¿Deben aburrirse los niños?

La Hobbita aquí presente se mueve por una serie de grupos de maternidad. Unos son más afines a mi forma de pensar y ser, otros menos pero en general de todos saco cosas interesantes (desde ideas chulísimas a reflexiones pasando por salseo de ese que hace que nos sentemos desde la barrera a comer palomitas mientras se desarrolla la historia).

El caso es que en estas fechas veraniegas, sale una y otra vez el tema de si los niños de hoy en día saben o no aburrirse. 

Es algo curioso puesto que recuerdo estos mismos derroteros y disertaciones entre los adultos que me rodeaban cuando yo era pequeña. Y llego a la conclusión de que no es que los niños necesiten aburrirse si no que somos los adultos los que necesitamos mirar fijamente al infinito y dejar divagar la mente un ratito sin que de pronto oigamos un:

- MAMÁAAAAAAAAAA

- ¿Qué?

- Mira ^_^ (mientras se señala el dedo gordo del pie con un puntito de purpurina).

- ¬_¬

Ojo cuidao. Que no lo digo como crítica. De hecho en esta casa hobbita de bien empezamos a NECESITAR con urgencia que nuestras hijas se aburran un ratito juntas sin necesidad de tenernos ahí como animadores. Por un lado porque si no, la casa se cae a cachos pero por otro, y no menos importante, porque si no son la pareja y la individualidad propia las que se caen a cachos. 

Con Habi la verdad es que empiezan a surgir ratos muy buenos en los que se entretiene sola, echando a volar su imaginación. Le encanta jugar a que está en el cole con los amigos. Sienta a todos sus muñecos en asamblea, canta, les lee cuentos, hacen juegos con agua (si, con agua. He decidido que el agua me da un rato de paz mental y que es bienvenida en esta morada. Si quieren saber más acerca de esta mala idea, por favor, díganmelo en comentarios xD), bailan y les sirve el té y galletas fabricadas con arena cinética (si. Otra gran mala idea). La Pulga la va siguiendo y hay ratos maravillosos en los que se engranan y juegan juntas. Esos minutos valen su tiempo en oro aunque como todo lo bueno, acaba llegando a su fin porque la Pulga mueve algo del orden inamovible de Habi, o lo pisa, o no se sienta... Esas cosas de bebés. Ya tu sabéh.

Sin embargo, no es exactamente ese tiempo que surge solo el que me apetece empezar a trabajar ahora mismo. Quicir: ese tiempo es maravilloso y deseo que siga así, fluyendo, y que cada vez vaya a más pero lo que yo quiero es ser capaz de transmitir y pedir a Habi que a veces los adultos necesitamos un ratito. Puede que sea para hacer algo de la casa y en esos momentos si que estamos consiguiendo que nos ayude poniéndole una tarea sencilla. Por ejemplo, si toca doblar la ropa, a ella la pongo a doblar trapos. Aún no tiene demasiada soltura y al final tardamos muchísimo más y se queda la ropa sin doblar (los trapos fenomenal, gracias) pero tengo fe en que esto vaya mejorando con el tiempo. Cuando toca cocinar, ella va echando los ingredientes en la thermomix, encaramada a un taburete y si está ella sola, todo va bastante bien pero como metamos a la Pulga en la ecuación.... caos. Porque ella es aún demasiado pequeña para estar subida en ningún taburete sin matarse y tiene la mala costumbre de exigir brazos, hacer el puente entre mis piernas o las del Mozo y arrearse cabezazos (unos por error y otros directamente a propósito) con los pomos de los cajones de la cocina >_<. No me va a estudiar U_U.

La realidad es que el Mozo y yo necesitamos ratitos para nosotros. Puede que tengamos que hablar de algo importante (y creednos que ha sido muy frustrante intentar planificar los viajes a la Terreta con la Habichuela en modo colaborador OFF) y las niñas no nos dejen y acabemos cabreados y a gritos entre nosotros. Puede que nos apetezca jugar (¡a un juego de mesa, mentes sucias!) como hacíamos antes (¡a los juegos de mesa!) y que no estemos sacando ni un solo minuto del día (ni a la semana, ni al mes) para un juego casual de partidas de 10 minutos. 

Y es que nuestras hijas son NON STOP. Empiezan pronto por la mañana. Si hacen siesta (que no siempre hacen) es cuando no estamos juntos en casa y por la noche caen tarde y nosotros caemos con ellas. 

Bueno. Pues esta es nuestra realidad y, volviendo a Facebook, leí a una madre que estaba pensando en crear una hora de tiempo individual para cada miembro de la familia. Ella decía que durante una hora al día, cada uno iba a hacer una cosa. El padre a leer, ella a tejer o leer o dibujar y a la niña (de unos cuatro años) le iban a preparar un bote del aburrimiento (que en realidad es un bote de cosas chulas para hacer en caso de que no se le ocurra nada). Como idea y a esas edades me parece una forma de ir iniciando en la necesidad del tiempo en soledad y respetar la necesidad de que otro ser humano necesite de ese tiempo. Como matiz, yo añadiría un reloj de arena, puesto que, al menos Habi, a sus 3.5 años le dices que te deje una hora para ti y se la pasa cada 3 minutos diciendo:

- ¡MAMAAAAAAA! ¿Ya ha pasado la hora? 

- No

- ¡MAMAAAAAAAA! ¿Ya?

- No.

- ¿YA?

-    -_- (ay, señor. Llévame pronto).

Lo de prepararles un bote con ideas ya es algo que no se si es o no es contraproducente para desarrollar la idea de que el niño es el que tiene que encontrar la forma de entretenerse un ratito a si mismo. Osea: si yo le tengo que preparar el bote para aburrirse... ¿que sentido tiene la actividad? 

Sin embargo, como idea me ha parecido muy interesante para conseguir tener un rato adulto CON los niños pululando alrededor. Un rato planeado. Educar para que respeten si en algún momento los mayores necesitamos dedicarnos un tiempo adulto. No se si al final será un 'expectativas vs. realidad' de esos gordos que nos explotan en tol rostro pálido pero en esta casa hobbita de bien lo voy a proponer como idea (aunque conociendo a mi hija, empezar con relojes de arena de periodos más cortitos va a ser necesario) y a ver que sale de ahí.

¿Qué os parece la idea? ¿Conseguís que vuestros hijos pequeños (hablo de 3-4 años) entiendan cuando tienen que dejar un ratito a los mayores? ¿Como fuisteis introduciéndoles esa norma social?