¿Tener el segundo hijo?

Últimamente en mi grupo de amigos con hijos se habla muchísimo del número de hijos. La hija de Mami Reciente está a punto de cumplir los dos años, a nosotros nos está encantando la vida después de la Habichuela y al final se convierte en tema recurrente en la mayoría de las reuniones.

Las mamis del café de los martes, también plantean la cuestión. Las que son bimadres opinan unas cosas mientras las demás, primerizas, idealizamos otras. Algunas tenemos claro que queremos buscar un segundo, otras se sienten sobrepasadas con el primero y prefieren esperar aunque no lo descartan y otras lo descartan de plano porque solo quieren uno.

El caso es que al final, creo que en eso radica la filosofada: idealizamos un mundo en el que elegir como y cuando tener los hijos. 

Luego estamos el Mozo y yo. Queremos más hijos. Es un hecho. Incluso yo fantaseo la posibilidad de tener tres pero el Mozo me baja a la realidad y me dice que, después de sufrir en nuestras carnes lo que cuesta tener un hijo, tengamos uno detrás de otro y luego ya se verá.

El Mozo se lleva muy poco tiempo con su hermano. Un año, un mes y un día. Él siempre habla de lo chulo que es tener un hermano y de lo mucho que le gustaría que Habi y el futurible se llevaran poco. En su mundo ideal, nuestros hijos se habrían llevado alrededor de un año. Con mi cesárea esa opción la descartamos (de aquella manera, ejem), claro está pero ya hemos llegado a la barrera de los 18 meses entre partos para permitir que el útero esté bien cicatrizado.

Por mi parte, soy hija única. Nunca he necesitado un hermano y no lo he deseado ni echado en falta simplemente porque no lo he tenido nunca. Sin embargo, tengo la necesidad como persona de ser madre más veces. No tengo prejuicios ni creo que los hijos únicos seamos más o menos que los hermanos. Y es que yo no quiero un hermano para Habi. Quiero un segundo hijo (y en mi mundo ideal, un tercero) ¿Cuanto quiero que se lleven? Creo que tenerlos seguidos o separados tiene pros y contras. Por un lado, si los separas en el tiempo, se disfruta de cada hijo en cada una de sus fases como si fueran únicos y además el primero tiene esa autonomía que ahora mismo veo que le falta a Habi. Sin embargo, es justamente esa autonomía ganada por el niño lo que echó para atrás a mi madre para ir a por un segundo. Y es que, cuando mi padre se planteó por fin el segundo, a mis seis años, mi madre, que siempre quiso tener dos, dijo que no. Yo ya estaba criada y le daba muchísima pereza volver a empezar (supongo que el no contar con colaboración de mi padre, siempre con sus creaciones, ayudó a tomar esa decisión). 

El caso es que nosotros, tras mucho hablarlo hemos decidido intentar que se lleven poco tiempo. Y digo intentar porque a mi la regla no me ha venido. Osea, que hemos pasado la barrera de los 18 meses entre partos y tenemos luz verde para buscar pero mi cuerpo está avisando que no está preparado. Yo se que sin regla, te puedes quedar siempre que caces la primera ovulación pero en nuestro caso no está habiendo ovulación de ningún tipo. Porque si, amiguitos. A mi me explicaron lo de los 18 meses pero voy a reconocer ante vosotros que nosotros simplemente hemos dejado de utilizar métodos anticonceptivos. Ya es que ni marcha atrás, oiga. A nosotros nos va el riesgo. Vamos, que en mi idioma eso es buscar con todas sus letras. Así que, reconozcámoslo, nosotros buscamos a Número Dos desde prácticamente la cuarentena pero a nuestras vidas no llega ni la regla ni #2. Como he tenido que ir al hospital un par de veces, tengo un par de test negativos que me han hecho allí antes de meterme a rayos. El último del mes pasado. Así que nada.

De momento este detalle me está librando de tomar decisiones: como la naturaleza no quiere, pues ya está. Disfruto sin presiones de Habi y no hay nada que yo pueda hacer. Sin embargo, entre nosotros que nos conocemos, confieso que probablemente en un tiempo el pensamiento empiece a hacerse fuerte en mi cabeza. ¿Cómo lo llevaré? Quiero creer que bien aunque, vosotros que me leéis y habéis vivido en vuestras carnes búsquedas, abortos, infertilidad y mil problemas más sabéis que nuestras cabezas van por libre. ¿Qué haré cuando mi entorno cercano empiece a quedarse embarazado de sus respectivos números dos? ¿Cómo lo llevaré cuando Mami Reciente me diga que tiene su positivo? ¿Seré capaz de alegrarme o entraré en ese bucle de pensamientos oscuros que me entró cuando perdí a mi primer bebé? Quiero creer que me alegraré tanto como me estoy alegrando ahora con las noticias de mis amigas primerizas pero lo dicho: la mente va por libre.

¡Cuántas preguntas y que pocas respuestas!

Tengo a un milagro aquí conmigo, en el salón, ajeno a todo lo que se me pasa por la cabeza. Habi aporrea feliz un vaso contra la mesita y le cuenta algo super importante a su padre, el Mozo, que está de vacaciones reponiéndose de la despedida de solteros-casados en la que estuvo todo el fin de semana. Somos felices, estamos completos. Tenemos una familia estupenda y yo tengo días en los que miro a Habi y pienso en si este pequeño milagro será el único que nos conceda la vida o si podré volver a ser madre sin problemas.Yo de momento, soy feliz así.

¿Y vosotros? ¿Cuándo os planteasteis el segundo hijo? ¿Lo conseguisteis con facilidad o fue un tardón? ¿Os asaltaron pensamientos "hostiles" durante la búsqueda?