos acompañas en este viaje?

¿Como vivisteis la noticia de vuestro embarazo? ¿Y la bimaternidad?