Del seguimiento de este segundo embarazo he hablado poco porque todavía estoy asimilando y tomando decisiones acerca de lo que me está pasando. Vamos a ver si consigo poner un poco de orden y contaros lo que me he encontrado en este primer trimestre de gestación.
Para empezar ODIO Mordor. No se si os lo había dicho ya. Resulta que mi centro de salud es 'pequeño' así que no tienen matrona. Total, que me han asignado una matrona donde Cristo perdió el gorro, a más de media hora en autobus, perdido entre chalets de los que no sale nadie. La primera (y por el momento última consulta) no empezó nada bien. ¿Por qué? Pues porque después de peregrinar hasta allí, con una Habichuela poco colaboradora en la mochila, con un calor que te mueres y bastante malestar por los vómitos, la matrona salió y preguntó por una tal Teresa (que obviamente no era yo). La matrona me preguntó si estaba citada y le dije que si (me habían citado esa misma mañana junto con los análisis de sangre). La matrona me dijo que era imposible porque no tenía más pacientes que la tal Teresa. Le dije que a mi me habían dado la cita esa misma mañana y que a lo mejor no se había actualizado el sistema pero que por favor me atendiera. Me dijo que solamente lo haría si no se presentaba la tal Teresa. La tal Teresa nunca se presentó porque resulta que mi cita la habían expedido a su nombre, una señora de más de 70 años (probablemente la que estaba justo antes que yo en la fila). Pues me tuve que poner borde para que me atendiera, al borde del llanto.