Semana 33

Hoy entro en la semana 34. Hoy tengo la que, espero, sea mi última ecografía. Mi última analítica. Mi último desayuno post analítica con porras obscenas..... Bueno, quizás no sea mi último desayuno post analíticas, tampoco hay que exagerar... :p

Ya contaré resultados en cuanto me los den. Espero que mi hígado haya vuelto a la normalidad (aunque con los excesos navideños no se yo si caerá esa breva... ¬_¬).

De momento diré que llevo 12 kilillos ganados. Estoy en la media. En esta familia somos Middle para todo.

Pese a lo que leáis más abajo, decir que sigo en modo embarazada zen. Feliz, contenta, satisfecha con el estado croqueta torpe en el que me hallo... Es solo que a veces también tengo mis momentos de querer arrancar cabezas y que mejor sitio que el blog para poner estos instintos homicidas en común ^_^. Desde el buen rollo.

Con los síntomas tengo una suerte de pupurrí de todos los síntomas que me han acompañado durante el embarazo. Vamos a ello:

1. Náuseas inversas: llevo dos días que me despierto con unas irrefrenables náuseas que solo se calman atracando la nevera. Como sigo frutera y además tengo el insomnio pisero, pues no es grave. Ya que me levanto, aprovecho, echo un pis y me zampo un par de plátanos y un trago de leche directamente del brick. Así. Sin perder ni por un momento el glamour que caracteriza atracar una nevera en bolas y a oscuras a las 4 am. 

2. Sed: me doy a la bebida como si no hubiera un mañana. Caen botellas y botellas de agua. Y sigo con sed. La tensión sigue bien y las ganas de mear.... véase el siguiente punto.

3. Pis: a todas horas. Además, la enana sigue pateando con furia la vejiga con lo que ayudar, no ayuda demasiado. Por las noches sigo igual solo que me levanto con más dificultad y tengo que recurrir a apoyarme o más concretamente, a tirar de mi, tirando de la puerta del armario. 

4. Insomnio: al pis, la sed y las náuseas inversas se ha sumado mi maravilloso termo de agua caliente, roto y goteante. Esto no es un síntoma de embarazo, pero había que contarlo, que siempre es bueno recibir las condolencias por un termo que pasa a mejor vida. Como tenemos rotura de stock seguirá con nosotros hasta, por lo menos, el día 20 de enero. Yupi!

5. Mala leche: en mi defensa diré que solo me indigno con razón. ¡EA! El otro día andaba yo en la frutería, pagando en la caja cuando una seÑora (de esas con Ñ mayúscula) decidió que ella y su carro pasaban por sus santos cojones por sus huevos porque si justo por donde yo estaba. Me empezó a empujar y le dije que esperara un momento, que ya me apartaba yo. Siguió empujándome y perdí el equilibrio. Me agarré a la caja. Le grité que parara. Me siguió empujando y me tropecé con la cesta de la seÑora de atrás (si, otra con Ñ mayúscula). Volqué contra el cajero. Me di un buen golpe en la tripa. Me levanté cual resorte (ahora si, recuperé el equilibrio de golpe y porrazo) y le metí un pedazo de cacho de empujón que la mandé a ella y a su carro contra la cesta de los aguacates..... Y me dice la seÑora de atrás: 'Eh! ¡Cuidao!'. A lo que me giro, enhiesta y con cara de Hobbita cabreada, me señalo la barriga y les chillo: 'Usted, su carro y nosotras dos NO cabemos aquí. Se espera, coño!'.

Esto es un Hobbit cabreado

¿Adivináis su respuesta?

- Bueno, bueno, que yo también se lo que es tener barriga. Pues la tienes muy baja. Va a ser niño, ¿a que si? 

6. Ganas de llorar: me da a ratos. Después del episodio de mala hostia anterior, pagué temblando al lívido cajero (que mira que habla el tío pero en ese momento estaba tratando de mimetizarse con la pared) y con mucha rabia y luego solo quería llorar (de impotencia). El miércoles, en la visita al hospital, pregunté por el protocolo de cesárea y quería llorar (de angustia). Nos enseñaron una foto de un papi haciendo piel con piel con su retoño y... quería llorar (de buen rollo, eran muy monos los dos). Tal cual llegan, se me pasan. Estoy hormonada.

7. Dolor de pelvis: se me ha pasado el dolor de espalda y la ciática a la pelvis. De los anteriores no queda ni rastro. Mi pelvis se sigue sintiendo cual nuez de california siendo cascada con un cuchillo. Esto complica la vida a la hora de ponerse y quitarse ropa en el tren inferior, concretamente bragas, calcetines, pantalones y zapatos. Un show. Cuando está el Mozo me abrocha los zapatos pero el muchacho es TAAAAN lento algunas veces que por no llamarle y andarle esperando, me aguanto el dolor de nuez de California y me lo hago yo. Jo, mi mamá me hizo demasiado independiente U_U.

8. Movimientos de la Habichuela: no para. Me encanta. Serpentea, culebrea, parece que se gira pero a la hora de la verdad... ay! Que sigue de culo, la muy jodía. Creo que tiene una alianza secreta con su padre, que le vi yo en la charla del hospital muy emocionado con la foto del papi haciendo piel con piel. Además, dicha foto le ha supuesto el alivio de no tenerse que depilar el pecho lobo ¬_¬. Ese es mi Mozo. Yo preocupada por mi postoperatorio, por instaurar la lactancia bien, por mi sobre de jamón.... y él me dice: "¡Oye! Pero si me toca hacer el piel con piel... ¿me tendré que depilar antes?".

¿Alguna otra embarazada harta de seÑoras en la sala? Más hartas que de costumbre, se entiende, que las seÑoras hartan mucho. ¿Cómo van vuestros dolores? ¿Y vuestros síntomas? ¿Os volvieron las náuseas a estas alturas de embarazo?