Mostrando entradas con la etiqueta colecho. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta colecho. Mostrar todas las entradas

miércoles, 9 de agosto de 2017

El destete nocturno (III)



Tras una semana parados en el cuarto de Habi, una semana en la que no hemos hecho NADA por pura vagancia hobbita, hemos retomado las 'obras' y ahí nos tenéis: mazo en mano (el Mozo) y destornillador en mano (Hobbita), destrozando muebles y sacando herrajes de las paredes. Todo esto os lo anticipo porque nos ha llevado a dividir la semana en dos momentos críticos:

miércoles, 27 de abril de 2016

Yo confieso: el colecho y yo



Ya embarazada os contaba que el Mozo quería colechar a toda costa porque 'somos mamíferos y nuestras crías necesitan estar calentitos'. Ni que decir tiene que el Mozo no había leído nada acerca del colecho. Ni el nombre siquiera. Y sin embargo, tenía clarísimo que lo quería poner en práctica con la Habichuela porque su instinto le decía que era lo mejor. 

Por mi parte, ahí estaba yo. Embarazada, devorando libros, leyendo sobre las bondades del bendito colecho, preparándome para la llegada del retoño. Y teniendo serias dudas acerca de la conveniencia o no del colecho. 

A día de hoy, que colechamos es un hecho. Ahora bien yo confieso que el colecho...

¡NO ME GUSTA! 
>_<

martes, 10 de noviembre de 2015

Los opinólogos acechan: el colecho



Este fin de semana vinieron unos amigos a casa a tomar el aperitivo. Todo iba de maravilla hasta que decidieron preguntarnos de que 'corriente de pensamiento' éramos con respecto a la educación de la Habichuela. O_o. Así, sin anestesia. 

La cosa es que la conversación tomó unos derroteros extraños. Ya sabéis que el papá de la Habichuela (el Mozo) quiere practicar el colecho desde siempre. Le viene de fábrica aunque ni siquiera sabía en aquella época que se llamaba "colecho". Lo ve más humano, quiere darle calorcito a su cría y que se sienta protegida y querida. Dice que en realidad es lo natural. También sabéis que yo tengo mis reservas porque no se hasta que punto dormiría tranquila con el miedo a aplastarla, a que ruede y se caiga o se cuele entre el colchón y el cabecero. Sin contar con que el sexo se vería resentido si o si (que yo no me veo la líbido por las nubes si hay una bebé rosita en la cama, la verdad).

Esta pareja se posicionó claramente en contra del colecho....