Visita al ginecólogo privado (I)

Si en la anterior entrada de controles médicos os contaba que me había topado con una matrona tirando a poco empática, ahora toca el turno del ginecólogo. 

Mi ginecólogo es majo, un tío campechano al que conozco desde hace bastante años y en cuyo criterio confiaba. 

Confiaba en pasado. 

Y es que, de nuevo, me encuentro con que, cuando apenas hay un esbozo de embrión creciendo en mi útero, se me anticipa todo lo que va a pasar. Pero tratemos de ordenarlo y vayamos al turrón.

Allí llegué yo a la consulta, con mi Habichuela y allí mismo me hicieron una mini eco rápida donde confirmaron que #2 estaba implantado y que latía. Entonces llegó el momento de prescribir todas las pruebas que tocan en el primer trimestre y hablar un poco de sensaciones varias. 

Tras darme volante para análisis de sangre y ecografía volví a plantear mi duda con la cicatriz. Y de nuevo, más de lo mismo: se fue hacia la estética como si esa hubiera sido mi pregunta.

- Tu no te preocupes que esto en la siguiente cesárea te lo arreglamos y te lo dejamos como nuevo.

- No, perdona. Es que no quiero plantearme ahora otra cesárea. Si todo va bien quiero parto vaginal.

Silencio, levanta la vista de los volantes y me mira por encima de las gafas.

- ¿Pero te lo has pensado bien?

- Es que no hay nada que pensar. Estando de menos de 10 semanas, sin saber si va a haber algún problema que lo indique, me parece que no hay que plantearse cesárea alguna, ¿no?

- Vamos a ver. Por supuesto si tu quieres riesgo cero para ti y para tu bebé, lo mejor es que  te programemos la cesárea, lo saquemos y de paso te arreglamos la cicatriz anterior - ahora era yo la que enarcaba la ceja -. Ahora bien, si quieres arriesgarte a que se te rompa el útero, que automáticamente se muera tu bebé y que tu..... bueno, tengas muchas posibilidades de dejar huérfana a esta Habichuela de aquí, entonces por supuesto que podemos intentar ese parto vaginal que tan idealizado tenéis últimamente. 

O_o. 

Vamos. Que en apenas 2 minutos de monólogo el hombre me dejó claras varias cosas: que no está actualizado en ginecología y recomendaciones de la OMS, que para él las cesáreas suponen riesgo cero (cosa absolutamente falsa) y además me habló en un tono paternalista, tremendista y agorero. ¡A una gestante de 9 semanas!

A ver. Que es que con 9 semanas yo lo que deseaba era vivir lo que con la Habichuela tengo la sensación que se me negó y es que, con el aborto, apenas pude disfrutar de mi embarazo hasta bien entrado el tercer trimestre. De hecho hasta que no la tuve en brazos en la habitación yo no me creía que todo fuera a salir bien. Tuve miedo hasta el último minuto, cuando ya la oía llorar en el quirófano.

Yo solo quiero vivir un embarazo chulo, disfrutar de esas sensaciones que no tuve. Que yo se que esa inocencia del primer embarazo libre de problemas no la voy a recuperar nunca pero si que es cierto que no estoy viviendo el embarazo de #2 aterrada. No temo que le vaya a pasar algo por cada decisión que tome. Quiero empezar a sentirlo pero para bien. Y desde luego, no quiero que me lo estropeen. Y hablarte de tu futuro bebé muerto durante tu futuro parto pues no es exactamente bonito ni idílico ni lo que le deseo a una madre que acaba de empezar su gestación.

Total, que acabé en casa, frustrada de nuevo, llorándole a mi Amiga con Conocimientos por whatsapp y llegando a una conclusión chunga:

- ¿Y si cometí un error al elegir cesárea programada en el parto de Habi? ¿Y si esa decisión la tomé porque este señor también me habló en términos tremendistas sobre la versión cefálica externa? ¿Y si...?

Mi Amiga me sacó del bucle con unas sabias palabras:

- Mira, lo que jode ya no es tanto que te hablen en estos términos si no que te hagan dudar de unas decisiones que tú tomaste en su momento en unas circunstancias muy concretas y que tenías muy claras. Tú ya tienes claro que en este parto vas a optar por un PVDC, te digan lo que te digan, pero jode que te fastidien el momento dando a entender que la culpa de no poder tener dicho parto es porque te hicieron una cesárea previa.Cesárea que elegiste tú también en aquella situación personal y después de sopesar todas las posibilidades. 

Y es que, efectivamente. Quiero un parto vaginal. Y si finalmente es una cesárea, no pasa nada: voy a por una cesárea. Incluso a día de hoy (varias semanas después de estas primeras visitas médicas) que ya estoy en el segundo trimestre, no se si habrá alguna circunstancia que haga pensar en cesárea porque es anticiparse demasiado. A día de hoy no quiero pensar en preeclampsias, ni en partos prematuros, ni en envejecimientos de la placenta... No quiero pensar en todos los problemas ginecológicos que pueden presentarse a lo largo del embarazo. Solo quiero disfrutar de mi embarazo ahora que mentalmente parece que puedo.

Y lo que me jode es que parece que los profesionales médicos de los que me rodeo, no me dejan.

(Continuará...)

¿A vosotros también os han hablado en tonos paternalistas como si no supierais tomar decisiones o leer un panfleto de recomendaciones de la OMS? ¿Habéis cambiado de ginecólogos o matronas por este motivo?