Monitores y consulta en Hospital de O'Donell

La Habichuela y yo vivimos ayer nuestros segundos monitores del embarazo. De los primeros mejor no acordarse mucho, que petarda, el susto que me dio la muy 'judía'. Estos segundos han sido unos monitores hasta placenteros, en los que todo ha ido bien y la peque se ha movido mucho. 

Me ha sorprendido que en monitores, te tumben del lado derecho. Todo el embarazo viviendo con la demonización de acostarse de derechas y ayer... ¡ala! ¡Todas de derechas!

Nos han puesto las correas, nos han colocado en la posición adecuada, han conectado las máquinas y... ahí estaba el corazón de nuestros churumbeles (éramos tres chicas). ¡PUM PUM PUM! ¡Qué alboroto!

Hemos estado 30 minutos conectadas y luego nos han mandado esperar para pasar a consulta. Yo he aprovechado para leer 'Dormir sin lágrimas' de Rosa Jové (no paro de leer  libros de crianza últimamente).

Al terminar, me han dado el papelillo para la consulta y una canastilla. Y esta si que ha sido una buena canastilla que estaba yo un poco mohína porque solo me daban botellas de agua, infusiones y publicidad. En esta venía crema para el culo del bebé, pañales, toallitas, muestras de gel, loción y colonia, la consabida botella de agua, descuentos... A mi me han gustado los potingues, jeje

La consulta se ha demorado. He entrado con una hora de retraso pero bueno, estaba entretenida con las fases del sueño, el sueño REM, los terrores nocturnos y ahora mismo, las patologías, que será deformación profesional pero, ¡me encantan!

Y una vez en consulta, todo se ha precipitado. Me han pesado, tomado la tensión, me han hecho una ecografía para comprobar que, efectivamente, Habi sigue cual flor de loto inmutable y... me han programado la cesárea para ya. Y es que....

Este viernes, nace Habi.

¿Y sabéis qué? Que también es una fecha especial. El 19 de febrero es el cumpleaños de mi Yayo. Y me invade paz solo de pensar que Habi compartirá cumpleaños con su Bisyayo (o como se escriba). Yo no creo en misticismos ni soy excesivamente espiritual (mi Amiga con Conocimientos, que si lo es, diría que soy una negada espiritual de libro pero que eso me hace muy entrañable a sus ojos) y sin embargo, creo que el Karma nos devuelve de alguna manera lo que sembramos. Y mi Yayo era una persona tan entrañable y maravillosa que se merece ser recordado cada cumpleaños de la Habichuela. 

Además, ha llegado oficialmente el invierno a este nuestro país y en esta familia es tradición nacer en invierno (en invierno de verdad, no esta especie de cosa rara de chichinabo que hemos tenido hasta ahora), con sus bajas temperaturas, su nieve, su frío y su 'Mamá, vas a estrenar ese polar de porteo tan chulo que me hiciste'. 

Por otro lado tengo que reconocer que me ha dado una sensación de vértigo brutal. Quería llorar en el autobús pero me he contenido. Y es que mañana cumplo las 39 semanas y no cumpliré más. Esto se acaba y tengo 3 días para asimilarlo. Tres días para despedirme de la barriga, hacerme a la idea de que a partir de ahora seremos tres en esta casa. Tres días para organizar a la Perrucha Chucha y prepararle SU maleta (se va con los Abuelos a pasárselo teta en el patio y que la ceben a patatas fritas). Tres días para practicar nudos de porteo. Tres días para dejar programadas las entradas del blog. Tres días para dejar de soñar que como jamón y que el deseo se haga realidad. 

Ya queda menos para el reencuentro.

Tres días nada más para mentalizarme de que ya está. Se terminó.

¡Ay Habi! ¡Qué ganas de conocerte y que raro es todo a la vez! ^_^

¿Qué sensación tuvisteis las que habéis pasado por cesáreas programadas o inducciones al conocer la fecha oficial de desalojo?