Semana 23

De nuevo una semana sin demasiados cambios pero en cuyo conjunto estoy bien. Estoy relativamente ágil y la natación me está dejando muy, muy en forma. No hay síntomas terribles y la Habichuela se mueve que da gusto lo que me tranquiliza cada día más.

El diagnóstico del miércoles me dejó un poco chof pero lo voy superando. Y tengo un catarrazo del quince, pero no es atribuible a la pobre Habichuela, ella no tiene la culpa de eso, pobrina. 

1. Mareos: me han dado en dos ocasiones y la verdad es que en el primero me asusté. Iba en el metro y me empecé a sentir muy malita, muy malita. De caerme redonda. Menos mal que iba con el Mozo. Pensé que iba a ser la gripe pero no. Estoy perfecta. El segundo me pasó volviendo de un pueblo de recoger setas. El día había sido intenso, con un paseo tranquilo por el monte pero de bastantes horas y al volver, entre curva y curva.... pues muy mal otra vez. En esta segunda ocasión no me asusté y lo achaqué al cansancio. Y no me ha vuelto a pasar. Lo que si me pasó fue que anoche me puse muy mala a la 1 am (ya estaba durmiendo) y acabé vomitando la cena. Me daba todo vueltas pero hoy estoy como nueva.

2. Sangrado: sigo sangrando por la nariz y ya tengo cita con el dentista porque me han empezado a sangrar las encías en abundancia y también de repente, como me pasa con la nariz. Así que al final no tengo un día tranquilo en casa pese a no trabajar. ¡Me paso el día yendo arriba y abajo!

3. Pinchazos y tirones: han vuelto. El otro día no me dio tiempo a colocarme bien al estornudar y vi las estrellas durante un buen rato. También me resiento si me paso con el paseo de la perrita (nos tenemos que sentar y menos mal que en mi barrio de Madrid otra cosa no, pero bancos tenemos muchos) y a ratos simplemente de estar sentada ya aparecen. 

4. Dolor de espalda y ciática: lumbalgia y ciática creo que me van a acompañar hasta el final del embarazo. Solo espero que después desaparezcan igual que aparecieron. La pelota de pilates ayuda pero no es la panacea y si trato de evitar la ciática estando de pie, me da lumbalgia. Si intento evitar la lumbalgia permaneciendo sentada, me da la ciática. Creo que es una batalla perdida pero afortunadamente es muy soportable (cambiaba las migrañas por una ciática eterna con los ojos cerrados, fíjaos lo que digo!).

5. Sed: sigo con mucha sed. La monitora de natación se preocupó (diabetes, ya sabéis) pero la verdad es que no creo que me de alterada la curva. Creo que simplemente tengo más demanda de líquido de lo habitual (que yo ya era bebedora per se. De agua :p).

6. Pis: lo bueno es que no va a peor, que la gente me había advertido muy mucho del aumento de tamaño del bebé y su repercusión sobre la vejiga. Lo malo es que no creo que pueda ir a más porque literalmente me paso el día en el baño. Las noches siguen siendo lo más petardo pero sigo tomándomelo como un entrenamiento rumboso para cuando la enana se desvele de noche. 

7. Movimientos de la Habichuela: está muy activa. Ya empieza a deformar un poquito la tripa (muy poquito) y a dar golpes y patadas fuertes que a veces sorprenden por su fuerza. ¡Un día me hizo hasta daño! Sin embargo, es sentirla y morir de amor. 

8. Piel: siguen los picores que trato de combatir con aceites y que dependen del día. Hubo una noche con un picor en la axila bastante insoportable (también le pasó a una compañera de natación, pero a ella con ronchas y visita a urgencias incluida). Me han salido dos angiomas más, uno en el pecho y otro en la espalda (esos me los ve el Mozo). También me han salido peque ronchitas como si fuera rosácea en la cara interior de los brazos, pero no pica. Preguntaré en la próxima visita al médico.

9. Melancolía: llevo unos días tontorrona, lloriqueando en las entradas de blogs ajenas. Cuando estoy sola también se me escapa la lagrimilla pensando en que mi niña pueda venir mal a este mundo. No puedo dejar de pensar en riñones. Puede que sean las hormonas que no me dejan ver todo en perspectiva. A ver si se me pasa (estoy segura de que si ^_^).

Por último, el embarazo está afectando a mi Mozo: 

- Es él el que tiene antojos (quiero piña con langostinos, quiero dulce, quiero unos torreznos de Soria). Así, tal cual.

- Es él el que está aumentando de peso (aunque creo que aquí la culpa es de las celebraciones en su oficina, que cuando no están de cumpleaños están de nacimientos y todos los días caen unos cuantos croissanes de chocolate, pastelitos varios y, eso si, fruta ecológica cortesía de los jefes) 

- ¡Él! El que hace cosas extrañas. Además, se le está pegando lo del pis. El otro día me levanté a las 7 de la mañana y se había dejado el grifo abierto de par en par. Desde las 4 de la mañana que debía estar soltando agua a todo trapo como un campeón. Y está descentrado. Muy descentrado. Vino un amigo suyo a cenar y se partía de risa porque no era capaz de retener nada en la memoria (ni lo que le dijera yo ni lo que le dijera su amigo).

¿Recordáis a vuestras parejas afectados fisica y mentalmente por el embarazo? ¿Eran también situaciones graciosas? ¿Les dieron antojos? A mi no me ha dado ninguno, la verdad (si que es cierto que cuando voy a casa de mi madre les robo vilmente los pepinillos del bote de variantes que tienen siempre por la nevera pero yo per sé, no tengo la necesidad de comprarlos). ¿Ataques de llanto en la sala?