Los opinólogos acechan: vas a asfixiar a tu bebé

De un tiempo a esta parte he hecho del porteo mi forma di vida. Ya sabéis que en mis circunstancias actuales me es imposible tener un carro así que aquí ando, peleando con fulares, bandoleras, mei tais y mochilas varias, haciendome todo un máster en esto de portear a mi bebé. Dicho lo cual, ha llegado un momento en que hasta me permito asesorar a otras mamás. La matrona quiere que de talleres en las clases preparto y las chicas del café de los martes me preguntan. Hasta mi amiga Mami Tranquila, que desde su bimaternidad suele darme consejos ella a mi, recibió una clase de bandolera y mei tai a cambio de un baño en la piscina con su hija mayor.

Sin embargo, en estos casi 5 meses de aprendizaje también he constatado otra cosa: el porteo no está demasiado bien visto en esta sociedad.

Hace unos días le decía a Paqui, del blog Mami esto esta chuli, que no he sentido reprobación al amamantar en público y sin embargo, si que lo he sentido cuando porteo. Siempre de señoras mayores. A día de hoy, he recibido unos cuantos gestos y frases desafortunadas que paso a compartiros:

1. Ahí debe pasar mucho calor. 

Si señora. Lo pasamos. Los dos. Pero precisamente por eso estoy superpendiente de cualquier signo de golpe de calor, porteo con portabebés extrafrescos y en las horas del día menos calurosas. Por eso llevo crema solar para recién nacidos con filtro físico, gorrito y hasta un paraguas que deben pensar que soy la loca del barrio. Si, por el motivo que sea, tengo que salir a horas intempestivas, voy requeteextrasuperpendiente y en cuanto la niña da señales de incomodidad, la saco del portabebés. 

2. Pobrecito, su madre no tiene dinero para un carro.

Esto se lo oí decir a una abuela que paseaba con un niño preguntón que estaba alucinando con mi mei tai de pajaritos. No me dio tiempo a explicarle lo que era, con su respuesta, la abuela consiguió que el niño pusiera cara de pena y le propusiera a la abuela comprarnos 'un bocadillo para la señora pobre y su bebé'. >_<. (Que conste en acta que ese día iba vestida de Desigual y no llevaba mi estilo zarrapastrosil habitual)

Bien, a día de hoy, el dinero no es problema. Ya no por nosotros, que vamos bien, si no por mis padres y mis suegros, a los que hay que parar los pies y se están pegando por ver quien nos compra el carrito. Como les decimos a ellos, el problema no está en el dinero si no en los tres pisos sin ascensor y mi lesión en la mano. Si me compran una mano nueva a lo mejor hasta lo hablamos. 

Por cierto, como mis circunstancias van a cambiar en pocos días y en Mordor tendré ascensor, necesito ideas acerca de sillas ligeras para bebés, que el Novio de mi Madre quiere regalarnos una YA.

3. Pero, ¡que haces, loca! ¡¡¡Sácalo de ahí que se va a asfixiar!!!

Reconozco que esto solo me ha pasado una vez. Reconozco también que sus formas y sus modales me cabrearon mucho. Reconozco que le hice la cobra a la señora y le di un manotazo en la mano... Y es que la seÑora venía directa hacia el portabebés, gritando, en medio de una cafetería CON aire acondicionado y justo hacía 2 minutos que había conseguido que mi niña se quedara dormida. Fue el día del hospital, después de dos horas y media entre consulta y cola para pedir las siguientes citas (60 personas tenía delante de mi) y cuando acabé tenía a la Habichuela en pleno berrinche, cabreada como una mona, estaba lejos de casa y todavía me quedaba irme a hacer gestiones a Mordor. ¡Y me meto a tomarme un refrigerio a un bar y me viene la loca esta a despertarme al bebé! Nooooo, seÑora. Se ha equivocado usted de Hobbita. 

- No me la despierte, seÑora- plas-plas, manotazo y movimiento cobra.

¿Pues no va la tía después de mi amable comentario y sigue mascullando e intentando meter las manos? Claro, ahí me hice grande, cambié el gesto, saqué mi mejor voz de borde y le solté un par de improperios. Pues me dio el refrigerio la buena mujer.... Se sentó a mi lado y no paraba de mascullar entre dientes que iba a estar pendiente para salvar a mi niña. Que deberían venir los servicios sociales. Que adonde voy, ¡como las negras! (sic!) Y que menos mal que estaba ella allí. ¬_¬. Dicho de otro modo: ¡váyase usté a cagar, seÑora!

Reconozco que esta señora me dejó un poco de mal cuerpo por como se metió dentro de mi espacio personal y como mascullaba en voz lo suficientemente alta como para que todos me miraran. Y que al final la que le pegó el manotazo fui yo pero es que.... me llega a despertar a la Habichuela y hago puré de seÑora, sinceramente. >_<.

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Por otro lado, cuando paseo por el barrio, suele haber comentarios divertidos, gente con curiosidad por el sistema o miradas cómplices con otras canguras (que en mi barrio ya tengo a unas cuantas fichadas) así que las cosas van cambiando.

Y a vosotros, ¿os habéis sentido juzgadas o directamente atacadas como yo por esa seÑora? ¿Las seÑoras os despiertan a vuestros bebés cuando vais con ellos en el carro?