Cosas de Habichuelas: sustos bizarros

A día de hoy es indiscutible que Habi es una bebé feliz que crece contenta y que me alegra cada día con sus sonrisas y sus avances. Y sin embargo, tiene unas cosas que a mi, personalmente, me desconciertan.

Y es que, de un tiempo a esta parte, Habi se asusta....

de MIS estornudos y toses.

Si, si. De los míos. No de los suyos o de los de los demás, no. De los míos. 

Al principio pensaba que lo que le daba miedo era la sacudida en si y es que Habi y yo hemos hecho del porteo nuestra forma de vida y claro, la primera vez que estornudé coincidió que ella estaba encima de mi y se echó a llorar muy desconsolada después de poner una cara de sorpresa realmente cómica. 

La segunda vez también la tenía encima, esta vez en el sillón. Ella estaba de pie, saltando animadamente encima de mi, tan contenta (si, tengo un monito saltador que no llega a los tres meses :o) y tuve a bien toser. Una tos seca y.... sacudida de la bebé, que estaba sujeta por los sobacos. Y de nuevo, cara de sorpresa y a llorar con mucho sentimiento. Un disgusto.... Era puro desconsuelo hecho bebé.

Sin embargo, hoy he tosido mientras la tenía tumbada en la manta de actividades y más de lo mismo. A berrear muy desconsolada a raíz de mis toses. Y encima lo he aderezado con un estornudo de propina y ya ha sido el acabose. ¡Que me ha costado unos cuantos minutos calmarla y lloraba con lágrima y todo! ¡Y que carita! Y yo, jo, lo siento, pero es que confieso que me ha dado la risa xDD. Pobrecita, menuda torpi madre le ha tocado...

¿Y por qué digo que esto son cosas de Habichuelas? Pues porque vale que se asuste. De la sacudida, del ruido, de la cara que pone el que estornuda. Por lo que sea. Pero es que esta niña, cuando está en brazos de su Papá o de sus Abuelos,  no se entera de estornudos ni de toses. Y mira que mi madre tose últimamente. Pues no se inmuta.

Y ayer el Mozo la sacó a pasear en el fular y al pasar por un jardín le dio un ataque de alergia de esos que hacen historia. Venga a toser, venga a estornudar y la niña, venga a bambolearse... Y yo preparada para sacar corriendo a Habi del fular y consolarla como la buena y abnegada madre que soy. Pues mi niña, ni se quiso enterar. Ahí estaba, tos en la oreja, sacudidas a tutiplén y ella tan pancha, mirando pajaritos, coches, árboles y chupando el fular.

¿Alguien lo entiende? ¿A alguien más le pasa esto tan curioso?