¿Casualidad o destino?

Esta es una entrada de reflexión pura y dura que a un tiempo tiene todo y nada que ver con la maternidad. Esto es una reflexión acerca del amor, del desamor y de si hay vida después de la muerte es posible recomponerse después de una ruptura.

Ante todo, no preocuparse: el Mozo y yo estamos estupendamente. Es obvio que tenemos nuestras cosas, como en todas las parejas pero en lo esencial vamos bien. 

Sin embargo, últimamente nos ha dado fuerte el otoño y leo bastantes blogs reflexionando sobre este tema. También le está tocando a gente cercana a mi. Las parejas a veces pasan baches y de esos baches a veces, se rompen. Se suelen mezclar el llanto, la desesperanza, la sensación de abandono, la angustia, el miedo a la soledad...

Desde aquí, advertir que soy práctica. Muy práctica. No suelo tener ningún problema en acabar con las relaciones cuando veo que no van bien. Puede que sea un defecto mío y de hecho una amiga me ha reprochado con frecuencia que mi problema es que siempre voy muy rápido en las relaciones. Yo no estoy de acuerdo con su conclusión. Creo que cada persona tiene su tiempo, cada pareja es diferente y, si no hay ciertos puntos clave en común, lo ideal para las partes es concluir la relación incluso antes de que se torne completa y absolutamente tóxica. 

Por ejemplo, yo estuve 5 años con mi primer novio serio. Había una diferencia de edad amplia pero aún así estuvimos muy bien. Vivimos juntos 4 de esos 5 años y tengo muy buen recuerdo de esa relación. El problema en esta relación creo que fui yo: era muy cría y aún estaba creciendo. Me faltaban muchas cosas por vivir. A mis 19 años yo tenía muy claro que no quería hijos bajo ningún concepto. A sus 28 años él también lo tenía claro. La verdad es que teníamos claras tantas cosas... Y no eran más que fruto de unos traumas de juventud mal gestionados. Los dos veníamos de familias desestructuradas en lo paterno y no nos creíamos capaces de dar lo necesario a un hijo. 

A mi me dio una crisis bastante mala a mis 23 años. Ansiedad, depresión... no sabía que pasaba y él tampoco. Al final yo rompí la relación porque me ahogaba.

Ahora él es padre de un niño encantador de 2 años al que ama con locura y yo tengo a la Habichuela en el horno después de más de un año de búsqueda incansable. Los que no queríamos hijos :').

Y un año después comencé a ir al psicólogo. Me convenció el noviete que tenía entonces. De esa segunda relación, que comparada con la primera fue tormentosa y muy adolescente saco un par de sabias conclusiones:

1. Quien se acuesta con niños, cagao se levanta.

2. Ninguna relación es 100% mala y todas te pueden llevar a un buen lugar. Gracias a este chaval, que estaba como loco por el psicoanálisis en aquella época, acabé dando con una profesional como la copa de un pino que me ayudó a poner en orden mi vida y dar el paso hacia la vida adulta. 

Luego, la amiga esta que opina que llevo fatal las relaciones (aunque me quiere un huevo y yo lo sé xD) tuvo la brillante idea en medio de la ruptura con SU novio de toda la vida de poner tierra de por medio para olvidar y no mirar atrás. Me lió. Nos pedimos unas becas para partir a tierras norteñas y, no se muy bien como fue la cosa. El caso es que ella acabó quedándose en los Madriles, tratando de arreglar las cosas con su No-se-si-eres-mi-novio-pero-me-molas-pero-estoy-rota-por-dentro-y-necesito-tiempo-para-pensar (y que a día de hoy, 7 años después, sigue con ella ^_^) y yo acabé solita plantada en medio de una ciudad de la que no sabía ni que tenía muralla O_o (y por cierto: ¡¡qué muralla!!). 

Allí tuve a bien conocer a un alemán que tenía también un lío estupendo en la cabeza y que estaba enmadrado no: lo siguiente. Claro que como la madre estaba en Barcelona city yo esa parte no la sabía. Un año duró la relación y una semana tardó en romperla la seÑora esta. En ese momento me jodió. A día de hoy, hasta se lo agradezco. El muchacho era muy tonto y yo no habría sido feliz en semejante ambiente de brujas.

Esa ruptura tuvo un problema. Mis cosas estaban en su casa (en tierras norteñas), yo estaba en Madrid, él estaba en Barcelona llorando a su mamá y cuando le reclamé mis cosas me dijo que fuera yo sola y que me abriera la casera que él no tenía fuerzas para verme (WTF!!!!). Por cierto, me dejó por facebook, cambiando su estado. Muy maduro todo.

De esta relación obtuve a mi perrucha chucha, que él se empeñó en adoptarla (yo no quería, decía que no tenía tiempo para dedicar a un perro) y acabé comiéndomela yo, cual madre soltera. A día de hoy creo que fue una gran decisión ^_^ (tanto adoptar a la perra como no luchar por la relación con un irresponsable calzonazos, imaginaoslo con hijos :p).

Hagamos un receso. Tenía yo a mis 15 años una vida virtual activa, aunque la había ido dejando de lado poco a poco. Casualidades de la vida que a veces me conectaba y reconecté con un colega virtual de aquella época al que le conté todo absolutamente cabreada (total, no le conocía, que más daba). Me escuchó y resulta que era de la ciudad norteña vecina. Cuando escuchó mi plan de viajar a la casa del alemán en coche desde Madrid, cargar mis cosas en mi clío de 17 años y volverme para mi casa (en Madrid) en el mismo día me paró en seco y me dijo que no fuera loca y que hiciera noche en su casa. No se que era más locura, la verdad. Se lo conté a mi mejor amigo (que en realidad es como mi hermano) y me dijo que la idea le parecía bien, pero que si no me importaba, él me acompañaba cual armario empotrado para ver el panorama y que, llegado el caso, nos turnábamos para volver conduciendo. Mi amigo es un ángel ^_^.

Pues la cosa terminó en una relación de 3 años conmigo viviendo en otra ciudad y tan contenta. Pero volvemos a lo de siempre. La incompatibilidad de caracteres que al principio no se nota pero al final si. El tema hijos, el tema futuro.... A mi me salió una oportunidad laboral en Escocia, una mera entrevista. Se habló. Le entusiasmó porque odiaba su ciudad y quería salir de allí para mejorar. Además siempre decía que en su empresa le iban a despedir. Hicimos planes. Entonces la oferta laboral se materializó, se lo dije emocionada  y él me dijo que adelante, que me fuera sola, que quien era él para truncar mi futuro laboral. ¡¡¡WTF again!!!!! ¿Pero no estaba hablado? Pues debe ser que no. 

Lo dejamos. Él se quedó en el paro la semana siguiente. A día de hoy, sigue en el paro. Yo me volví a Madrid donde, casualidades del destino, me encontré con otras dos ofertas laborales después de encadenar años y años de becas chungas. Al final decidí no irme a Escocia y quedarme en un hospital de Madrid.

Tuve dos rollos que, obviamente, no llegaron a nada con el que llamaremos El Melenas Místico y el Profanador de Tumbas que dan para capítulos humorísticos que nadie debería tratar de emular xD. Esos si que no me llevaron a nada (o bueno si: a saber lo que NO quería bajo ningún concepto). A todo esto, mi amiga no paraba de decirme que así no se llegaba a ninguna parte. Yo seguía en mis trece de que eso no es así. Todas mis relaciones me han llevado de un punto a otro. Y estar sola en periodos entre parejas a mi me resulta hasta terapéutico. Ayuda a pensar y a poner en orden las ideas.

Pues en este hospital en el que acabé tenía un ratio de border lines por metro cuadrado increíblemente alto. Y además, resultó ser un fiasco de lugar (durante un tiempo me dije, mierda, debí irme a Escocia) como se puede ver en este post. Y los horarios matadores que tenía, más el ratio de clientes repelentes con mascotas asesinas, la soledad de los medios días perdidos y la falta de sueño hizo que un día agarrara un mazo y tirara a golpes una pared de mi casa. Así, tal cual. La Hobbita a veces es un poco brutita :$. Era algo que tenía planeado desde hacia tiempo y fue realmente reparador ^_^. Además aprendí la de escombros que puede generar una pared. 

Y con las agujetas del día siguiente concluí que así no se podía seguir y que necesitaba un lavavajillas (así funciona la psique humana cuando está agotada, queridos lectores y así funcionan las casualidades) y me fui a pedir presupuestos. Yo solo quería un lavavajillas para más adelante hacer la obra que tenía pensada en mi pocket casa hobbita y acabé metida en una obra que reformó la casa enterita. Y eso se tradujo en irme a vivir a una habitación en un piso compartido durante dos meses, al lado de mi curro. Y eso significó conocer a mi Mozo. 

Tres años después, estamos aquí. Viviendo juntos, construyendo un proyecto en común (y no dos proyectos separados), intentando casarnos si la burocracia nos deja y con una Habichuela en camino que nos da muchos sustos y también mucha felicidad. 

No se si ha sido fruto de la casualidad o del destino porque fijaos que aquí el amigo estaba preparando un viaje a Escocia para trabajar por allí cuando tuvo a bien romperse la pierna esquiando, encadenar una baja con un despido en una empresa de mierda, volver a su piso de alquiler (donde estaba yo), cuidarme a los perros y llevarnos comida a la clínica a medio día a mi ATV y a mi. Y acabó surgiendo el amor. 

Si yo siguiera con mi primer novio, mi Habichuela no estaría aquí y yo no habría pasado por todas estas experiencias que me hacen ser la mujer que soy hoy en día. ¿Estaría mal? Probablemente no. Sin embargo, me gusta ser quien he llegado a ser gracias precisamente a estas experiencias.

A vosotros, ¿que experiencias os han marcado para llegar a ser quienes sois? ¿Habéis vivido también alguna 'casualidad'?