Cosas de Mozos: el ansia viajera

Mi Mozo es muy majo, muy amable, muy estupendo, muy buen padre pero tiene un pequeño problemita que suele aparecer entre dos y tres veces al año: si el Mozo no viaja, se pone gilipollas tontorrón.

El caso es que llevaba un par de semanas particularmente irascible, estúpido, saltaba a la mínima, se sentía afrentado por cualquier cosa, me montaba pollos por estupideces. ¡Cielos, tuvimos una discusión delante de los que nos trajeron la secadora simplemente por desenchufar una regleta! Por no hablar de que entra en lo que yo llamo "modo gorderas". Ni hace ejercicio, ni le apetece, ni come bien, ni se lleva el tupper a la oficina, ni le apetece hacer nada de nada y resopla mohíno por las esquinas. Y lo que es peor: no hace ni el huevo en casa. Y eso me cabrea a mi.

Ayer me marché dos horas con una amiga y ese tiempo se quedó el Mozo con la Habichuela. Al volver el caos se había adueñado de mi casa. Casa que yo me había preocupado en adecentar durante toda la mañana. Pues llegué y el sofá estaba sepultado en migas. Me daba auténtico asco sentarme ahí (si, yo, la que adora hozar en culos de vacas). Así de cochino estaba. El baño de la Habichuela tenía el suelo plagado de pañales limpios que NO habían sido recogidos de nuevo y el pañal sucio, como siempre, estaba por allí colocado (es algo que el Mozo no hace: tirar a la papelera los pañales sucios. Papelera que está en el mismo baño). La ropa de la niña estaba hecha un burruño tirada por el cambiador o colada por detrás. Las calzotillas habían sido lanzadas a la bañera. Y si. El cubo de la ropa sucia está DEBAJO del cambiador. Por supuesto ni rastro de la cena prometida y, cuando le dije que hiciera el favor de recoger la casa.... ¡se me cabreó! ¡Él a mi! Indignación es poco para describir lo que sentí en ese momento.

Este año, con la excusa de que la Habichuela me drena la energía, no me había percatado de lo que pasaba y estaba empezando yo a tener ganas como de mandarle a la mierda (siendo fina). Y de pronto, hoy, me he dado cuenta: ¡ey, un momento! ¿Cuando fue nuestro último viaje?

Y, de repente, todo encajó.

Así que hoy, en cuanto ha llegado con su mohinez habitual del trabajo, le he dicho que haga el favor de preparar una salida para la semana que viene, después de reyes, que tiene vacaciones. Ha resoplado y entonces se lo he dicho:

- Ya se por qué andas tan porculero ultimamente, amoL. No es la Nochevieja. No es el amigo invisible. No. ¡Tienes ansia viajera!

Desde que se lo he dicho, ha reseteado. Ahí lo tengo, jugando con la Habichuela mientras trata de montar una conversación de skype para irse de despedida de soltero a las Canarias. La cena prometida de ayer está preparada y calentita en el horno. Yo tengo mis dos horitas para escribir un poco y despejarme, que buena falta me hace. Y ya le he metido en el cerebro el mensaje subliminar de que la semana que viene, si o si, haremos una escapadita viajera. Por el bien de la pareja, de la familia y, por supuesto, por mi salud mental. Porque otro mesecito como el que me está dando y juro que le mando a cagar bien lejos xD.

¿Vuestros mozos tienen también estas cosas tan de adolescente cabezota? ¿Creeis que se debe al cromosoma Y? ¿A un defecto en la educación? ¿A tener los h***** bien gordos?