Terapia de desahogo

Hoy el post va a ser un poco diferente a lo que acostumbro porque hoy estoy un poco-mucho de bajón. 

Por una tontería. Y lo peor es que soy consciente de que lo es.

Y no lo puedo evitar pero estoy gris como el día.

Tengo una prima de mi edad que no me habla desde hace 12 años. Antes éramos uña y carne pero un día me dejó de hablar. Porque si. Todavía hoy no se el por qué y la verdad es que con el tiempo me ha dejado de importar. Que me la pela, vaya.

El caso es que mi madre fue a ver a sus padres, mis tíos, ayer porque a él le habían tenido que operar de urgencias. Apendicitis.

Nadie de esa rama de la familia, con excepción de mi Abuela materna, han venido a conocer a mi hija. Tampoco han llamado ni se han interesado. Sin embargo, mi orgullosa madre, les enseñó fotos. Mi tía fue diplomática:

- Se parece a M. (yo).

Mi tío, no lo fue:

- A mi es que nunca me han gustado los niños.

El caso es que ya no se habló más de Habi y mi madre preguntó por mi prima. Está genial, se supone. Se independizó hace dos años ya y en el trabajo la han contraofertado para que no se marchara (iba a cambiarse de empresa) y le han puesto a trabajar desde casa. ¿Qué buena noticia, verdad?

Pues me ha jodido. U_U.

No lo he podido evitar. Y es ridículo y me hace sentir como el culo pensar así pero... yo también quiero trabajar desde casa para poder conciliar.

Y por otro lado, con mi suerte, puedo estar sin hacer ni el huevo y en casa, con Habi, dedicándole el 100% de mi tiempo. ¿Para qué querría trabajar? Mi Amiga con Conocimientos siempre dice que si ella estuviera en mi situación, no se lo pensaba dos veces. Yo misma digo muchas veces, medio en broma, medio en serio, que lo que dignifica no es trabajar, que lo que dignifica es la nómina.

El caso es que siempre vuelvo con lo mismo. Y es que yo estoy educada para esforzarme y trabajar. Que ahora con Habi también es un trabajazo. Un trabajazo que además hago con mucho gusto y con el que confieso que me siento realizada (zasca a todo lo que pensaba antes) pero que, reconozcámoslo, no se valora en la sociedad en la que vivimos. Y yo he cumplido. He estudiado muchísimo, he trabajado mientras me sacaba la carrera, me he independizado con 18 años, he acabado la carrera con buenas notas, he disfrutado de un par de becas gracias a esas notas y ahora....

Ahora quiero que termine de una puñetera vez todo el tema de los juicios laborales en los que ando metida. Que de repente me he dado cuenta de que va para cuatro años. ¡Cuatro años! ¡La mitad de mi experiencia laboral! Llevo cuatro años sin poner una vía, sin explicar un calendario de vacunas, sin diagnosticar un cushing, sin atreverme a meter a quirófano a un petauro del azúcar de 200g... Cuatro años sin trabajar. Yo, que trabajo desde los 18.

Y lo peor de todo. Cuatro años sin que se solucione mi situación laboral. Y el abogado me acaba de decir que nos vamos a otro año más porque me han vuelto a recurrir la sentencia.

Cuando hablo con la gente bromeo diciendo que este cabrón seÑor me va  a pagar la excedencia por cuidado de hijo menos. Y es verdad. Y sin embargo.... me da tanto miedo no llegar a nada. Me da mucho miedo que desaparezca del mapa. Me da miedo no estar haciendo algo bien. Me jode sentir que soy la única que lucha por los derechos laborales futuros de Habi y que al final, laboralmente, salgo perdiendo yo. (Si, el Mozo al final no se cogió sus 15 días de permiso por la boda, pero eso da para otro post de desahogo).

Ya está. Eso es todo. Solo me permito un momento de bajón y a seguir para delante, tirando del carro. Con mi niña dormida y retorcida en una postura en absoluto normativa dentro de su fular. Hoy no hay forma que se duerma derecha, ¡coña!

Hoy solo os voy a pedir un poco de ánimo virtual y, si os sale, contadme un chiste para que me salga una sonrisa :')