Sobre la riqueza

El ciudadano normal de clase media, como tú o como yo, es rico. Si, como lo oyes. Creo que, a nuestra manera y a nuestro nivel, disponemos de un patrimonio oculto del que pocos nos damos cuenta. O si, porque a menudo nos vemos forzados a escoger de qué tipo de riqueza queremos disponer.

El ciudadano de clase media puede tener acceso a dinero (ni mucho ni poco, lo suficiente para vivir, ahorrar algo y darse unas merecidas vacaciones una vez al año) o a tiempo. Parece que disfrutar de ambas cosas en este nuestro país es una tarea harto complicada. 

Y así nos encontramos, día tras día, ricos sin saberlo y a la vez muy frustrados. 

Los que tienen trabajo, dinero e ingresos, frustrados porque no tienen tiempo.

Los que estamos en casa, ricos en tiempo, capaces de liberar cargas familiares al otro miembro de la pareja (si la tenemos), incluso de cultivarnos y dedicarnos a nosotros, frustrados porque nuestro dinero escasea.

A mi me pasa. Me han preparado toda la vida para ser una mujer profesional capaz de llegar a todo y a la hora de la verdad... A la hora de la verdad he "elegido" quedarme en casa porque la alternativa era una basura (vamos, que ni iba a tener tiempo ni dinero, ergo iba a dejar de ser de clase media para ser una trabajadora pobre de estas que están tan de moda últimamente). Aunque a veces, esa vocecilla malvada del subconsciente, que intenta tomar el control cuando me ve un poco vulnerable, me espeta que a lo mejor no me esforcé lo suficiente, no busqué lo suficiente, me arriesgué demasiado denunciando.... Los opinólogos de rigor tampoco terminan de ayudar, por muy claro que yo lo tenga ¬_¬.

Son ideas falsas, eso quiero dejarlo muy claro. No me arrepiento del tiempo que he trabajado porque no solo he aprendido muchísimo si no que además he conseguido tres excelentes amistades que perdurarán en el tiempo aunque una esté ahora mismo a 400 km, otra esté montando su empresa y otra siga en el mundo veterinario sufriendo horarios imposibles. No me arrepiento de denunciar porque creo que, a mi nivel, como un pequeño David contra Goliat, es lo único que podía hacer además de despotricar en el facebook o en el bar. Además, creo firmemente que la denuncia, pase lo que pase, es una demostración tangible y real de los principios y valores que quiero inculcarle a la Habichuela. Y además, con la tontería, parece que me ha salido bien (de momento).

Bien en el sentido de que las cosas de la justicia van leeeeentas como tortuguillas así que creo que me queda un margen de al menos un año (que seguramente sean tres por lo que he hablado con gente afectada) para disfrutar de mi niña, cuidarla y verla crecer en esa etapa tan vulnerable y necesaria de su vida.

Tampoco me arrepiento de haber empezado a trabajar con 18 años y haber encadenado trabajos extraños para pagarme la carrera y conseguir mis estudios a la vez que me mantenía viva y sola en los Madriles. Creo que esas experiencias me han dado perspectiva y me permiten saber lo que quiero y lo que no. Valorar las empresas en su justa medida y detectar que oferta es seria y cual no. Resolución para desenvolverme sola y, ¿por qué no? Una mejor relación con mi madre. 

Entonces, ¿por qué razón hay días que me agobia tanto el dinero? Tengo ingresos, no muchos y cubren mis gastos pero ahora mismo me encantaría poder participar en un montón de cosas con diferentes grupos de amigos que han ido surgiendo y que hacen actividades superinteresantes. No son muy caras pero.... ¡es que de pronto me he hecho rica en amigos también! ¡Yo, la asocial! Y claro, te pones a multiplicar y las cuentas no salen. Porque también hablamos de que habrá que cambiar de piso en un futuro no muy lejano si queremos tener más churumbeles. Yo siempre digo con la boca pequeña que nos apañaremos porque adoro mi pisito en lo más alto de la más alta torre, sin ascensor ¬_¬. También digo que los hijos son apilables y que además, si les haces la adolescencia un pelín incómoda, no se te quedan apoltronados hasta los 35 años (jiji, soy #malamadre, lo sé).

Pues hay días en los que no puedo evitar que me crucen esos pensamientos. En noviembre celebré mi cumpleaños. Vinieron dos parejas de amigos, ellas veterinarias, ellos informáticos (a los informáticos de la sala, el tándem veterinaria-informático funciona genial, si buscáis moza, id a daros una vuelta por la facultad). Ellos tienen buenos trabajos, con sueldos más o menos acordes a su titulación, fines de semana libres, horarios.... bueno, los horarios depende por lo que dijimos más arriba: o eres afortunado en dineros o en horas, no se puede ser de los dos equipos en este nuestro país :p. Nosotras.... Bueno, mi situación laboral ya la conocéis y si no, podéis empezar a leerla aquí.

- Primera parte
- Segunda parte
- Tercera parte
- Final

Mi amiga Opinóloga es la que sigue peleando con la veterinaria, intentando abrirse camino (yo ya he perdido la cuenta de los másters que tiene, las especialidades y la cantidad de cosas que sabe hacer la muchacha. Es una profesional como la copa de un pino con una formación apabullante y un amor hacia la profesión incorruptible pese a los años pasados y las putadas tropelías cometidas por los jefes que sin embargo tiene un sueldo vergonzoso, en mi opinión, para la formación que tiene y lo que ingresa en cada cirugía que dicha formación le permite practicar.

La otra amiga fue de las que también denunció a su empresa (ella estaba en otro hospital pero es que nuestro sector es vergonzoso), ganó (como nosotras), la empresa chanchullea y chanchullea y está en mi misma situación: a ver cuando se cobra aquí si ya he ganado todos los juicios ganables. La diferencia es que ella, a diferencia de mi persona, ha estado estos últimos 2 años buscando el empleo soñado. Saltando de clínica en clínica, de hospital en hospital, encadenando urgencias, horarios imposibles, turnos rotatorios infernales que no cumplían con los descansos mínimos estipulados por ley de largo (25 días seguidos trabajando 14 horas no declaradas, obviamente, medio día libre y otros 21 días, por poner un ejemplo). Hasta que ha petado claudicado. Normal.

Y  en mi cumpleaños, esta chica, que tiene por delante únicamente 4 meses de paro (porque la nueva reforma laboral es una basura y te hace elegir por periodos) estaba muy sorprendida de todo lo que el tiempo libre la estaba enriqueciendo. Poder descansar, dedicarse a ella misma, a actividades, a leer, a mirar la musarañas, pasear, a decidir que rumbo tomará su vida.... Hasta que miró su cuenta del banco. Y entonces se vino abajo. Aunque su pareja gana lo suficiente el problema es que ella (y nosotras) estamos educadas de otra manera, para ser independientes y no depender de nadie. Y esa idea, que es tan genial, hace mella en nosotras a la hora de la verdad. A la hora de la verdad en las circunstancias sociales que atravesamos, se entiende.

El Mozo y yo hablamos de esto varias veces a la semana. Se que está harto porque él lo ve todo clarinete (tiene esa faceta el muchacho, no se complica demasiado la vida). Nosotros hemos decidido actuar como un equipo, un tandem en el que él trabaja y yo dedico el tiempo a cuidar de la Habichuela (en el embarazo y después en sus primeros años) al tiempo que cubro mis pocos gastos. Y lo voy a hacer bien, si, porque me estoy preparando a conciencia, leyendo mucho, informándome de métodos de educación y crianza, creando mi propio pupurrí, ideando....

Sin embargo yo no soy educadora, aunque me guste el tema. No. Yo soy veterinaria (y soy buena en lo mío) pero también soy consciente de que, desgraciadamente, ese camino no es para mi en las condiciones laborales actuales. Y no puedo evitar que me joda (y esto no lo tacho porque me jode, con todas sus letras). 

Él me dice que tenemos suerte porque yo cuento con ingresos por la otra línea. Que no son muchos, pero dan. Y a mi me asaltan pensamientos oscuros de vez en cuando: si claro que dan, se paga todo a medias, aunque mis ingresos sean la mitad de los del Mozo y encima 'trabajo' cuidando casa y futura niña. Es cruel, porque realmente me da, y no es justo porque se la suerte que tengo de poder ¿ELEGIR? quedarme en casa y disfrutar de mi tiempo pero el no ahorrar lo que yo acostumbraba se me hace duro. Que el Mozo me diga que no pasa nada, que tire de ahorros porque para eso los tengo, me cabrea se me hace duro, porque yo los ahorros no los quiero tocar. Y además, ahí está mi madre, machacando cada X meses con el 'qué vas a hacer después con tu vida laboral', lo que se me hace aún más duro. Y a mi madre se le van sumando amigos y opinólogos varios porque, en mi opinión para bien, la sociedad ha cambiado mucho, la mujer ha accedido al mundo laboral y ahora mismo no estamos demasiado bien vistas las amas de casa U_U. Yo misma no quiero llamarme a mi misma ama de casa, que curioso, porque no me veo así.

¿Por qué nos pasa esto? ¿Por qué el cochino dinero tiene al final siempre más peso que el maravilloso tiempo? ¿Echáis en falta tiempo o dinero?