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miércoles, 5 de octubre de 2016

Yo confieso: me he enganchado al Wallapop

El trastero de Mordor ya está vacío y preparado para facilitarnos la vida reformil en la que nos hemos metido. Eso significa que todo lo que había en ese cuarto inmundo, almacenado durante decenios, sucio, polvorieto y olvidado, está ahora mismo arriba, en Mordor, a la espera de ser clasificado. 

Una de las mamis del café de los martes me habló de wallapop. Con la tontería, me bajé la app en busca de una mochila extra para mi peque y tras unos días de búsqueda... ¡la encontre! Una emeibaby nuevecita y por la mitad de su precio original. Ya os hablaré de ella. El caso es que había una serie de muebles que me fastidiaban por la casa y los puse a la venta. Han volado.

Así que con las mismas, he subido cantidad de chorricosas. Unas se venden mejor que otras pero todo acaba teniendo salida. Y me he puesto a mirar y remirar y ya tengo pensado el futuro cuarto de la Habichuela a base de muebles IKEA de segunda mano. ¡Y a las bravas me monto también salón y dormitorio principal! Obviamente aún no compré nada pero ahí está bullendo la idea. 

La gente que viene es de lo más variopinta pero todos muy majetes. Algunos van como con prisa, otros quieren unvaso de agua antes de continuar la marcha... El caso es que esto del wallapop me ha hecho reflexionar sobre la sociedad de consumo en la que vivimos.

Yo soy muy fan de IKEA. No hay nada que me guste más que perderme en sus pasillos para terror del Mozo (que no se que les pasa a los mozos con IKEA pero todos los que conozco, lo odian). Bueno, miento: dame un buen bosque y seré bastante más feliz que en IKEA. El caso es que me gusta IKEA. Me gustan sus muebles, la funcionalidad, la durabilidad que tienen... En wallapop, con tiempo, se pueden encontrar los muebles a mitad de precio y cuando te dejen de interesar, revenderlos.

Ahora mismo en nuestra familia hemos entrado en modo lowcost. Con el Mozo en paro (aunque ya os adelanto que hay noticias nuevas en nuestra situación laboral) y nuestra idea de alargarlo lo más posible para que Habi esté con su papá, es necesario entrar en hibernación. Dicho esto confieso también que nos hemos homenajeado yendo de camping y de casa rural con unos amigos pero ya.

En el caso de los artículos de puericultura, wallapop está resultando un éxito. A la emeibaby le siguió una trona Antilop para los abuelos paternos por 5 € (los maternos no me dieron tiempo y se compraron una nuevecita para ellos). Y está como la nuestra (que compramos antes de descubrir esta maravilla de las maravillas. Y cuando se lo conté a mis padres, fliparon. Y me dijeron que a que no había huevos de encontrar una MacLaren por 60€ (son ellos muy fans de la MacLaren). ¿Que no hay huevos? ¡Por 55 les conseguí una MacLaren Quest con saco de invierno original de la marca de regalo!Mi última adquisición ha sido un ayudabrazos Tonga por 20€.

La mamá que me comentó de su existencia ha llenado el armario de su bebé por 45€. Con ropa que está nueva. Porque no da tiempo a gastarla con lo que crecen estas criaturitas de Dios.

¿Qué os puedo decir? Que actualmente miro y remiro el wallapop más que el Facebook xD.

¿Conocéis esta aplicación? ¿La habéis utilizado? ¿Qué gangas habéis encontrado por ahí?

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Facilitando la vida: las reformas



Como podéis ver de un tiempo a esta parte, en la pocket casa hobbita que compartimos servidora y el Mozo (y la Chucha) no concebimos la vida sin ayuda de los robots. La Roomba, la Thermomix, la lavadora-secadora y el lavavajillas son ejemplos de muestra. En este caso, el lavavajillas es ESA máquina que dio lugar a una historia en si misma. 

Todo comenzó con mi entrada en la vida laboral. La de verdad, no la de las becas de universidad, que eran una caca pero que no se vivía mal (a toro pasado, buenas son tortas) ni la de los trabajos que estuve compaginando con la carrera (y que a toro pasado, sinceramente, tenían mejores condiciones laborales que las que me encontré al terminar los estudios). Empecé a trabajar en el Hospital que al final me hizo renegar de la profesión y mi vida se tornó en caos. Horarios faraónicos que se traducían en llegar a casa reventada, una época sin pareja, reubicarse en los Madriles después de 3 años viviendo en tierras norteñas, volver a retomar el contacto con los amigos de aquí, hacer grupos nuevos.... Todo esto llevaba a que, las tareas domésticas y particularmente la hora de fregar, convirtieran mi vida en una tortura. 

Porque desde aquí confieso públicamente que la Hobbita ODIA fregar. Creo que es la tarea doméstica que más odio del mundo: gasto agua y energía, me empapo yo, empapo la encimera, tengo accidentes con el grifo, empapo el suelo, me toca pasar luego media hora recogiendo la cocina.... Y tengo una sensación de pérdida de tiempo, de valioso tiempo, que me saca de quicio....

Ejemplo gráfico de como acaba la Hobbita cuando se pone a fregar

lunes, 7 de diciembre de 2015

Facilitando la vida: la compra on-line y el servicio a domicilio



El tema de la compra on-line es otro de los descubrimientos que hice en mi vida anterior de no embarazada. Vamos, que es algo que llevo haciendo desde hace eones.

Cuando trabajaba no me daba el día. Prácticamente pasaba más de 12 horas fuera de mi casa y eso que con la moto llegaba fácilmente a cualquier parte pero así es el mundo veterinario. Un horror laboral :p. Así que muchos días, llegaba a casa literalmente derrotada. Ni hablar de correr a un supermercado a comprar consumibles. Además, tenía la inmensa suerte de tener que ocuparme del consultorio en el que trabajaba también los sábados por la mañana de forma que mi único día libre acababa siendo el domingo. Día en el que, además de hacer compra, había que encargarse de la casa, las lavadoras, los perros.... Y sinceramente, el domingo lo que a mi me apetecía era vegetar en mi sofá o, si acaso, alternar con los colegas. Lo que viene siendo vida social

Empecé a hacer la compra a distancia y, oye, una maravilla. Primero, porque me suben los tres pisos sin ascensor y yo no me canso absolutamente nada. Segundo, porque planifico la alimentación para tres meses perfectamente. Mi supermercado de referencia hasta el momento ha sido el mercadona pero se puede hacer la compra on line en prácticamente cualquier supermercado de España. A día de hoy hay también muchísimas tiendas de alimentación on-line que se dedican únicamente a este servicio y hace unos días leí que Amazon va a desembarcar en este negocio. ¡Qué miedo!

He de confesar y confieso que cuando más he tirado de compra on-line ha sido durante mis periodos de soledad entre novios. No se porqué razón soy capaz de organizarme muy bien cuando estoy sola pero cuando estoy en pareja me paso el día en el supermercado. Algo me dice que tiene algo que ver con lo de poder cargar la compra entre dos... 

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Facilitando la vida: la Roomba



Hace más de cinco años yo vivía en tierras norteñas en el gigantesco piso de mi novio de por aquel entonces. El muchacho era muy majo pero también un dejao. Y una, pues también, para que mentirnos. Además, en aquella época el trabajo no me dejaba demasiado tiempo para nada y la perra, aunque es de pelo corto, soltaba bastantes madejas. Nuesta vecina del 5º y amiga de mi ex ya tenía una Roomba con ella y habíamos pasado varias tardes vigilando al robot, muy entretenidos. Así que unas navidades me atreví a comprar la Roomba 530 en una megaoferta que sacaron en Amazon de estas que se agotan en 24h. Compré dos. Una para mi y otra para mi madre que en estas cosas es culo veo, culo quiero. 

La probé y oye, encantada.

lunes, 30 de noviembre de 2015

El síndrome del nido: la IKEA Experience



Hace un par de fines de semana, fuimos al IKEA de nuevo, esta vez acompañados por los suegros. Los padres del Mozo son unos abuelitos entrañables pero hay que reconocerles dos puntos (reconocidos y sufridos a conciencia durante 25 años por el Mozo):

1. Son un par de muermos.

2. Son vampiros energéticos. 

Esto hace que solo pensar en pasar una tarde con ellos se nos haga muy cuesta arriba (solemos ir a comer, darles un poco de conversación de la cual no suelen retener más del 20% y huimos vilmente con la excusa de ir al Decathlon o el Leroy Merlin o el Alcampo de Alcalá city, a ser posible antes de las 17h). 

El caso es que decidieron unilateralmente que nos iban a regalar el carro para la Habichuela y así nos lo comunicaron en una de las comidas. Rápidamente les explicamos que no íbamos a tener carro por los problemas logísticos que asolan nuestra vida (podéis consultarlos todos detalladamente en este otro post). Mi suegra, a día de hoy sigue sin verlo del todo claro (ella no es como mi madre en este aspecto, ya os hablaré más de su vida porque es genial y da para un personaje de novela pero el caso es que moderna, lo que se dice moderna, no es) pero lo aceptó bien y dijo que entonces se hacían cargo de la cuna. Y ahí quedó todo. 

Entonces, otro día que volvimos a comer con ellos, mi suegra nos comentó mega-super-osea-emocionadísima que había visto una PRECIOSA cuna de NIÑA en una tienda. ¡Horror! Mi mente solo podía pensar en rosa pastel, lazos, doseles y borlas de nata. Lo confirmé al preguntar (yo soy una científica que intenta no creerse nada hasta tener confirmación oficial) qué entendía por cuna de niñA. 

Mirada rápida al Mozo y nos entendimos rápido. 

- Mamá, que mejor vamos al IKEA, que ya tenemos algunas cunas miradas, y la cogemos ahí. 

Así que así se nos planteó el domingo. Con dos ancianitos que nunca en su vida habían pisado el IKEA, emocionados y preparados para asistir a una especie de parque temático del mueble, dispuestos para asistir a lo que nosotros seguimos llamando a día de hoy la IKEA Experience.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Facilitando la vida: la lavadora-secadora



De la mano de la sección "Facilitando la vida", esa sección pensada para aquellas personas que consideran que su tiempo es oro, llega la lavadora-secadora. 

Este fue un electrodoméstico al que dimos muchas, muchísimas vueltas antes de comprarlo. En este país no estamos acostumbrados a las secadoras y, sinceramente, me daba miedo que fuera una compra inútil y que al final nos la tuviéramos que comer con patatas. 

Además, había oído muchas opiniones en contra de estos electrodomésticos, sobretodo los que eran de doble función. Es decir, la gente no opinaba bien de las secadoras pero encima, defenestraba las lavadoras-secadoras. 

La diferencia de precio entre solo lavadoras y lavadoras-secadoras no era baladí así que tuvimos muchísimas dudas a la hora de adquirirla.

En nuestra casa no caben dos electrodomésticos de este tipo a menos que sacrificáramos muchísimo espacio de almacenaje. Ni siquiera los que son apilables así que, si queríamos meter una secadora, solo nos valía el electrodoméstico de doble función. Además, el hueco escogido para ella estaba en el baño, antes ocupado por la vieja lavadora estrecha de carga superior que me dejaron los antiguos dueños de la casa. Estaba medido al milímetro porque quisimos poner un lavabo amplio en el que no se nos estuvieran todo el tiempo cayendo las cosas. Para más inri, la puerta del baño es una corredera que se tuvo que hacer a medida, incrustada en un casoneto por lo que había que contar también con las medidas para que cupiera por la puerta. En este caso el tamaño SI que importaba.

El resultado de todo esto es que únicamente cabían por la puerta del baño los modelos de lavadoras, secadoras y lavadoras-secadoras de una marca concreta de electrodomésticos (indesit), que encima no son conocidos en este país (o al menos para mi, que me sacas de Fagor, Bosch y Balay y me pierdo), así que la incertidumbre era todavía mayor.

Sin embargo, viendo como en otoño, invierno y primavera se nos acumulaba el trabajo, que la ropa no terminaba nunca de secar en el tendedero interior, que además el tendedero interior nos ocupaba media casa-hobbita y que, al no secar bien, nos olía mal la ropa y la casa, decidimos arriesgarnos y comprar este modelo. Además, ¡¡la roomba se estaba constantemente atascando entre las patas del tendedero y eso si que no!!! >_<

Y compramos...

viernes, 30 de octubre de 2015

Facilitando la vida: el lavavajillas



No se que haríamos en casa sin un lavavajillas. Miento. Si lo sé puesto que me he pasado unos cuantos años sin él: cabrearme mucho cada día a la hora de fregar. Me ahorra tiempo, dinero y episodios de mala leche por empaparme con el agua cada vez que friego (y por discutir con parejas varias por no fregar o, al menos, poner en remojo los cacharros sucios). Nosotros lo utilizamos para todo: metemos tooodos los cacharros ahí (lo confieso, hasta los utensilios de madera pasan por el lavavajillas). Soy de las que prefieren cambiar más a menudo de cacharros que tener que perder un minuto fregando. 

En casa tenemos un modelo de los estrechos, de 45 cm. Son más caros en comparación pero son una solución estupenda para los espacios pequeños. Bien es cierto que los días en los que hay reunión en la casa hay que poner dos lavavajillas pero a mi me compensa. 

Nosotros tenemos un Balay de 40cm, que solo utiliza 9 litros de agua y categorizado como A+

Cuando vamos a adquirir un lavavajillas es importante que miremos lo siguiente:

viernes, 16 de octubre de 2015

Facilitando la vida: la Thermomix



Lo confieso.

Soy de la Secta.

Soy de la Secta desde hace muchísimo tiempo.

Soy de la Secta desde hace exactamente treinta años. Los que tengo. Ni más ni menos.

Todo esto tiene una explicación. Mi madre se hizo de la Secta de la Thermomix cuando me tuvo. Solo en purés, bechameles y gazpachos, como dice ella, se amortizaba la compra. Además, reconozcamos que mi madre tiene muchas cosas buenas pero cocinar.... ngá. Cocinar no, mamá.

La compra resultó ser un éxito en su época. Después de mi madre cayeron mi abuela y mis 4 tías. Todas con sus flamantes TM3300. Más bonicas.... venga a triturar y triturar, haciendo purés, bechameles y gazpachos.