El piel con piel

El personal del quirófano me enseñó a la Habichuela y me la pusieron cerquita de la cara, para que la viera y la hablara un ratito. Luego enseguida se la llevaron para que pudiera empezar el piel con piel con su papá. 

El Mozo, que en esa entrega será conocido como Sherpa-pi, fue alojado en el paritorio 9 junto con otros dos papis: el gitanillo de la otra cesárea programada y el papi de la cesárea de urgencias, ambos ya con sus retoños en las manos.

El Mozo me cuenta que llegó una enfermera con una cunita y que simplemente dejó a la peque allí. Él preguntó si era la Habichuela, le dijeron que sí y... ¡ala! Al lío. El Mozo echó en falta personal que le explicara un poco que es lo que tenía que hacer (aunque yo ya le había aleccionado durante meses) y yo echo en falta que nadie le pidiera ni siquiera el DNI teniendo en cuenta todos los papeles que me habían hecho firmar para que nadie salvo el Mozo tuviera la custodia de nuestra recién nacida. Es un detalle bastante feo que espero tengan a bien remediar (lo dejamos dicho en la encuesta del piel con piel para papis).

EL Mozo sherpa dejó todas las cosas por allí, se descamisó y agarró a su niña. Se sentó en una butaca y se la puso en el pecho. Y allí fue cuando surgió el flechazo. El Mozo está enamorado de su niña desde ese mismo momento y la Habichuela disfruta reptando encima de su papi cuando se la pone en el pecho en la posición del piel con piel. 

El Mozo cuenta como la Habichuela reptó por el pecho y se puso a buscar teta. Pobriña. La teoría la tenía improntada de fábrica y encontró teta y pezón. Claro que de dicha teta no salía absolutamente nada y la pobre se puso enseguida a lloriquearle, a ver si así conseguía que saliera algo. 

El Mozo dice que los otros dos padres estaban alucinando con los movimientos de la Habichuela, tan brutos, tan enérgicos, tan fuertes. Uno de ellos incluso pidió permiso para acercarse a verla y se quedó un poco mohíno por si no lo estaba haciendo bien con su hijo. Pero no. Es que la Habichuela vino con fuerza a este mundo.

El Mozo opina que para el próximo piensa depilarse. Que la Habichuela no dejaba de comer pelo. Yo le he dejado claras dos cosas:

1. A ver si en el próximo puedo hacer yo el piel con piel porque nos ahorramos la cesárea :p.

2. Que mejor comer pelo que pincharse por barba de 6 horas xD.

La primera hora del piel con piel se le pasó volando. Luego la cosa se empezó a alargar, la peque estaba llorosa porque no conseguía alimento y seguía desnudita sobre el Mozo. Una enfermera apareció por allí y, viendo la vitalidad de Habi, no quiso suplementar con leche ni calostros. Yo lo agradezco pero el Mozo dice que claro, que todo bien si solo hubieran sido unos minutos más. La realidad fue que el Mozo y la Habichuela se quedaron solos en el paritorio 9 y que las horas pasaban y no sabían nada de mi ni de la habitación. Habi seguía desnudita encima de él, cada vez con más hambre y el Mozo, que seguía encantado con la experiencia se empezó a angustiar. 

Y para colmo, Habi, a las 4 horas decidió que era un buen momento... para cagarse en su padre. Animalillo... le puso de meconio hasta las orejas xDDD. Menos mal que en ese momento nos asignaron cama y nos mandaron para arriba a los tres.

Y allí llegó el siguiente problema. El Mozo, en este capítulo Sherpa-pi, era una mula de carga. Llevaba: 

- Su abrigo

- Mi abrigo

- la bolsa del hospital

- Mi bolsito

- Mi ropa en una bolsa de plástico

- Su bandolera

- Mi bufanda

- Habichuela

Imposible llevar todo a la habitación sin perder una bufanda o una niña cabreada por el camino. 

Una enfermera acudió a su rescate. Hizo un burrito de Habichuela del que el Mozo está orgullosísimo (en cuanto puede, la hace un burrito con cualquier arrullo que tenga a mano), la calzó en una minicuna y, ¡para arriba! Sin embargo, el Mozo opina que habrá que llevar un acompañante que ejerza de sherpa para la próxima vez.

Y por fin nos reunimos los tres. Yo borracha de calmantes, Habi, agotada y deseosa de pecho y el Mozo, cargado hasta los topes pero pletórico y con una sonrisa de oreja a oreja.

Descargó, me besó y me dijo al oído que habíamos hecho una Habichuela perfecta. Me ayudó a ponérmela al pecho y Habi se enganchó a la primera. ¡Y de esta si que salía algo! Su carita de satisfacción lo decía todo y poco más puedo añadir.

Chicos, si vuestras circunstancias son como las nuestras, no os perdáis el hacer el piel con piel con vuestro bebé. La ventajas son innumerables pero lo mejor, para el Mozo, es esa impronta que queda con tu hijo.

¿Vuestras parejas hicieron el piel con piel con vuestros bebés o pudisteis hacerlo vosotras? ¿Qué tal la experiencia?