La Hobbita ya ha llegado a destino.
Y de momento solo puedo decir una cosa: PAAAAAZ.
Me he atrevido a coger el coche, después de mucho darle vueltas (ya sabéis mi terror a coger el coche) y os confieso que he llegado fenomenal. Menos los últimos 25 metros, que han debido poner como 87 rotondas en ese espacio. Vale, a lo mejor exagero pero los que viajéis a menudo por pueblos castellanos seguro que me entendéis.
Total, que he llegado sana y salva y sin accidentes (salvo por ese apoteósico final en el que me he comido un bordillo >_<) y ya estoy instalada en la que será mi casita los próximos 5 días.
Y ahora que no hay niñas gritando, llorando, lanzando garbanzos, saltando entre los sofás y descalabrándose entre las cortinas, puedo sentarme TRANQUILA y contaros que me ha traído hasta estas tierras valencianas. O más concretamente COMO he llegado a tierras valencianas.