Cuando nace un bebé todo es alegría (y a menudo también un desestabilizador emocional importante), jolgorio y visitas. Lo que nadie te cuenta pero tú temes es el momento del papeleo. En realidad, creo que es un momento que temen más los padres que las madres y es que en este país es tradición que sea el padre quien se ocupe de ese momento único en la vida de los bebés: hacerlos oficiales en este nuestro Reino de España.
Sin embargo, en mi caso el tema de los trámites me preocupaba mucho. Y me preocupaba porque el Mozo y yo, pese a haberlo intentado, no logramos estar casados antes del nacimiento de mi Habichuela. Y claro, a mi me preocupaba mucho tener un terrible post operatorio de la cesárea, estar agobiada con el bebé y encima, tener que peregrinar por registros para hacer oficial a la Habichuela. Y es que a la hora de la verdad, cada persona a la que preguntaba me decía una cosa diferente.
Ya sabéis que actualmente la ley ha cambiado y se permite el registro de recién nacidos en los hospitales. El problema es que nadie era capaz de asegurarme si, al no estar casados, nos lo harían. De hecho, en la visita a la maternidad, las matronas nos dijeron que si se podía y luego se desdijeron porque se lo preguntaron a un administrativo del hospital y éste las comunicó que solamente podrían registrar a sus bebés los matrimonios.
A día de hoy ya puedo hablar con experiencia propia: se puede registrar a vuestro bebé sin estar casados. Eso si, tienen que ir ambos progenitores hasta la sala habilitada en el hospital y hacer la declaración conjunta. Estando casados puede ir solamente el padre. Lo bueno es que, aunque estés muy pocha tras una cesárea, no tiene ni punto de comparación bajar un par de pisos para registrar al retoño que tenerte que ir en procesión hasta el monte del destino el registro civil a aguantar la cola y hacer oficial a tu bebé.