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lunes, 14 de noviembre de 2016

BLW: atragantamiento y arcada

El BLW se me estaba empezando a atragantar. No me terminaba de sentir yo cómoda con el método y sin embargo, seguía practicándolo y combinándolo con purés que me hicieran sentir que al menos la peque ingresaba algo de hierro en su organismo. ¿Comer? Unos días más y otros días menos. Nunca grandes cantidades y la verdad es que eso es algo que yo llevo bien. No quiero que mi niña tenga una relación con la comida basada en la cantidad o en lo que los demás consideren que es comer bien. Sin embargo, hay otro problema con el que aún lidiamos a día de hoy y es el miedo al ahogamiento.

Creo que todos los padres tenemos ese miedo. Aún recuerdo a mi padre obsesionado con que no comiera tumbada porque 'se te puede ir la comida por el otro sitio'. Acotemos aquí que cuando yo comía tumbada era ya preadolescente o adolescente total. Vamos, que mi padre estaba megaobsesionado con que su niña de 15 añazos (yo) pudiera atragantarse. Que es algo que nos puede pasar a todos, si, pero a mi me parece que esto era llevarlo un poco al extremo.

Pues esto mismo vivo yo en mis carnes con los bebés. Así en plural. Y es que me pasa con bebés propios y ajenos. 

lunes, 7 de noviembre de 2016

BLW: la sombra de la anemia

La semana pasada os contaba que el BLW empezó a hacer mella en nuestras vidas a la semana de empezar con el bendito método. Al igual que nos pasó con el porteo, empezamos a ver que no todo era tan bonito como nos lo pintaban y que había una nueva curva de aprendizaje que sortear. Curva que, de nuevo, implicaba a bebé y a papás.

Después de una semana con el método, el Mozo y yo empezamos a aburrirnos de nuestras comidas. Nosotros somos hobbitos de libro. Amamos el buen yantar y esto de comer todo hervido y por partes nos estaba suponiendo una tortura anímica a nivel de paladar y además una tortura física a la hora de preparar las comidas.

A todo esto le sumaremos algo que yo creo que pasa por el cerebro de todas las madres y algún que otro padre en algún momento del inicio de la AC: ¿y si mi niño no está tomando hierro suficiente?

Y es que la alimentación complementaria hay que entenderla como complementaria a la leche (materna o de fórmula) y no al revés pero claro. Yo, que tenía ese concepto muy claro, también sabía que la leche materna es deficitaria en hierro. Y sinceramente, los alimentos que le estaba ofreciendo a mi hija eran de todo menos ricos en hierro.

En la carrera me enseñaron que el hierro de origen animal era el que mejor se absorbía. El hierro de origen vegetal se absorbe mucho peor aunque mejora si se combina con vitamina C. Bien. Teoría clara. Ahora bien: ¿me pongo a meterle tomate a la niña para combinárselo con brócoli, por ejemplo, que es rico en hierro? Y eso hice. El tomate fue un éxito. El brócoli no tanto. Fue destrozado ipso facto sobre la mesa. La deconstrucción de brócoli fue muy divertida pero acabó con mi paciencia porque además me di cuenta de que, si cocinaba el tomate, perdía la vitamina C (es termolábil) y si no lo cocinaba, de nuevo estaba preparando 3 o hasta 4 platos por comida. Vamos, que lo de la comodidad del BLW seguía brillando por su ausencia.

Todo esto se juntó con mi lesión en la mano y que cocinar era un auténtico suplicio. Yo amo cocinar, si, pero no podía hacer nada con un cuchillo. ¿Pedirle al Mozo que cocinara? Si, se podía. A el también le gusta, pero van a pasar una serie de cosas:

1. Comerás a las 12 de la noche como pronto.

2. Ahórrate las normas del BLW. Lo mezclará todo y le pondrá bien de avecrem, especias, grasucias y huevo (y el huevo es el MAL).

Así que teníamos una Hobbita harta de comer tarde, mal y nunca. Con la mango chunga e inmovilizada. Que cuando llegaba la comida la niña ya estaba o pasada de vueltas (no se le da la comida porque se puede atragantar con el berrinche) o directamente dormida y además, no había forma de explicarle que necesitaba unas hamburguesitas de pollo según receta de happy recipes.

El BLW me estaba fallando. Y ya harta, cogí mi thermomix una mañana y preparé un litro de crema de verduras con pollo. Un puré de pollo de toda la vida, vaya.

Y se lo ofrecí a mi niña y se comió 4 o 5 cucharadas (no más, tampoco vayáis a creer que se pimpló los 100 ml. de potito).

Y toda la crema que sobró la congelé en tarritos individuales y a partir de ese momento mi vida se simplificó. Si. Se simplificó al tener purés preparados y a mano:

1. Podía darle de comer a mi niña y yo prepararme un pollo tikka masala si me salía del higo.

2. Podía darle de comer a mi niña mientras el Mozo preparaba una rica ensalada o unas fajitas que degustaríamos a la 1 de la mañana.

3. Mi niña comía pollo o pescado con la tranquilidad que eso me daba para esquivar la sombra de la anemia.

Así que empezamos con el BLW mixto. Un poco de puré y algún que otro trozo si lo que teníamos era apto. Las cantidades me siguen dando bastante igual. Si solo comía 3 o 4 cucharadas, pues tres o cuatro cucharadas. Y además, la peque empezó a coger la cuchara que le ofrecíamos y a metérsela en la en la boca. Bueno, lo de metersela es un decir. Puré por el pelo, en las manos, por la nariz, en los ojos.... En esto de la cerdez el tema de los purés NO nos ayudó para nada si no que fue más bien al revés. El BLW al lado del puré es mega limpio pero claro, es que nosotros no somos ortodoxos ni siquiera en la administración de un triste puré.

¿Como fue el primer puré que le disteis a vuestros hijos? ¿Les gustó?

lunes, 31 de octubre de 2016

BLW: primeras sombras

En esta casa de hobbitos afincados en Mordor, el  BLW llegó con fuerza. Sin embargo, somos unos hobbitos de naturaleza impaciente y empezaron a agobiarnos ciertas cosillas.

Lo primero que constatamos es que seguir el método del BLW de forma estricta y según dictan los cánones es un verdadero coñazo. Lo siento si soy un poco brusca pero es lo que nos parecía y lo que nos parece. Lo que al principio se presentaba como una gran ventaja, quicir, no tener que preparar dos comidas y darle a la niña de lo nuestro, se empezó a hacer cuesta arriba.

¿Y por qué? Pues porque del dicho al hecho hay un trecho.

lunes, 24 de octubre de 2016

BLW: el comienzo

Como os comentaba hace ya unas cuantas entradas, elegimos el BLW como método de alimentación complementaria para nuestra hija. En mi opinión el método no es ni mejor ni peor que los purés y papillas (de hecho, yo hago lo que llaman BLW mixto más por salud mental que por comodidad porque chicas, yo no se como lo hago pero en mi casa, comer puré significa la matanza de Texas versión vegana.

Total, que llegaron los 6 meses de Habi. Nuestra Habichuela ya se mantenía sentada, gateaba como un gatete por la casa y mostraba mucho interés por la comida. Lo del reflejo de extrusión lo vamos a obviar porque mi chica no lo tenía (ni lo tiene) para tierra, arena, papeles, pelusas, tréboles y demás cochinadas pero si parecía tenerlo activado para brócoli, patata, zanahoria y demás manjares del paraíso terrenal...

Así que llegó el momento y la sentamos en su recién comprada trona (vía wallapop) y le ofrecimos un trozo de patata cocida. 

Habi se avalanzó sobre el trozo, igual que hace con cualquier objeto que le demos, y entonces puso una cara que bautizaremos como: 

"Mi no entender"

Agarró la patata. Nos miró. La rebozó. Nos volvió a mirar. La miramos expectantes. Puso de nuevo la misma cara. Nos reímos. Nos sonrió. Y se la llevo a la boca.

No pudimos evitar jalear encantados con tamaño avance de nuestra criatura (aunque todos los manuales de BLW desaconsejen alabar este comportamiento, nosotros vamos por libre) y..... Cara de asco absoluto.

¡Ella! ¡Que come pelusas y papeles, disgustada ante la textura de una patata cocida! (porque la patata entera, con piel y recién salida de la bolsa la chuperretea con bien de ganas. Eso si, como es una Moza valiente, volvió a intentarlo y nos volvió a mirar con su cara de no entender.

Y a partir de ahí, se entretuvo espachurrando, rebozándose por el pelo la patata, llamando a la Chucha (que aún no se había percatado del potencial de ese nuevo a la par que terrorífico mueble AKA trona)...

¿Y sabéis que?

Que nos dio absolutamente igual. Nuestra hija estaba entretenida, divertida, feliz, controlada en su trona y nosotros, por primera vez en seis meses, estábamos a la mesa, juntos, comiendo en pareja y caliente. Así que el BLW nos empezó a molar mucho.

Ese primer día de patata cocida, el BLW nos conquistó.

¿Cómo recordáis vuestro primer día con la AC? ¿Practicáis BLW? ¿Cuando volvisteis a comer juntos en lugar de tener que comer por turnos en vuestra pareja?

lunes, 17 de octubre de 2016

BLW: nuestra experiencia

A los seis meses de Habi, la alimentación complementaria (AC) llegó a nuestras vidas y con ella se instauraron momentos muy divertidos a la par que guarros.

En un principio yo estaba mega ultra súper convencida de instaurar el BLW con la Habichuela y así comenzamos: primer día con patata, segundo con zanahoria... Y entonces empezaron los problemas: atragantamientos, ascos, sustos varios, guarrería, perra al acecho y la sombra de la anemia empezaron a hacer que flaqueara en mis convicciones. Total, que tras un par de semanas probando con el BLW, aprovechando una visita a casa de mi suegra, le llevé un puré (ya había comido cremas en casa porque nos encantan). Y así comenzó una etapa de BLW mixto. 

Unos días después, Habi empezó a rechazar de plano el puré que antes se comía con relativas ganas. Y volvió a planear sobre mi el terror a la anemia. Y un día que estaba verdaderamente plasta intensa, volvimos a echarle unos trozos en la trona. Y los gestionó mejor.

Poco a poco vamos aprendiendo de nuestra hija a ver que alimentos gestiona mejor y cuales peor. Hablando y leyendo a otras madres que pueblan grupos de facebook me voy dando cuenta de que muchos de los problemas son comunes y realmente no son tales problemas y, al igual que en otras cosas, cada niño es un mundo.

Así que, como que hice con el porteo, voy a empezar una serie con las luces y sombras que me voy encontrando al instaurar la AC con mi hija. Supongo que no os descubriré nada nuevo y que todas habremos pasado por lo mismo pero bueno, nos sirve para ir ordenando ideas y echarnos unas risas con el aprendizaje de nuestros churumbeles. 

¿Os gusta la idea? ¿Practicáis BLW? ¿Qué problemas os habéis encontrado?