Como casarse por lo civil en la Comunidad de Madrid en 5 sencillos pasos: casilla de salida

Esta es una colección de entradas que tenía pendiente porque, de verdad, lo que está pasando con los recortes es de traca. intentaré que quede en clave de humor porque reírse siempre es mejor que llorar pero la verdad es que si lo piensas desde la seriedad es de juzgado de guardia. Claro que, teniendo en cuenta que la justicia ha sido una de las víctimas más importantes afectadas por los recortes, no tengo muy claro que mi denuncia llegara a ninguna parte en un tiempo mínimamente prudencial. El caso es que, a lo tonto, mi novio y yo llevamos una peregrinación que se acerca peligrosamente al año para conseguir el papelito que nos convierte en marido y mujer a ojos de la ley española. Eso sin contar lo que se alargó la casilla de salida. Pero contemos un poco la historia....

Casilla de salida: La Pedida

Yo conocí a mi novio hace ya tres años. Se que parece poco tiempo pero lo nuestro ha ido bien desde el principio. Yo no creo que haya que estarse conociendo 5 años de novios, 3 de convivencia y 2 de casados antes de plantearse tener el niño: si la cosa va bien, va bien y si va mal, va mal. Y eso lo sabes desde lo más profundo de tu alma en cuanto conoces un poco a la persona con la que estás. 

El caso es que hemos vivido juntos desde el principio (éramos compañeros de piso) así que tampoco por ese lado cumplimos con las estadísticas. Después nos mudamos juntos a mi casita pocket, que estaba en plena reforma integral cuando yo me fui a vivir a la habitación que quedó libre junto a la suya y unos meses después, medio en broma medio en serio, me tanteó sobre si nos casaríamos o no. Medio en broma medio en serio le respondí que claro, cuando me lo pidiera en condiciones, que una es una Hobbita digna, y él, mas en serio que en broma (aunque suene a chiste) me dijo que tenía que estar seguro de que diría que si porque si no, no se iba a arriesgar. Total, que para demostrarle mi disposición sincera a prometerme con su persona, debía tirarme un pedito en su presencia como muestra de confianza absoluta.

Habéis oído bien: un pedo. Superromántico. Así es mi mozo U_U.

Cuatro meses después, en plenas vacaciones, estaba yo como de subidón hormonal, raruna... no sé. Como mega enamorada y me dije: ¿por qué no? Y le anuncié que iba a tirarme ese pedo reclamado, muestra de amor absoluto (:$). ¿Vosotras creéis que cayó rendido a mis pies y me pidió matrimonio? ¡NO! Durante otros 4 meses estuvo demorando el asunto en plan: 'La pedida tiene que ser sorprendente para que no te lo esperes'. Por aquel entonces ya estábamos en plena búsqueda de bebé y yo me empezaba a poner nerviosa porque, la verdad, yo quiero el papel como protección (si, soy tan romántica como mi chico y su pedo) porque si a alguno de los dos le pasa algo, la otra parte de la pareja se queda literalmente en bragas, Para muestra, un botón.

En noviembre del año pasado me quedé embarazada y obviamente, mi estrés se disparó. Dije, si estas Navidades no me lo pide, se lo pido yo y santas pascuas. Por un lado no me apetecía porque le conozco y se que él tiene sus tiempos y que era importante para él currarse una pedida en condiciones. Por otro lado, como le conozco, sé también que no tiene muy claro el concepto de tiempo y que el susodicho se le escurre entre los dedos sin darse cuenta. Además, en cuanto te quedas embarazada ya no cuentas solo tú: hay un bebé que proteger y en el que pensar.

Esas Navidades, sin embutido, sin salmón ahumado, todo en secreto porque ya se sabe que hasta las 12 semanas no se cuenta (¡ja!), me regaló una cena en un restaurante chulo. Luego todo se truncó porque tuvimos el aborto como regalo de reyes, con sus tres semanas de pruebas y ecografías, con posterior legrado y duelo de la Hobbita que no quería salir de casa porque no se encontraba nada bien (físicamente primero y anímicamente después) y fuimos posponiendo la cena. Al final fue en febrero, una semana después del día de los enamorados y, en serio, pese a que ya no había prisa porque veía todo como lejano, estuve contenta y relajada, disfrutando de los platos raros que me ponían delante (una es Hobbita porque le gusta comer, jiji) y estuve tentadísima de pedirle matrimonio yo allí mismo. Me contuve porque, como he dicho antes, ya no había prisa.

Pero me lo pidió, Al final de la cena, todo nervioso, como con los ojillos húmedos (jijji, yo soy muy mala y le digo siempre que mi tipo duro al final es un ñoñeras) y desde ese día estamos prometidos. Ya solo quedaba empezar a mover el papeleo y en unos meses estaríamos oficialmente casados. Jejeje... Ilusa de mi.... ains....

(Continuará...)