Semana 20

Esta entrada llega un poco tarde hoy porque quería esperar a tener todos los datos para publicarla. Hoy al medio día he tenido la nueva ecografía de control de la clínica privada, para controlar los riñones de nuestra Habichuela.

Las noticias ni son buenas ni son malas. Los riñones siguen exactamente igual. Ahí está la dilatación bilateral de las pelvis renales, exactamente igual que hace unas semanas. Lo bueno es que no ha ido a más y que todas las demás estructuras están estupendas: parénquima renal, uréteres, vejiga, cantidad de líquido amniótico normal... Así que no estoy preocupada.

Pese a todo, me siguen dejando en 'riesgo' para seguir programándome ecografías más a menudo (cada 3-4 semanas, habrá que mirarle los riñones hasta nuevo aviso). 

Los síntomas de la semana pasada han sido muy soportables. Tenían razón las que me decían que el segundo trimestre era muy llevadero. Allá van

1. Dolor de espalda y ciática: son intermitentes y creo que es cuando se mueve la Habichuela. Cuando se mueve y se queda quieta, claro. Debe presionarme cerca del agujero obturador, por donde sale el ciático. El dolor de espalda lo achaco más a cansancio. Hemos estado como locos con nuestra abducción por el síndrome del nido. Fuimos a IKEA a comprar el armario de la peque y todo se nos fue de las manos. En próximas entregas del Síndrome del nido tendréis todos los detalles ^_^. El caso es que este fin de semana tan largo se traduce en dos palabras: NOS DESLOMAMOS. Y aún no tenemos la habitación lista, pero va tomando forma, aunque vuelve a estar todo manga por hombro. 

2. Movimientos de la Habichuela: se mueve muchísimo. Cuando tengo hambre, me patea con fuerza. Si como, se calma y al ratito de terminar, vuelve a patear toda contenta. Por la noche se monta unas fiestas alucinantes y yo alucinando con ella. Veo como se mueve la barriga, como da saltos. El Mozo también está entusiasmado y nos pasamos los minutos mirando la tripa a ver si hay un movimiento alienígena en su interior. Cuando nos obsequia con uno, aplaudimos como dos tontos ^_^.

3. Hiperactividad seguida de sueño: tengo momentos en los que estoy muy activa, tratando de llegar a todo y al instante siguiente, caigo derrotada en el sofá. Eso está bien hasta que te da un ataque de sueño en plena clase de francés y tienes que hacer muchos esfuerzos para no quedarme frita en la silla. Por cierto, a mis antiguos compañeros les ha encantado mi barriga ^_^.

4. Pis: esto sigue igual con un matiz. Por la noche sigo teniendo que levantarme a menudo pero además, durante el día, la Habichuela a veces me golpea la vejiga y hay que correr o me meo encima. A la hora de la verdad, después de tanta sensación, caen dos o tres gotas o simplemente no cae nada y te las ves y te las deseas para poder mear orinar. He de confesar que me retuerzo y le doy toquecitos en la tripa para que se mueva y deje de presionarme la uretra. Y acaba por funcionar: en cuanto se mueve, cae el pis. ESO, señores, es el verdadero alivio. 

5. Sangrado de nariz: cada noche, cuando me sueno, la nariz izquierda me obsequia con un buen chorro de sangre que luego tardo un buen rato en parar. Es incómodo pero no terrible y ya se que me va a pasar así que me anticipo y tengo todo preparado para el momento gore del día. 

6. Picor: me sigue picando horrores la cara y tuve unos días con mucha tirantez en la barriga y también picor en barriga, muslos y nalgas. Y lo peor es que rascarse el culo en público es algo que solo se ve bien si eres Nadal ¬_¬. Total, que me he tenido que aficionar a las cremas para la cara (que me echo cuando me acuerdo, ello es, cuando me pica mi terso rostro) y, como con las cremas corporales soy un desastre, me he metido el aceite corporal en la ducha y me lo echo al final. El picor ha mejorado tanto que ahora se me vuelve a olvidar echarme el aceite. Soy lo peor >_<.

7. Calambres: como dije en la entrada de los calambres, empiezo a tener avisos. Esta noche casi, casi, casi me da uno pero me he despertado a tiempo. ¡Así que hay que reforzar esa dieta a la de ya!

Y por el momento ya está. Ni náuseas, ni estreñimiento, ni peor circulación que sin embarazar. La cabeza sigue respetándome aunque algún paracetamol si que ha caído, he de confesar, pero nada como antes del embarazo. Ya se lo he dicho al Mozo: si por mi fuera y supiera que todos los embarazos van a ser así (sin migrañas), me pasaba la vida preñada. Lástima que la biología no funcione así, ¿verdad?

¿Qué tal recordáis vuestro paso por el ecuador del embarazo? ¿Cómo lo vais llevando las embarazadas? ¡También nos encantan aquí las perspectivas del lado masculino! ¿Os gustaba sentir las pataditas en las barrigas de vuestras chicas? ¿Alguien con diagnóstico de ectasia piélica en la sala?