Porteo: luces y sombras (III)

Volvemos una semana más con esas pequeñas piedras en el camino que me voy encontrando según voy porteando más. Sigue encantándome portear, cada día más, y tengo que confesar que menos mal que soy una hobbita ahorradora a la que le cuesta gastarse un duro porque si fuera de otra manera habría llenado la hobbito casa de portabebés. Y es que hay un montón de cositas que me encantan y que quiero con toda mi alma, pero me contengo. 

Hoy quiero contaros otras verdades a medias y dificultades que en estas 6 semanas de vida de Habichuela vamos teniendo:

1. No tienes que preocuparte demasiado por el frío. Con un buen cobertor y tu calor corporal es más que suficiente. VERDAD. Tan verdad que ya estoy investigando acerca del porteo veraniego. Y es que a día de hoy solemos terminar empapadas después de una mañana de porteo intensivo. A Habi la suelo tener que cambiar porque parece meada pero no, es sudor. ¿Y yo? Yo no tengo tiempo ni para cambiarme ni para ducharme así que debo desprender un olor glorioso >_<. Bromas aparte, entre vomitonas y sudores, no me llega para camisetas.

Esto nos pasa en casa. En la calle estoy utilizando el polar de porteo cuando salimos con el fular y encima el abrigo. Y es bastante cómodo. Pero el abrigo ya no U_U. Habi va muy cómoda y calentita, eso si, y si estuviéramos en entretiempo sería genial (de hecho, llevo dos dias saliendo solo con el polar y mucho mejor). Sin embargo, en invierno es otro cantar. Pese a todo, creo que me voy a hacer otro de estos polares para tener recambios (ya os he dicho que se suda mucho incluso en pleno invierno). Y replantear el uso del abrigo.

Cuando llevo la mochila uso los ponchos que me compré en rebajas porque el polar no me vale con los tirantes de la mochila. Y me pasa al final lo mismo cuando me pongo el abrigo por encima. Que voy incómoda. 

Habi, sale sin abrigo y, cuando está muy tonta, hasta sin gorro (porque no hay quien se lo encasquete). Y tan calentita está. A mi suegra le llevan los demonios porque no entiende que la niña no necesite más ropa pero esta es nuestra realidad. 

2. La seguridad en el porteo es importantísima. Gran verdad. Y es un tema del que te advierten los fabricantes cuando compras una mochila o un fular. En sus instrucciones siempre viene un folleto acerca del porteo seguro. Yo misma he leído múltiples post en los que te enseñan en que hay que fijarse cuando porteas. Bueno, pues una vez tenemos la teoría bien clara, llegas a la habitación del hospital y te ponen en los brazos una Habichuela que estuvo desde la semana 20 sentada cual flor de loto y a la que no hubo forma de convencer para que cambiara de postura. Pues esa tozudez la sigue teniendo fuera del útero, la muy petarda >_<. Y es que, una de las cosas más importantes en la seguridad durante el porteo es comprobar que el bebé tiene las vías aéreas despejadas y si no lo está, es tan simple como recolocarle la cabecita.

¡JA!

A mi niña le gusta dormir metiendo su nariz contra mi pecho y escondiéndose detrás de sus dos puñitos. Muévele la cabeza y en dos minutos, volverá a estar en la misma posición, para mi angustia y desgracia. Eso si no se despierta y te monta un buen pollo. ¿Qué hago yo? Pues al final claudico y lo que hago es ir muy pendiente de sus movimientos respiratorios, de sus gruñiditos y suspiros y, de vez en cuando, intentar colocarle la cabeza correctamente y fracasar en el intento. 

Vamos, que me ha tocado un bebé que hace porteo no normativo. U_U

3. Si te duele la espalda es que no llevas un portabebés ergonómico. Verdad a medias. La ergonomía en el portabebés es fundamental tanto para la integridad del peque como para la del porteador, ya hablaré de ello. Y sin embargo, permíteme decir que si tu churumbel se gasta 10 kg, los vas a notar. Yo noto los casi 4 kg de la Habichuela así que supongo que con niños mayores todo se irá resintiendo más. Dicho esto, la espalda no me duele por el porteo (si te duele es que no está bien ajustado el portabebés) pero el peso se siente, da igual que lleve el fular o la mochila. Y acabas cansado y notando que has hecho ejercicio. Por lo tanto, en caso de problemas de espalda quizás el porteo no sea vuestra opción. O si vuestra recuperación tras la cesárea/parto no es tan rápida como la mía a lo mejor tienes que retrasar el inicio del porteo. Aún hoy me pregunto que puñetas habría hecho si mi cesárea hubiera tenido una recuperación chunga (recordad que no tengo carro y que sigo en un tercero sin ascensor).

4. Usar un portabebés es pan comido.

De nuevo, una verdad a medias. Si te pones a ello, con unas tardes que pases viendo vídeos de youtube, medio aprenderás a manejarte con el fular. Sin embargo, hay nudos para aburrir y conseguir el ajuste perfecto puede ser complicado si no tienes un asesor. Yo me fijo mucho en los detalles y aún así dudo en muchas cosas así que acabaré apuntándome a un taller de porteo casi seguro.

Con la mochila, más de lo mismo. Y mira que una mochila no tiene demasiada ciencia. Sin embargo, para utilizar una mochila ergonómica si necesitas tenerla bien ajustada y a mi me cuesta. Me cuesta tener bien ajustados los tirantes y luego abrochármelos sola. Creo que esto deriva de la lesión del brazo pero me cuesta muchísimo alcanzar los enganches que unen los tirantes y al final tengo que soltarlos un poco y terminar de ajustar con la peque ya montada. ¿Y que me pasa? Lo habéis adivinado: no tengo fuerza para ajustar el tirante xDDD. Vamos, que dependo del Mozo para ese paso.

Y con la emeibaby de mi amiga, Mami Reciente, no veáis el show que montamos para ajustarla la primera vez. Venga a ver vídeos, venga a preguntar a las madres del facebook, venga a montar y desmontar.... Y a ella le pasa lo que a mi: los tirantes no se terminan de ajustar del todo bien pero en su caso creo que es porque ella es muy pequeñita.

¿Qué os parecen estás sombras que os traigo hoy? ¿Os habéis enfrentado a ellas durante vuestro porteo? ¿Las lograsteis solventar satisfactoriamente?