Cosas de Habichuelas: El Efecto Demo

Yo no se vuestros bebés pero, al menos en el mío, se dan ciertas situaciones a priori inexplicables pero que no dejan de tener su gracia.

Hoy vengo a hablaros de una situación que el Mozo ha bautizado como el Efecto Demo.

Conocemos el Efecto Demo como esa situación en la que preparas una demostración virtual de tu proyecto, se la enseñas al cliente y todo funciona a la perfección pero, cuando intentas poner en producción la idea, todo sale terriblemente mal, incluso peor y tienes que echar horas y más horas para intentar entender que puñetas ha pasado en tu maravilloso trabajo.

Aplicado a nuestra hija, el Efecto Demo se da cuando tu hermoso bebé es presentado en sociedad. Y es que nuestra hija parece un niño de anuncio para, en el momento en el que la visita desaparece por la puerta, entrar en crinos y pasar de ser un tierno y adorable bebé a un ser muy cabreado y que no sabes muy bien que es lo que quiere (aparte de destrozarte los oídos con sus berridos).

Pues si. En nuestro caso, el efecto Demo, se cumple.

Siempre que hay visitas, Habi se suele hacer un rosquito feliz en mi pecho y se queda plácidamente dormida durante todo el tiempo que dure la visita. ¡Y mira que tengo amigos ruidosos! Pues dan igual los gritos, las luces, los ruidos, las risas... Ella permanece impasible, dormidita. Si acaso se despierta y gruñe ligeramente para tomarse unos tragos de teta (por aquello de ser educada y beber con los invitados) y volverse a dormir en mi regazo después.

Si por algún motivo, se le termina el sueño, abre sus ojazos y empieza a hacer muecas que derriten al personal. Y el personal exige cogerla y pasarla de mano en mano y ella se deja hacer, con su cara de felicidad cuando está borracha de leche y regala sonrisas y pedorretas a todos. 

Habi suele tener su hora bruja entre las 18h y las 19.30h. Menos si hay visitas. Si la visita está a esa hora, ella será una bebé de anuncio. Y cuando la visita se marche por la puerta.... se acabó la paz.

¿Por qué? Nos preguntamos el Mozo y yo. ¿Cual es la razón? Pues no lo sabemos. Tenemos algunas teorías:

1. La niña ha salido a mi y se amodorra con el bullicio. Y es que su madre (osea, yo) es esa persona a la que le cabrean los ruidos amortiguados de los vecinos de arriba pero es capaz de dormirse en un festival de heavy metal (verídico: tuve que ir en calidad de fotógrafa a uno y me quedé frita mientras un señor muy borracho y muy gordo que cantaba en orco, se arreaba golpes en la barriga con el micrófono). 

2. El Mozo y yo estamos relajados y distendidos con las visitas y Habi lo nota y se relaja también. Esta es la teoría de nuestro amigo L., psicólogo en formación. Tiene su sentido.

3. La Habichuela tiene esas cosas. Inexplicables, muy suyas y solo por eso, simplemente adorables. Es cierto que a veces desespera y que no es la maternidad maravillosa de bebés sonrosados pero miradlo de otra forma: cuando conseguimos calmarla, nos sentimos poderosos ^_^. Además, la gente piensa que se nos está dando bien la paternidad porque tenemos mucha suerte con este 'bebé TAAAAN bueno'. Os lo entrecomillo porque son citas literales de varias personas pero realmente, ¿puede ser malo un bebé? En mi opinión los bebés lloran porque demandan algo, pero esa es otra historia que será contada en otra ocasión.

Vuestros hijos, ¿también tienen Efecto Demo? ¿O son más de los que se despiertan al mínimo ruido?