Si algo salió bueno de nuestro viaje frustrado a la Sierra de Gredos fue el calor de los amigos. Darte cuenta de que tienes unos amigos de puta madre que son capaces de acogerte, escucharte, no echar leña al fuego y esperarte para hacer una barbacoa a las 23h, hora zulú, es simplemente maravilloso. Saber que puedes contar con la gente que has elegido para continuar el viaje de la vida está realmente bien ^_^.
Y después de este comienzo taaaan ñoño (que mi Amiga con Conocimientos me va a dar un par de collejas cuando me vea), quiero comentaros algo que sucedió durante ese fin de semana tan intenso.
Y es que, al ir con dos bebés, tres perros y estar en la Almarcha para regar el huerto del padre de uno de nuestros amigos, hizo que quedaran muchos ratos libres para conversar. Un par de noches de cerveceo y barbacoa hicieron el resto.
Fue una de esas noches cuando P., la pareja de nuestra amiga C., empezó a hablar de su aborto. No solo del aborto de C., no. Del aborto de ellos dos como pareja y del aborto que sufrió P.
P. también está triste. Eso me quedó claro. También las ganas que tiene de ser padre y de hacerlo en España, un país al que ama profundamente. Pero esa noche tuve que enfrentarme a la otra parte del aborto. La parte que sufren ellos.
Ya os conté que el Mozo se mostró muy frío y distante cuando tuvimos nuestra pérdida. Llegó a decirme que no habíamos perdido nada porque nunca tuvimos nada. Esa noche también conocí una faceta distinta de él. Porque según hablaba nuestro amigo P., yo veía al Mozo con la mirada perdida y asintiendo, imperceptiblemente. Puede que no se diera cuenta ni siquiera él.
P. nos dijo que había tenido que ser "el fuerte". Que no podía permitirse llorar con C. y que eso había sido motivo de muchas peleas. El no saber como comportarse, que decir, como ayudar a C. cuando él mismo estaba pasando un duelo. Anteponer a C. por encima de él. El dolor de C. y sin embargo, no lograr más que llanto de ella.
P. nos dijo algo que yo ya sabía porque me lo había contado C. El día en que les dieron los resultados de las pruebas de sangre, el día que C. tuvo por fin su diagnóstico, ese día les dieron también la necropsia de su bebé. De su hija. El día que P. supo que había perdido una niña se echó a llorar en el coche, sin consuelo. Gritó, pataleó, maldijo al destino y lloró a su niña. Y ese fue el día en que C. comenzó a sanar.
Y cuando vi al Mozo mirar a Pablo, con los ojillos brillantes, supe que yo también he superado mi pérdida.
Ahora P. puede hablar del tema. Pueden hablar del futuro, de sus ganas de tener hijos, de como lo intentarán y cuando. Del viaje que tienen a Colombia y como el virus Zika les hace posponer la búsqueda a un par de meses después de la vuelta a casa... Y C. puede llorar a su lado, en compañía, sin la congoja de tener que reprimir las lágrimas para no alterarle.
Porque nosotras no necesitamos que nuestras parejas sean fuertes. Nosotras somos fuertes. No queremos que nos sostengan por si nos caemos. Seguimos andando y viviendo cada día después. No. Maldigo esta educación machista que ha enseñado a nuestros hombres a no llorar, a no respetar su propio dolor, a no entender nuestras lágrimas. Esta educación que nos hacen sentir débiles a nosotras si no podemos reprimirlas, sabiendo que el mundo de ellos se tambalea con cada sollozo nuestro. Nosotras lo que queremos es saber que la pérdida no es solo nuestra. Que fue cosa de dos.
Por eso hay que hacer que esta generación, la que nosotros criemos, entienda el poder sanador que tienen las lágrimas en compañía. Entender el dolor en su justa magnitud, ni más ni menos, para que cerrar un duelo sea más sencillo para todos.
C. y P. van a ser unos padres maravillosos porque ahora ya pueden hablar de su bebé. De E. No voy a poner aquí su nombre porque merece la misma privacidad que tendría cualquier otro bebé aunque diré que tiene un nombre precioso y lleno de significado.
Y vosotros, ¿también pensáis que los chicos no deben llorar? ¿Qué estáis haciendo para lograr el cambio en la próxima generación?
Claro que deben llorar y ojalá logremos cambiar eso. Pero ese tipo de machismo y cualquier otro. El pensamiento de que ellos son los fuertes, los que sostienen. El pensamiento que si una mujer gana más el hombre se siente menos. O el pensamiento de que la mujer no puede ser más alta que el hombre para que no se sienta menos.
ResponderEliminarAl final todo tiene la misma raíz y hay que erradicarla porque cada cual es como es y punto. Todo tenemos sentimientos y todos deberíamos expresarlos.
Yo soy muy llorica, de hecho hasta casi lloro leyéndote, pero P, mi P, nada de nada, no suele expresar casi nada a menos que sea un acto reflejo de su cara. Hace poco le di una sorpresa e hicimos una excursión que sabía le iba a encantar. Cuando se lo dije puso una cara de ilusión... Que borró en dos segundos y me empezó a decir que bueno a ver cómo era... Menos mal que la tengo grabada, grabé el momento que se lo dije, y puedo disfrutar de esa cara indefinidamente si le doy al pause.
Besos
La raíz es cultural y por desgracia se les sigue enseñando a los niños a no llorar, a ser "fuertes", a reprimir emociones... y no solo desde casa,que también. Las series americanas de "yoyas" están repletitas de estos ejemplos. Costará cambiar las cosas pero hay que intentarlo desde la base, con nuestros peques.
EliminarQué reflexión más buena, Hobbita!! Yo tampoco quiero un hombre que se haga el fuerte, es más, no quiero un hombre, quiero a una persona, no al típico macho man ibérico que libre a la damisela en apuros de sus congojas. Yo soy fuerte, tanto o más que mi marido, hay momentos en que necesito apoyo, por supuesto, pero otros en los que la que apoyo soy yo. Mr. Sapo no es de llorar, porque hay gente a la que no le sale, pero creo que sí que sabe expresar sus emociones y sentimientos, sus miedos, y eso me gusta, saberlo débil lo hace más fuerte, más humano. Lo dicho, una reflexión genial. Un besote
ResponderEliminarYo quiero a un igual. No necesito protección ni sostén porque para eso me valgo sola. El Mozo expresa muy bien el cachondeo y la juerga pero en los momentos duros se me bloquea... voy aprendiendo a leerle pero a mis hijos pienso tratar de enseñarles otra forma de enfrentar los problemas.
EliminarTienes mucha razón, com decirte que llegué a necesitar que mi marido llorara conmigo, pero no lloró, le dolió, pero él no siente las pérdidas como yo, no quiso ver el embrión, quiso hacer que no existió y te puedo asegurar que esa "supuesta fortaleza de macho" no me ayudó nada, creo que ser fuerte no es reprimir, huir e ignorar lo que nos puede dañar, sino afrontarlo de frente, indudablemente yo soy la fuerte precisamente porque soy la que fue capaz de llorar. Aún así se ha esforzado por darme cariño e intentar comprenderme.
ResponderEliminarBesos guapa
A mi tampoco me ayudó en ese momento. Ha sido después, mucho después, que he ido viendo gestos hacia nuestro primer y truncado embarazo. Se esfuerza, si, pero tambien niega que hubiera algo.
EliminarTienes mucha razón, com decirte que llegué a necesitar que mi marido llorara conmigo, pero no lloró, le dolió, pero él no siente las pérdidas como yo, no quiso ver el embrión, quiso hacer que no existió y te puedo asegurar que esa "supuesta fortaleza de macho" no me ayudó nada, creo que ser fuerte no es reprimir, huir e ignorar lo que nos puede dañar, sino afrontarlo de frente, indudablemente yo soy la fuerte precisamente porque soy la que fue capaz de llorar. Aún así se ha esforzado por darme cariño e intentar comprenderme.
ResponderEliminarBesos guapa
A mí me encanta que un hombre llore y que sea sensible, porque es lo que tu dices algunos tienen ahí incrustado en que no deben llorar y que llorar es de débiles y eso es una chorrada como un piano. Me ha encantado la historia de P y de como en confianza uno puede soltar libremente lo que siente sin miedo al qué dirán o pensarán... Ahí es cuando te das cuenta de quiénes son tus amigos de verdad. Un besazo
ResponderEliminarLa verdad es que se ha montado una pandilla interesante, si. Llevamos poco tiempo conociendonos pero hay un feeling especial en este grupo. Además, parece que no pero siempre nos salvan de alguna xD.
EliminarSegún el carácter de cada persona...independientemente de la sociedad hay hombres más sensibles que otros...
ResponderEliminarMi marido no tiene ningún problema en mostrar sus sentimientos y ahora q lo pienso los amigos más cercanos que tengo son así, para nada el típico macho que no puede llorar ni mostrar sus sentimientos.
También pienso que hombres y mujeres sí somos distintos por naturaleza y q nosotras tenemos tendencia a ser más sensibles y románticas.
Uy, pues tienes mucha suerte porque en mi entorno es al revés. Y no son hombres educados en el machismo acérrimo de hacevunos años, no, pero hay un posillo cultural ahí que no se ve y que cuesta erradicar.
EliminarYo la diferencia natural la entiendo más entre individuos que entre sexos. Entre sexos la veo educacional.
Llevaba tiempo sin pasarme por aquí, y siempre que lo hago leo algo que me hace reflexionar, reír, llorar... me has tocado la patata, one more time.
ResponderEliminarNosotros hicimos rodaje en los dos años de abortos y dificultades para embarazarme... lo pasamos mal como pareja, muy mal. Estuvimos a punto de mandarnos a la mierda muchas veces porque no sabíamos llevar la cara fea de la ma/paternidad juntos. Hasta que confluimos, sanamos, y decidimos ir adelante con todo, pero juntos. Mamífero no es muy de llorar, pero cuando se nos fue Aritz... lo hizo, lo hicimos juntos, y eso nos ayudó muchísimo a sanar. Era hijo de ambos, dolor compartido por igual y nos apoyábamos el uno al otro, no había un fuerte. Creo que si eso hubiese sido distinto no estaríamos como estamos. Veo el brillo de emoción en sus ojos cuando le recordamos... Ambos le nombramos con naturalidad, es uno más de la familia. Si Aritz fuese un tabú entre nosotros, me volvería loca. Es mi hijo aunque no esté, y no quiero que nadie le olvide.
Tus amigos, al fin se han encontrado en el duelo, les deseo lo mejor. Y gracias a que hablaron de ello, tu has conectado con el dolor de tu Mozo también, que grande!
Gracias por hablar de esto, por arrancarme unas lagrimillas... y por supuesto, nosotros no reprimiremos las emociones de nuestro hijo!
Ay Jess, es que hay que vivirlo para entenderlo! Y como dices, esa parte mala de la paternidad está ahi y le puede tocar a cualquiera. Y no todas las parejas lo superan. Afortunadamente nosotros si y tenemos a Habi haciéndonos reir cada mañana.
EliminarEl Friki no lo habló, no lo sanó y cuando le explotó en la cara tuvimos una época oscura oscura, corta pero durísima.
ResponderEliminarHablamos mucho de lo mal visto que está que los hombres expresen sus sentimientos, todo lo que eso les afecta luego. En fin, a cambiar el mundo! A ver si #3 es un hombre y criamos hombres con mejor desarrollo emocional ;)
Abrazos gigantes a tus amigos!
Importantísimo elaborar el duelo porque si no el dolor te come por dentro y acaba afectando a todo el entorno. Me alegro de que al final lograra sanar!
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