Abuelos a tiempo completo

En la casa de niños hay muchos abuelos. 

Es normal. El horario de la casa de niños realmente no resuelve a los padres que trabajan excepto en casos muy concretos. El proyecto está genial, las educadoras son lo máximo, se implica mucho a los padres... Pero asumamos que 3 o 4 horas al día, ni siquiera dan para cubrir una media jornada real, y menos con los tiempos que se manejan en los Madriles.

Por lo tanto, en la casa de niños encontrarás desde padres y madres parados (que es mi caso), a padres y madres con los turnos cambiados (o bien trabajan ambos de tarde, o bien uno de mañana y otro de tarde), o bien encuentras abuelos a tiempo completo que descansan de los nietos.

¿Y que son abuelos a tiempo completo?

Son abuelos que están cubriendo las carencias de la sociedad en la que vivimos. Sociedad que no pone en valor a lo más preciado que podemos tener: los niños. 

Abuelos que ayudan como pueden. Abuelos que se levantan a las 7 am (o antes) para cubrir las necesidades de unos hijos (ahora padres) que tienen que marchar a trabajar pero tienen hijos muy pequeñitos. Abuelos que ejercen como cuidadores un mínimo de 5 días a la semana. Muchos de ellos mañana y tarde. 

Las mañanas en el edificio donde vivo se da una curiosa y frenética actividad matutina. El parking de superficie se llena de coches con sillitas y padres estresados que van sacando desde bebés de 6 meses a niñitos de 2 años. Con los ojos restregados de sueño, chupetes, algunos muy contentos y otros desubicados. Algunos francamente cabreados, que no son horas de andar coche p'arriba, coche p'abajo. Y a su lado, los abuelos de mi edificio. Recepcionando retoños, intentando intercambiar alguna frase con sus hijos que tienen prisa y responden con monosílabos ausentes, intentando no olvidar ninguna instrucción. Y besos y pórtates bien, y llámame si pasa cualquier cosa, y tranquilo que aquí lo pasamos genial...

Yo lo veo todo desde mi ventana, que tiene unas gloriosas vistas al parking de superficie (¬_¬) y me pregunto que se sentirá tanto desde un lado como desde el otro. 

Más tarde, ya con la calma, llego a la casa de niños y me encuentro la puerta llena de abuelos del barrio con sus nietos. También tenemos una adolescente tardía, tía de una de las niñas, que bastante a menudo se encarga de traerla con cariño hasta la puerta de clase. 

A raíz de lo que me ocurrió con la casa de niños, los puntos, etc, alguna madre me dijo que no era justo que yo no tuviera ningún punto por estar en paro frente a muchos padres que tienen la nada desdeñable cantidad de cinco puntos por trabajar ambos y que luego tiran de abuelos porque obviamente el horario de la casa de niños no les resuelve durante su jornada laboral. 

Y aunque parezca tirar piedras sobre mi propio tejado, no estoy de acuerdo con esa afirmación.

Porque, si bien veo abuelos muy felices y que disfrutan muchísimo de su relación con los nietos, también estoy teniendo la suerte de conocer a otros abuelos con otras realidades tan válidas como la mía. 

Y es que yo estoy bastante sobrepasada después de casi dos años compatibilizando la crianza de dos niñas menores de cuatro años. ¿Y si yo ahora os dijera que una abuela casi se me echa a llorar porque está angustiada con su vida?

- Llevo 12 años viniendo a esta casa de niños, hija. ¡Y lo que me queda!

- ¿12 años?

- Claro. Tengo cuatro hijos. El primero me ha dado dos nietos. Los cuidé el primer año y el segundo los traje a la casa de niños. La segunda tiene tres. Me los dejaba por la mañana y después, a la casa de niños. El tercero tiene dos. También los estuve trayendo. Y la cuarta está embarazada

Y cuando dijo que estaba embarazada, no lo decía contenta. Lo decía verdaderamente sobrepasada, al borde del llanto.  

Doce años. 

Doce años peregrinando hasta la casa de niños. Doce años que en casa de esa buena mujer siempre hay un niño menor de tres años. Mínimo. Porque muy a menudo esa mujer ha tenido tres o hasta cuatro nietos pequeñitos por las tardes. Lágrimas de angustia. Porque lo saca adelante sola.

¿Podéis imaginarlo? Que mira que yo he disfrutado de la crianza de Habi y hubo días que estaba al borde mismo del desbordamiento. Y con la Pulga lo mismo (pero peor). Y la combinación de dos es simplemente agotadora. Imaginad ahora a una mujer de casi setenta años con un niño de tres años en plena rabieta y dos en plena etapa de sube y baja con sus 16-18 meses (esa etapa tan física, tan agotadora). 

Y otros abuelos me cuentan que recogen al nieto X en la casa de niños y luego, a las 17h, alguna cuidadora les deja por la tarde a los nietos mayores recién salidos del cole hasta que a las 18h o 19h llegan los padres a recogerlos.

También hay un par de parejas de consuegros que da la casualidad que viven en el mismo barrio y que se van turnando al nieto.

Y familias que dejan a sus gemelos por la mañana (ambos padres) y que luego son recogidos por la abuela y la tía.

Y para toda esa gente, la casa de niños es un oasis en medio del desierto. Porque los niños son maravillosos pero también muy cansados. Y, no me cansaré de repetirlo, pero la tribu no existe y llevar uno solo el grueso de la crianza es agotador. ¿Bonito? No lo negaré. ¿Intenso? También. ¿Inabarcable? Pues a veces. 

Y sigo dándole vueltas a como se podría conciliar. A como se podría llegar a todo.

Y una y otra vez se me aparece Carolina del Olmo y su sentenciadora opinión:

- Yo he podido porque tengo dinero. Y para cambiar las cosas lo que habría que hacer es tirarlo todo abajo y volver a construirlo de otra manera.

Por lo tanto pienso que, efectivamente, la solución real no es conseguir llegar a todo (bien pagando a un tercero, bien tirando de la poca tribu que nos queda, ello es, familiares). No. Lo suyo sería que los padres pudiéramos cuidar de nuestra prole pero no solos. Yo creo que a mi, lo que me está matando no es la crianza en si si no la soledad de criar sin más adultos (apoyada por las tardes por el padre y en momentos puntuales por terceras personas). Y es que las mañanas que paso en compañía de otras madres se me hacen menos cuesta arriba que cuando estoy sola con las dos niñas. Mis hijas son las mismas. Yo soy la misma. Cambia el entorno. 

Vuelvo a esos abuelos y los veo solos, con la prole, un día y otro día y otro día. Y lo que hace doce años seguramente fue el subidón de estrenarse como abuelos es lo mismo que hace que a día de hoy te enteres de que tu hija está embarazada y casi te pongas a llorar delante de unos desconocidos. 

¿Como hemos llegado a esto? ¿A que el embarazo de tu hija menor te cause tanta angustia y ansiedad?

En conclusión. No tengo la solución a todos estos problemas si no es destruyendo el sistema y volviendo a construir y, asumamos que eso a día de hoy esto es una utopía. Sin embargo si que se pueden abrir más casa de niños para, al menos, dar un respiro en la crianza a todas las personas que cuidamos. Guarderías con proyectos respetuosos. Espacios de crianza que involucren a padres, madres y entorno familiar.  

No quiero con esto decir que la solución sea la guardería puesto que tampoco es esa mi idea. No. Esto es solamente un parche. Uno de los problemas estructurales (que no el único) es, en mi opinión, el horario laboral pero de el tema de los horarios da para otra historia y será contada en otra ocasión.

¿Como veis vosotros el nuevo papel de los abuelos? ¿Tenéis abuelos que apoyan? ¿Conocéis abuelos sobrepasados? ¿Como vivís la crianza desde vuestra realidad?