Dos meses

Dos meses ya, mi niña. Dos meses en los que has aprendido a hacer cosas increíbles a los ojos de tus papis.

Hace dos semanas aprendiste a sonreír. Ya no eran muecas al azar, no. La primera vez que me miraste fijamente y sonreíste... en ese momento, no te lo vas a creer pero se detuvo el mundo. Y ahora estás en una fase en la que regalas tus sonrisas a todo el mundo, con facilidad. Y me derrito cada vez que lo haces.

Cuando comes me miras a los ojos. Ya no se te pierde la mirada en el infinito. Y a veces, comes sonriendo. Claro, eso hace que pierdas el vacío y te cabreas un poco pero ya aprenderás que a veces hay que elegir entre dos placeres de la vida.

Estás pasando una fase preciosa, a ver si no se me olvida nada. 

Ya te pones de pie. Si, si, como lo oyes. De pie. Te tengo que sostener, claro, pero eres tú la que te impulsas sobre mis piernas, pones cara de loca y das botes y saltos y te quedas tiesa como un palo.

Hablando de ponerse tiesa como un palo... sigues con tus manías a la hora del porteo no normativo ese que te gastas. Aunque reconozco que ahora te gusta mucho. Siempre y cuando vayas tiesa. A ti eso de la posición de la ranita no te va demasiado. Mamá se empeña en hacerte bien la bolsa, ponerte en la postura y, justo cuando voy a tensar el fular.... ¡te levantas! Y vas por la calle mirando por encima del hombro hasta que caes sopa. Entonces ya si que te pones en la postura fisiológica esa que me habían vendido :).... pero con la nariz bien pegada al pecho o a mi sobaquillo >_<.

Has hecho de mi toda una gamer. Yo, que no era capaz de entender el mando de ninguna consola (salvo el de la wii y con algún que otro percance).

También me has conectado a las redes. A mi, la que tuvo móvil cuando entró en la universidad y por aquello de las guardias. 

Estás consiguiendo hasta que me plantee el mudarme de mi Hobbito Casa a un pueblito, como quiere el Mozo, solo para poder disfrutar de la calle y el campo contigo. Aunque ya te advierto que esos momentos de locura transitoria solo me dan de vez en cuando :p.

También has empezado a interactuar con los juguetes. No demasiado tiempo, claro, y aun no sabes cogerlos con las manos (creo que no sabes que tienes manos) pero es muy divertido pasar esos momentos a tu lado, en el suelo, haciendo volar cositas por encima de tu cabeza y viendo tus sonrisas y escuchando tus '¡Uh!' cada vez que un muñeco con espejo te sobrevuela. Esto me ha permitido ponerte en la hamaquita algunas veces. Veinte minutos es tu récord de aguante en el trasto ese que ocupa medio salón pero fíjate. Me dio tiempo a hacer un montón de cosas. Tu tía postiza, Amiga con Conocimientos descubrió que te gustan los picapinos de madera que hay en el recibidor. Te tuvo entretenida un ratito y a Mamá le dio tiempo a ducharse :').

También has empezado a fijarte en la Perrucha Chucha. No le dices nada pero hay ratos en los que te quedas embelesada mirándola. Ella pasa un poco de ti pero ya verás que divertida es cuando sepas llamarla y comprometerla.

El bañito ya te empieza a gustar un poco más. No demasiado, no vayas a pensar. Nos miras como con sospecha desde la bañera, bien agarrada como un monito al brazo de papá pero al menos ya no gritas y te retuerces mientras tratamos de limpiarte esas boceras de leche que te nos gastas. 

Hoy te tocan tus primeras vacunas y vives ajena a todo. En cambio, Mamá está temblando como un flan porque no quiero que te pase nada malo ni desagradable. Se que es por tu bien pero mis principios se tambalean cuando pienso en lo que vas a llorar y esa carita de incomprensión sumida en la tristeza que me pones cuando lloras porque sufres U_U.

Ya hemos hecho el primer viaje al centro en el metro. Te lo pasaste relativamente bien y te portaste fenomenal mientras comía con tu tía C. en el restaurante. Luego ya hubo que pasearte con el fular. Hubo que pasearte tanto que nos dimos un paseo desde Plaza España a la Puerta de Alcalá así, casi sin enterarnos. Y en el autobús te entró tanto calor que hubo que sacarte del fular y luego no había forma de volver a hacer el nudo. Te cargué hasta casa como un saco de patatas mientras tu mirabas los pajarillos toda contenta. Y por la noche volvimos a pasear, esta vez con la Perrucha Chucha. Claro, por al final del día tenías a mamá muerta.

¡Ay! !Las noches! Sigues teniendo esos momentos de adisgustez que nos preocupan tanto. No pasa nada, se que se te terminarán algún día pero... ¡qué malos ratos pasamos, hija! Y el día que te dan en el coche... ¡ufff! Tu mamá se altera un poco porque, igual que tu quieres estar en sus brazos y no entiendes porqué no te coge, yo me altero porque quiero cogerte y consolarte y se que no puedo hacerlo.

Nos regalas momentos increíbles, Habi. Y estoy intentando no perderme ninguno, créeme. Me encanta cada minuto que paso contigo. 

Gracias Habi por haber venido a nuestras vidas, por revolucionar nuestro mundo. Queremos seguir viéndote crecer.

Habi quiere saber cositas de sus primitos virtuales así que, contadnos: ¿Como van vuestros peques?