Hace ya casi un año que escribí la primera parte de este post y es uno de los más leídos del blog, ergo, cuando el río suena, agua lleva. Yo no digo más.
Y es que hace unas semanas volvió a caer una tormenta en Mordor, ahora hogar hobbito. Al ansia viajera del Mozo se le juntó la "actitud de gordo" y la dejadez hacia todo lo mundano lo que se tradujo en una Hobbita bastante agobiada y que empezó a cargarse con demasiadas cosas.
Yo tengo un problema y es que voy asumiendo tareas y responsabilidades como por inercia, sin casi percatarme y de pronto, un día (generalmente un día que haya dormido mal), me percato de que no tengo fuerza para tirar del carro y simplemente, abandono. Dejo de tirar.
En este caso, había una dejadez general hacia las tareas domésticas, por parte del uno y, por cosas que ahora os relataré, por mi parte también. Porque si hay algo peor que hacer las tareas domésticas eso es que no respeten tu trabajo y que te lo pisoteen.