Los opinólogos acechan: 'Y esta niña, ¿ya duerme mejor?'

Si hay algo que me fastidia soberanamente en la vida son las preguntas vacías. Para mi, una pregunta vacía es aquella que te hacen por cortesía, o porque es lo que toca, o por convencionalismo social (no se muy bien por qué) y al interlocutor le importa una mierda un pimiento la respuesta que des. ¿Cómo sabemos que le importa 'ná y menos'? Porque la próxima vez que os veáis, repetirá la pregunta.

En este caso, este tipo de gente se materializa en mis suegros. Una vez, hace ya 4 años, pinté mi casa. Creo que estuvieron cerca de dos años preguntándome que qué tal la pintura. Que si habíamos acabado. Que si había quedado bien.

Hace 8 años, el Mozo tuvo que ir al dentista y lo comentó en casa. A día de hoy aún le preguntan que qué tal la boca y que le ha dicho el dentista.

A día de hoy, cada vez que me ven, la pregunta obligada es:

- Y esta niña que, ¿ya duerme mejor?

Y mi respuesta siempre es la misma:

- La niña duerme bien. Es un bebé y se comporta como tal. Hace un par de tomas cada noche y seguimos durmiendo.

Y es que, hasta donde yo recuerde, no me he quejado amargamente de las horribles noches que me da la Habichuela (nótese la ironía) porque, sinceramente, las noches no son lo que más me preocupa de mi recién estrenada maternidad. Mi niña duerme bien. Bien para ser un bebé. Y con el colecho, no me desvelo (alguna ventaja tenía que tener la técnica :p). Habi no tiene que montar un megaescándalo para ser atendida, simplemente gruñe un poco, me medio despierto, le embucho torpemente la teta en la boca y cuando termina, seguimos durmiendo. Ella hace dos, a lo sumo tres, tomas cada noche. No me parece anormal, menos después de haber leído a Rosa Jové.

Pues no se. Debe ser cosa de la tradición popular porque el Novio de mi Madre se ha unido a la fiesta del opinólogo y lleva dos semanas en las que me pregunta:

- Bueno, ¿y qué tal la noche? ¿Esta semana mejor?

Y yo me quedo con un poco de cara de poker porque, ¡mira que me quejo de cosas (la mayoría de vicio)! De las tardes de 'adisgustez', de mis muermi-suegros, de no poder desayunar a horas decentes, del dolor de muñeca, brazo y hombro... Pues no. En mi casa se me pregunta por mis noches. Esas noches que yo considero totalmente normales para la vida bebotil y que no me suponen una tragedia en mi día a día (o en mi noche a noche).

El sábado pasado mis suegros se presentaron por sorpresa en casa (bueno, avisaron antes a ver si se podían pasar, que estaban de visita en casa de una tía del Mozo que vive a dos calles de nuestra casa). Entraron, nos dieron los besos de rigor y...:

- ¿Y que tal esas noches? ¿Os ha dejado dormir?

- Si C. La niña sigue durmiendo perfectamente.

- ¿Ah, si? ¿Duerme bien? ¿Y no os despierta? 

- Pues como cualquier bebé C. Nada terrible.

- Anda, pues que bien.

¿Qué os apostáis a que el mes que viene me preguntan lo mismo?

Bueno, y hablando de todo un poco, ¿qué tal os duermen vuestros bebés? ¿Os han dado mala noche? ¿Ya duermen mejor?