viernes, 19 de junio de 2015

Un año de búsqueda




Más de un año ha pasado desde que decidimos empezar a buscar nuestro bebé. En mayo del año pasado recogía la sentencia que reconocía mi despido como nulo de manos de mi abogado y decidíamos que había llegado el momento: mi jefe recurría la sentencia y la resolución se antojaba para largo (y no nos equivocábamos).

Iban pasando los meses y, como todas, yo me iba alterando. ¿Tendré algún problema? ¿Lo tendrá él? 

Mi mejor amigo, que es como mi hermano, se quedaba embarazado en ese tiempo. Le pregunté. Habían tardado más de un año en concebirlo, no hay que preocuparse. Otra amiga también me contó que ellos, entre pitos y flautas, se quedaron cuando habían pasado más de 11 meses, siendo ella Rh-.

Y siguieron pasando los meses y empecé a apuntarme a cosas: la EOI, una oposición (que mi última entrevista de trabajo fue para echarme a llorar. No literalmente, claro. Me sentí bien rechazando directamente semejante oferta sin sentirme mal por hacerlo pero la realidad es que desde ese momento, simplemente dejé de buscar trabajo y me orienté mis fuerzas hacia la oposición y ese proyecto Bebé que me parecía que iba a ser más importante que ningún trabajo). 

Y llegó.
Llegó la Navidad y con ella una cesta navideña con una paletilla ibérica to hermosa y to güena. Y allí estaban las dos rayitas. La de risas que nos echamos diciendo que había que conjurar al Karma para concebir.

Y empezaron los planes, y a hablarle por la noche ('Hola Bebé! ¿Estás ahí? - le gritaba el Papá a mi ombligo), y a mirar libros. Y como era Navidad y mi ginecólogo estaba de vacaciones, no tuve cita hasta entrado enero. 

El día de mi primera eco recuerdo lo nerviosa que estaba. Tenía una tenaza en el intestino ahí, sola en la sala de espera. Temía lo peor, no sé por qué. Cuando pasé y lo vi, y latía y todo estaba correcto me emocioné mucho. Todo está bien. La semana que viene te veo en consulta. 

Y ahí me relaje, la verdad. Con mi foto de la Habichuela (así le llamábamos).

Y la semana siguiente se me olvidó la cita (cosas de embarazadas) pero lo arreglé llegando megatarde (Dios, yo NUNCA llego tarde) y me olvidé el informe de la ecografía en casa. Y el ordenador del doctor estaba lerdo y el caso es que debieron alinearse los astros porque me repitieron la ecografía sin tener ningún motivo médico para hacerlo. 

Y a mi doctor le cambió la cara porque en una semana no había crecido NADA. ¿Has sangrado? No ¿Tienes síntomas? Si. Pues no me gusta nada. La semana que viene controlamos otra vez. Si sangras, corres hasta el hospital, que es peligroso. 

Y la semana que viene, estaba igual. Pero seguía latiendo. Y el ginecólogo no estaba contento. Y yo tampoco. Y otra semana más. 

No le deseo a nadie el desgaste psicológico que tuve esas tres semanas. Saber que tu bebé está vivo pero que no va bien. Después de mucho reflexionar, creo que esas tres semanas han sido las peores de todo el proceso. Se llama Incertidumbre, que a veces aparece acompañada de Esperanza pero al final se disipa. En esas tres semanas recuerdo como me obsesioné cada vez que iba al baño, buscando cualquier mínimo resto de sangre, no fuera a ser. Me sorprende porque, siendo sanitaria, como soy, sé perfectamente lo escandalosa que es la sangre y que NO: si hay sangre te vas a percatar. El caso es que me pegaba el papel a la nariz a ver si escudriñaba cualquier mínimo resto hemoglobínico. Siempre salía blanco. 

La tercera semana se acabó. Ya no latía y seguía igual. Y yo (mi cuerpo) seguía embarazado: náuseas, despistes, pis a todas horas... Y el papel blanco e inmaculado. Ingreso de urgencia y legrado. 

La recuperación física fue muy rápida en mi caso. En una semana estaba perfecta. A los 28 días justos, en el examen de la EOI, me vino la regla a traición (bueno, a traición no, pero yo esperaba que el asunto estuviera irregular unos meses), la siguiente también a los 28 días. Las ecografías también salieron perfectas, mis ovarios como locos haciendo crecer folículos. Las analíticas bien, gracias. 

La recuperación emocional ha sido otra cosa. Obviamente al principio estaba muy triste, frustrada, rabiosa, desolada. Es normal. Luego me fui dando cuenta de que me estaba afectando también a nivel personal. Mi pareja tampoco es que ayudara mucho porque, es un sol, pero tiene la empatía de una patata y además, creo que tampoco lo llevó bien. Está empezando a hacer planes de nuevo ahora, 6 meses después. El caso es que decidí volver al psicólogo (ya fui por otros motivos a lo largo de mi vida y constaté que es lo mejor que puedes hacer cuando tienes un problema mental). De nuevo me ayudó mucho aunque yo creo, y al fin y al cabo el elaborar el duelo es un poco así, que es algo que no se olvida nunca. Ahora mismo sigo triste porque no podré tener mi bebé en agosto pero ya no me condiciona la vida como al principio. 

El caso es que me he dado cuenta de que hace un año que te buscamos, Bebé, y que aún no estás aquí. Que ni siquiera eres una imagen ecográfica en mi estudio. Y aunque sé fehacientemente que soy capaz de concebir, vuelven a pasar los meses y a mi me asaltan las mismas dudas que tuve allá por septiembre. Lo que pasa es que además empieza a interferir el miedo de quedarme embarazada y volverlo a perder (que cosas, ¿verdad?).

Dicen que se pierden aproximadamente un 25% de los embarazos en el primer trimestre pero cuando te pasa a ti te pasa al 100%.

¿Alguna vez se pasa ese miedo a que te vuelva a tocar de lleno la estadística?

Y como además, no me baja la regla, voy obsesionada al baño, buscando el más mínimo rastro de sangre (otra vez), aunque se (sabemos) que si me baja, ¡oh, si! Me voy a enterar. ¬_¬

Este fin de semana nos vamos de camping cerca de un pantano (ya sabéis: colegas, bañito, prado, bikini... perfecto para la regla) y algo me dice que el Karma estará esperándome allí, detrás de un matorral, echándose unas risas a mi costa. Así es esta divinidad. Una cachonda. 



4 comentarios:

  1. Hola Hobbita! Vaya, cuánto siento que perdieras tu bebé...me he quedado muy triste. No conocía esta parte de tu historia. Yo no entiendo mucho de estadísticas pero si que te puedo decir que las chicas que conozco que han perdido a sus bebés durante el primer trimestre del embarazo en el siguiente intento lo han logrado y a día de hoy son mamás muy felices. Y tú no vas a ser menos guapa.

    Yo no he tenido ningún aborto porque hasta ahora nunca me había quedado embarazada pero inquieta muchísimo saber cómo está y se va desarrollando el bebé o los bebés...

    Espero que hayas disfrutado del fin de semana.

    Un besito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Inés. Yo conozco de todo: gente que lo ha tenido a la primera sin contratiempos, quien ha tardado un poco pero lo ha tenido bien, gente como yo, que ha tardado en quedarse lo normal pero lo ha perdido o lo ha llevado a término. Gente que después de perder al primero han tenido dos hijos sin ningún problema y otra gente a la que diagnostican como 'abortadora de repetición' (que mira que no podían haber buscado otro nombre más bonito, que a veces la ginecología se parece demasiado a la medicina de vacas).

      Yo espero que no me vuelva a pasar, la verdad :).

      El fin de semana fue genial. Me remojé, nadé, hice el bruto, comí mucho, toqué (ejem, aporreé) la guitarra y canté como si no hubiera un mañana. Dejé las preocupaciones a un lado (con un cargamento de maxitampax a cuestas).

      Y el karma me lo ha recompensado :).

      Eliminar
  2. Hola Hobbita, alguna vez me has escirto en mi blog y me he puesto a conocerte, te estoy leyendo desde el principio pero he tenido que hacer un alto al llegar aquí y con un nudo en la garganta he leído tu resumen de un año de búsqueda, de tu embarazo...solo puedo decirte que lo siento tanto
    No puedo ni llegar a imaginarme ese dolor y como debe afectar esa pérdida.
    Un gran abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, India. Es curioso, me he releído la entrada, relativamente reciente. Justo ese fin de semana en el campo esperaba la regla. Llevé un cargamento industrial de tampones. Y no vino. Lo pasé genial, con gente nueva a la que no conocía de nada y que me han llegado al alma (apenas les he visto dos veces más) y el lunes, tenía mi positivo débil. Que sigo aterrada con el embarazo (mañana ecografía de control) pero puedo decir que hay algo de paz en el torbellino de emociones que me embargó durante los 6 meses post legrado.

      Un abrazo :)

      Eliminar