Desde que tengo uso de razón, he vivido en Mordor. He pasado aquí mi infancia y mi adolescencia y fue a partir de mis 18 años que partí lejos intentando no volver la vista atrás hacia este barrio madrileño que me había dejado un regusto tan amargo.
Cuando tuvimos que abandonar Hobbiton y nos planteamos volver a vivir aquí reconozco que lo viví con el dramatismo que me caracteriza. Sin embargo, después de unos cuantos meses viviendo de nuevo aquí, tengo que reconocer que empiezo a mirar el barrio con otros ojos.
Mordor se encuentra en realidad en un barrio bastante cotizado de Madrid. De hecho, de vez en cuando me paro en las inmobiliarias y mis ojos se convierten en dólares y me agobio pensando que, de no ser por Mordor, jamás podría permitirme vivir en 120 metros cuadrados en esta zona de la capital. Así que, pese a que no me guste la casa, que se me rebele, que tenga fantasma incluido en el precio y que domarla esté costando lo que no está escrito (en tiempo, dinero y ánimos), tengo que reconocer que tengo suerte.
Y a esto se le suma que ahora que soy madre, miro el barrio buscando zonas adecuadas al desarrollo de mi bebé y a mi familia. Y, joder. Tengo que reconocer que en eso, el barrio está de puta madre.
El barrio tiene una cantidad nada desdeñable de zonas verdes y entre esas zonas, está este Parque. El parque ya lo conocía yo desde mi más tierna infancia y de hecho tengo recuerdos muy buenos de ir con mis padres a recoger piñones. Allá que me soltaban y mis ojos de hobbita no dejaban uno en el suelo. Luego nunca los partíamos y siempre estaban acumulados en botes y botes pero recuerdo mucha felicidad en esos momentos con mi papá. A cambio, luego cuando se le empezó a ir la pinza, el recuerdo se fue tornando más y más oscuro porque a mi padre le empezó a cabrear que los piñones se recogieran pero no se partieran (que digo yo que qué más daba) hasta que un año, decidió que no iríamos más porque 'no nos tomábamos en serio el tema de los piñones'. Recuerdo ese día bastante triste (como tantos otros que me quedan de mi adolescencia temprana y mi padre) y apenas volví a pisar ese parque plagado de pinos.
Cuando volví a Mordor, el Parque estaba en obras, clausurado y lleno de hormigoneras. El Mozo quería explorarlo pero no nos quedaba otra que rodearlo por detrás, y caminar por un caminillo de baldosas que juntaba cierto hospital de renombre con el parque de bomberos. El resto del parque estaba cerrado al público y, sinceramente, yo no veía movimiento ni entendía que narices estaban haciendo ahí si yo lo veía todo igual (algunos palés, montones de tierra y muchas, muchas vallas). Ganas me dieron de entrar por la noche y saquear los palés para hacer obras bricolajiles de las mías pero tenía Mordor tan abarrotado por la mudanza que el Mozo me quitó rápido la idea de la cabeza.
Y una mañana, paseando a la Perrucha Chucha, vi que el acceso a los pinares estaba 'abierto'. Vamos, que habían quitado una de las vallas y dejado las demás. Consideré que eso me daba permiso para entrar y entré. Y lo que me he encontrado me ha encantado:
Los pinares siguen ahí pero les han puesto corteza de pino en el suelo lo que evita que haya malas hierbas. Han arreglado las plazoletas y han colocado parques infantiles multiedad en cada una de ellas. Ya tengo localizado el que tiene columpios de cesta y hemos ido un par de veces con Habi para que se monte en ellos. Y lo más importante: han abierto un área canina. ¡Un canil!
Y eso en esta familia es un soplo de aire fresco porque la Perrucha Chucha es muy perra y muy chucha y ante todo es una fuguista de categoría (además de una miedica de libro: odia los petardos, las bolsas voladoras, las palomas y las cucarachas, por ese orden). Y en este canil puedo soltarla y que corra y socialice con los perretes que se juntan ahí cada mañana.
Han puesto un campo de agiliy, verjas altas a prueba de Perruchas y una fuente de agua (fuera, ejem. Deberían haberla puesto dentro). Les ha costado pero por fin han puesto una papelera junto a la puerta.
Por las mañanas me meto a la Habichuela en alguno de mis portabebés, agarro a la Perrucha y en 10 minutos nos plantamos en el Parque. Unos minutos más y accedemos al Canil donde la Chucha corre 'libre' durante una media hora haciendo cosas de Chucha (básicamente oler culos, correr y quedarse coja por borrica ¬_¬). Y Habi chilla de felicidad viendo correr a los perros y llama y asusta a los cachorros. De momento tolera quedarse en el portabebés aunque algún día me he salido fuera para dejarla en el suelo de la plazoleta y que los mire desde la barrera (que los perros son muy buenos pero muy brutos también y mi niña anda muy bien pero es una Coquito inestable más bajita que la mitad de los usuarios cuadrúpedos del canil).
Así que, desde que ha vuelto el buen tiempo, hemos dejado de ir tanto al centro comercial y pasamos la mañana entre árboles, tierra y chuchos. Y cuando la Perrucha se tumba a la sombra de algún árbol, le pongo la correa y, si no es muy tarde, me llevo a la niña un rato a los columpios de cesta.
Muchas tardes, cuando viene el Mozo, cogemos a la Chucha y a la Habichuela, en esta ocasión en el carro, y nos vamos dando La Vuelta Larga que incluye un buen trozo del parque. Antes en Hobbiton nos paseábamos por el polígono un buen rato antes de llegar a una de las zonas verdes de por allí.
Por lo tanto, la vida en Mordor empieza a dejarme su lado bueno y ya voy disfrutando de la vida en esta parte de la ciudad.
Seguiremos informando.
Y vosotros, ¿como van desarrollándose vuestras mudanzas? ¿Qué tal en los barrios nuevos? ¿Tenéis zonas verdes amplias dónde vivís con buenas zonas para perros, niños y adultos?
Nosotros vivimos en un pueblo norteño así que naturaleza y bichos varios por doquier. Es más, desde la ventana se ven ovejas y a menos de 5 minutos andando hay una finca con caballos. A parte de perros, gatos, gallinas, pollitos, grillos, ....
ResponderEliminarHola!! El piso que me he comprado está en mi barrio de toda la vida, a 5 minutos andando con todo tipo de servicios y excelentemente comunicado por transporte público. Tengo un parque enorme a 5 minutos de casa de mis padres y 10 de mi casa, y otro de arena bastante cutrecillo al lado de casa.
ResponderEliminarEstoy en plena reforma con muchas ideas en la cabeza y muchísimas ganas.
Un besito
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn donde vivo en Alemania estoy rodeada de verde. Vivimos en casa con jardin (aqui es más común) y en una dirección tenemos a 5 min un parque natural enorme con lagos donde la peque se entretiene viendo patos, cisnes, ocas, ranas, ardillas, etc ... y hacia la otra dirección hay otro parque enorme con zonas para niños.
ResponderEliminarEn esta ciudad hay mas terreno verde o acuoso que asfaltado.
Y si, mucho mejor para los niños rodearse y experimentar con la naturaleza al aire libre que no en un centro comercial cerrado. (Aunque ójala pusieran aqui en los centros comerciales zonas para bebes/niños como en España que para alguna vez no está mal).
Cuando vamos a España donde viven mis padres nos pasa un poco que echamos de menos lo verde...pero el clima y la comida lo compensan con creces :D
Pues yo precisamente a lo mejor estoy a punto de mudarme. Nuestra casa se ha quedado pequeña para tanto monstruito y dos perros, así que está semana fuimos a ver una más grande que me encantó. Espero que tengamos suerte y podamos mudarnos!
ResponderEliminarAntes en Mordor no existía el mozo, perrucha ni habichuela, eso es un extra y ya lo domarás, ya.
ResponderEliminarEse parque tiene muy buena pinta. Vas a crear nuevos y maravillosos recuerdos nuevos en él.
Nosotros la verdad que donde estamos tenemos un montón de parques, a lo largo de la semana puedo ir cada día a uno y no repetir, lo malo que no tienen apenas sombras y dentro de nada tenemos que ir más tarde.
ResponderEliminar