Desgraciadamente, hay que hacer un alto en el camino para retomar lo que en un principio se suponía que iba a tratar este blog. Ante todo, que no cunda el pánico: estoy bastante bien, sobretodo comparándolo con cómo llegué a estar a principios de año. Sin embargo, no todo es perfecto y he hablado con unas cuantas mujeres que pasan por esta situación y me parece importante dar algunas directrices/consejos acerca de cómo enfrentarnos a ella.
Durante el embarazo pueden pasar varias cosas relacionadas con los dolores de cabeza más o menos intensos y en especial con las migrañas:
- Las migrañas desaparecen o disminuyen en frecuencia-intensidad
- Las migrañas se exacerban
- Las migrañas hacen una estelar aparición por primera vez en la vida de alguien que jamas padeció una.
El tercer supuesto no se lo deseo a nadie. No puedo ni imaginarme lo que debe pasar una persona completamente asintomática que tenga que enfrentarse a esto en pleno embarazo. Si este es tu caso, de verdad que lo siento. Tendrás que pasarlo con una dura prueba añadida: no conoces tan bien como las demás a este enemigo y lo vas a pasar francamente mal U_U.
Yo he sufrido los otros casos. En mi primer embarazo, las migrañas se dispararon. La verdad es que lo pasé francamente mal. Recuerdo el día que me hice el test de embarazo. Era 20 de diciembre. Me encontraba muy rara desde hacía unos días y SABÍA que lo había conseguido. Y yo me hice el test no para dar saltos de alegría, que también. No. Me lo hice porque me dolía horrores la cabeza. Así que me levanté, fui al baño, me hice el test, aparecieron las dos rayitas, me emocioné y a continuación caí en la cruda realidad:
- ¡Mierda! ¿Qué hago?