Crisis de lactancia

Hace mucho tiempo que no hablo de lactancia en el blog y es que no es algo que me haya dado demasiados problemas. ¿os acordáis, lo nerviosa que me tenía el tema antes de tener a Habi? Pues a la hora de la verdad la lactancia ha ido rodada en mi vida. Ni grietas, ni dolores más allá de un pelín de escocedura los primeros días, buena subida de la leche, buena ganancia de peso... El par de obstrucciones (que no llegaron a ser doloras) y poco más.

La teta era algo maravilloso: no solo daba alimento de forma cómoda y rápida (si la niña tenía hambre, teta fuera y san seacabó). También consolaba cuando se daba uno de esos cachiporrazos que hacen historia y, sobretodo, la dormía en cuanto tenía un poquito de sueño. 

Pues esta idílica historia se acabó. La teta se ha roto, señores. Ya no funciona. 

Allí donde antes salía leche con, me parece a mi, orfidal, ahora sale leche con anfetas. Donde antes mi pequeña Habi caía víctima de un placentero sueño, ahora parece que se va de rave colocada hasta las cejas. 

Por otra parte, las tomas han dejado de ser plácidas y relajadas a parecer un escenario propio de la lucha libre. Salvo un par de tomas al día que si que las hace relativamente relajada y tranquila, el resto son una pelea para que deje de retorcerse sobre si misma, intente sintonizar el otro pezón (algo que nunca le he permitido), me arañe, golpee, palmeé, abofetée, patée... Terrible. Tanto es así que al ratito de empezar la toma, me cabreo y la bajo. A veces funciona entretenerla con otra cosa y se conforma tan contenta. Otras veces... bien. Otras veces no funciona y Habi entra en modo drama queen y entonces es la muerte. Porque ella intenta escalarme y recuperar la teta y yo intento huir y esconderme por la casa. 

Las noches empiezan a complicarsenos porque el porteo dejó de funcionar hace tiempo para dormirla y ahora tampoco nos funciona la teta. Así que hemos pasado a intentar dormirla en el carro (como hago a la hora de la siesta sin ningún problema) con más bien poco éxito. ¿Poco éxito? Seamos sinceros: epic fail. 

Así que el Mozo y yo estamos replanteando el caso porque no puede ser que hayamos estado 16 meses atendiendo cada llanto y demanda de nuestra pequeña Habichuela, desde el respeto, no dejándola entrar en un bucle de estrés y que ahora prácticamente parece que la estivilizamos para intentar dormirla. Pero es que, sinceramente, ya no sabemos muy bien que hacer. La montamos en el carro cerca de las doce de la noche ya desesperados porque no hay forma, nos lanzamos a las calles y se pasa llorando y berreando alrededor de 45 minutos hasta que cae. Que vale, que vamos con ella empujando el carro pero ignorándola porque en cuanto la miramos, el llanto arrecia y ya si que no hay forma de que caiga, pero vamos, que es marcarse un Estivill en toda regla. 

Así que nuestro actual plan consiste en pasar a nuestra pequeña tetainómana a su habitación y que el Mozo la duerma. Conmigo (y mis tetas) lejos para que no le entre el mono. Lo que viene siendo el método padre y el destete nocturno de toda la vida. Solo tenemos un pequeñísimo problema: no tenemos cuarto para la Habichuela. Ni tiempo para montárselo. 

(Vergüencita).

Pero de hoy no pasa. Hemos reclutado abuelos y vamos a empezar a vaciar el cuarto de la Habichuela, actual trastero de muebles y restos de la mudanza que hicimos hace ya casi un año (¡cielos! Un año desde que abandonamos Hobbiton) y, aprovechando que mañana nos traen por fin la cama tamaño tanque, vamos a intentar apañar algo para que Habi y el Mozo puedan dormir. ¿Lo conseguiremos? El miércoles os cuento si lo conseguimos y nos marcamos otro epic fail para la historia. 

¿Habéis puesto en marcha alguna vez el método padre? ¿Qué tal el resultado? ¿Algún consejo aparte de tener una cama en su habitación xD?