La situación laboral de una Hobbita hacendosa VI

Hoy iba a publicar una entrada divertida y dicharachera de las mías pero es que llevo una semanita especial y necesito que volváis a ser mi paño de lágrimas. Sin embargo, no os acostumbréis, que este fin de semana el Mozo me saca de vacaciones con la Habichuela y pienso volver con las pilas cargadas y el humor por las nubes.

Y es que ayer fui al paro por orden de mi abogado. Pedí mi cita previa y me dirigí hasta allí. Está a un par de km de mi casa así que cargué a Habi en la mochila y me di el paseo. Ya os contaba ayer de mi amarga victoria: tengo un despido nulo pero sin readmisión. Que a eso lo llamo yo improcedente, pero bueno, hay que dejar de hacerse cruces con eso.

Total, que aunque el abogado ya me había advertido de que no me iban a entender en el paro, que yo tenía que solicitarlo y que, cuando nos lo denieguen, entonces iniciaríamos una demanda para explicar las cosas que no quedan claras en la sentencia.

Y allá que me fui. Mentalizada, barrera de hierro en la mente para no flaquear. Pero flaquee. Vaya si flaquee. Y es que no estaba preparada para que me juzgaran. 

- Es que a ver, si solo les has trabajado 4 meses. Y encima pretenderás que te paguen tres años.

Y me dolió. Me dolió muchísimo. Porque no soy yo la que ha estirado el tiempo hasta estos tres años a base de recursos y más recursos. No soy yo la que, después de tener 2 sentencias a mi favor, me tenga que comer una, que encima es firme, de una jueza que reconoce un fraude de ley al considerar probado que mi jornada de 20 h/semanales era ficticia y que hacía 41h pero no me da el indefinido porque no queda probado que mi contrato de prácticas fuera en formación (hacía tareas de encargada). Vamos, que unos fraudes son más fraudes que otros.

No soy yo la que dilató el tiempo hasta la primera sentencia en 1 año. No. Eso fue cosa de la justicia, que no es pa unas prisas. 

No he sido yo la que ha recurrido 2 veces y pedido aclaraciones otras 2. No, eso ha sido la empresa. 

No soy yo la que no quería trabajar: dos sentencias de despido nulo con obligación de readmisión que no se han hecho efectivas y que me habrían tenido dos años más trabajando. 

No soy yo la que me despidió mal, alegando causas procedentes pudiendo hacer un despido improcedente. No, esa también fue mi empresa. Que me podría haber despedido por 200€ y ahora me debe tres años de sueldo que no me quiere pagar. 

Y ahora me encuentro con que el paro tiene un huevo de sentencias, aclaraciones, demandas de ejecución de sentencia, fechas mezcladas... y que no se entera de si me tiene que pagar o no mi añito de paro y mis 18 meses de subsidio por causas familiares. Que encima me dicen que yo no estaba en situación de desempleo en 2013. ¡Pues claro que no! ¡Estaba luchando un despido copón!

Claro, que todo esto no sería más que una mera anécdota si no fuera porque la funcionaria, después de soltarme semejante perlita no me quisiera recoger la solicitud. Solo tenía que hacer eso: recogerme la solicitud. Si consiguen entender las sentencias, me lo concederán. Si no lo consiguen entender, me desestimarán la petición y me enviarán una carta a casa. Y con esa carta, mi abogado puede iniciar la demanda. Con lo que no contaba es que la funcionaria directamente NO me quisiera recoger los papeles. 

Así que me he tirado cerca de hora y media sentada en su mesa. Explicándole lo que son salarios de tramitación y que me replicara que eso a ella no le interesa. Que me dijera, poco más o menos que soy una vaga que quiero explotar al Estado habiendo trabajado solo 4 meses (en fin, parece que tienes más derechos para denunciar a una empresa cuando te han estado jodiendo durante 4 años que durante 4 meses). Pues no, señora. Demasiado que aguanté cuatro meses. ¡Y ojo-cuidado! Que estallé cuando mi ex-jefe me encerró en una consulta sin poderme escapar a pegarme gritos porque le había "robado" media hora (¿Se puede robar el tiempo si no eres un hombre gris?). Que me bloqueó la puerta y no me dejaba salir. Y el tío fuera de sus casillas, gritándome y yo allí, sola, sin poder salir por la puerta ni pedir ayuda ni nada. Pues según esta señora, si tanto necesitaba mi trabajo, tendría que haber aguantado, que es lo que les decían a nuestras abuelas cuando sus maridos las pegaban por ser unas malas mujeres.

Y Habi estaba llorando a moco tendido y yo venga a explicar. A punto de llorar. Y al final he conseguido que me cogiera la documentación. "De puro pesada". Pero no. Yo tengo derecho a que, al menos, me cojan mi solicitud. Si luego me la deniegan, pues bueno, vale. Pero mi derecho está ahí. Y siento mucho tener un caso complicado, pero para eso están las personas trabajando. Si no, tendríamos ordenadores que aplicarían los artículos de la ley y punto pelota. Que a lo mejor con un par de ordenadores potentes no se habría liado tanto la cosa.

Volver a casa ha sido un horror. Habi completamente desfasada y que no quería mochila. Así que dos kilómetros andando con 6 kilos de niña en brazos. Y luego han tocado vacunas. ¡Bieeeeen! Por lo tanto, hoy me declaro oficialmente agotada y siguen abiertas las oposiciones al mejor chiste de la semana.

Por favor, chistes, chistes, ¡que ayer solo me dejasteis uno!