Semana 14

La semana pasada por una serie de problemas de diversa índole, no hice entrada de síntomas. Básicamente: acabé en urgencias con una migraña estupenda. Habi se quedó con los abuelos. Yo estuve hasta altas horas de la madrugada en el hospital y al final pedí el alta voluntaria para marcharme a casa. Cosas del directo. Nota mental: hacer entrada de mis últimos encontronazos médicos.

Total, que ya vengo esta semana a contar que tal me está yendo, que aunque nos hayamos saltado una semana, tampoco pasa nada. Quedan todavía muchas por cumplir. 

1. Sangrado de encías: este síntoma ha llegado para quedarse. Con fuerza. Como en el embarazo de Habi vuelvo a ser una zombi sin remedio. No hace falta tocarlas ni pasarlas el cepillo o morder algo duro (que también). Ellas solitas se ponen a sangrar espontáneamente. Es algo embarazoso pero no duele ni tampoco molesta. Iré al dentista, claro, pero no tengo muy claro que logren hacer mucho más porque en el embarazo de Habi tampoco pudieron parar las hemorragias. Se pasó solo tras el parto y no me había vuelto a preocupar. 

2. Náuseas y vómitos. estoy intentando retirar el Cariban porque resulta que NO se puede utilizar durante la lactancia (si, ningún médico me lo advirtió y lo he descubierto por casualidad ¬_¬). Ahí está en e-lactancia, de color naranja oscurete tirando casi al rojo. Para entendernos, en los niveles de peligrosidad de un fármaco, está en el nivel anterior a la contraindicación absoluta. Sic. Así que estoy en ello porque además la dosis que me habían mandado en La Paz era para caballos (2 cápsulas cada 8 horas). He reducido a una cápsula pero todavía si me la quito, vuelven las náuseas y los vómitos. El día de la migraña vomité unas cuantas veces y ayer también me revolví mucho.Poco a poco.

3. Olores: sigo sin soportar el Ariel (y de hecho se lo he escondido a la asistenta, que por más que se lo digo, prefiere usar ese para lavar) y me revuelven muchísimo los pañales y el olor de la cocina por la mañana. Así que medio día me lo paso respirando por la boca, tratando de no cambiar demasiado a menudo a la Habichuela y rezando para que se haga cacotas a partir de las 16h, que es cuando el Mozo entra en escena en casa (con bastante poco éxito, por cierto).

4. Dolor de articulaciones y espalda. Desde que tenemos el colchón nuevo la espalda me ha dejado de doler por las mañanas y la cadera ya es solo una pequeña molestia. Así que por ese lado he mejorado un montón. Ya solo me queda apuntarme a nadar a menudo para descontracturar la espalda y empezar a ponerme en forma de cara al parto. Y quizás me venga bien un fisio pero todo se andará.

5. Antojos. De pronto me entra mucha hambre de verdura cruda y fruta fresquita (y a ratos me entra hambre de salchichas frescas). Lo bueno es que estoy comiendo muy sanito. Lo malo es que es un coñazo andar desinfectando verduras y frutas con la lejía. Y cuando me da el antojo de carne sangrante... pues no me lo puedo dar, snif. Ni el de jamón, ni el de fuet.... Así es la vida en casa de una toxoplasma -.

6. Mucho pis: sigo igual. Además, sigo teniendo que correr al baño porque me meo encima y luego, sale un minichorro. Y encima hay que estar haciendo posturitas para que termine de salir todo. Ahora sobre una pierna, ahora sobre la otra, alante, atrás, inclínate, mueve el culo... Y a veces, al levantarme.... me meo. >_<. Si encima estoy con vómitos mearme encima es situación asegurada. No gano para bragas, oiga.