Estaba yo hace algunos domingos en casa de una amiga con el Mozo. Iban a venir chopocientas personas más pero al final quedó en un trío de ases: el Mozo, nuestra amiga y servidora. Y dos gatetes muy majos que pululan por esa casa.
Todo iba bien. Encargamos comida, charlábamos, hablábamos del embarazo, como veíamos el futuro, la niña, como hacerlo... Todo muy respetuoso, la verdad. Mi amiga además acaba de romper una relación de bastantes años y está un poco desubicada ahora mismo, tratando de recomponer su vida y pensando que rumbo tomar. ¡Bien por ella! Que estar chungo no significa que no puedas planear como salir del agujero.
Entonces, surgió la maldita política en la conversación. Digo maldita porque siempre trae discusiones tontas entre gente que se lleva bien pero creo que es esencial en nuestras vidas.
Mi amiga sacó a la palestra el tema del bebe de la Bescansa (madre mía, la de cola que está trayendo el pobre bebé). Esa cola, ese foco de atención puesto sobre ese niño y su madre me hace darme cuenta cada día en que, efectivamente, era más que necesario poner el dedo en la yaga. Porque en este país estamos a años luz de conseguir una conciliación real, desgraciadamente. La de ríos de tinta que se están vertiendo sobre esta madre (que es madre además de política) y su hijo, todo el mundo opinando acerca de lo que tiene o no que hacer con SU hijo.
Independientemente de mis ideas políticas he leído, entre otras, las siguientes recomendaciones que, paternalmente, se le hacen a esta mujer adulta y que ha tomado una decisión plenamente consciente:
- Que lleve a su hijo a la guardería del Congreso, que para eso está. Esto me recuerda a los depósitos de niños de los que se hablaba en el cuento de Momo.
- Que tiene un marido muy moderno y que lo mínimo es que se encargara él del niño. Aunque el niño es un lactante.
- Que es puro postureo. A mi me encantó el postureo, sinceramente. Y me habría encantado si hubiera venido de una política de ciudadanos también. O de Bildu. O del PNV. Porque estoy de acuerdo en que este
postureo es necesario.
- Etc, etc, etc.
Pero a lo que iba. A mi amiga le había parecido una absoluta OFENSA el acto de esta mujer porque, en su opinión, dicha actitud la ofendía a ella en su condición de mujer.