Una vez terminada la reforma de mi casa, todavía quedaba la parte de vivir en la casa. En general prácticamente todo estaba cómodo y a nuestro gusto pero hubo algunos detalles que fuimos puliendo con el paso del tiempo. Una de esas cosas fue transformar la isla de la cocina en una mesa alta para comer. Y es que yo diseñé la cocina para que viviera una persona sola (que me había vuelto de tierras norteñas compuesta y sin novio,
recordemos) y me volví a mi casa con un Mozo a cuestas.
El tuneo en este caso fue sencillo: simplemente desatornillé el armario bajo de la encimera y lo centré al centro de la isla, dejando un hueco idéntico a ambos lados y no como antes, que solamente permitía utilizar un lado. El caso es que al hacer esto, además de estar mucho más cómodos en el día a día y en las reuniones con amigos, apareció por arte de magia un hueco entre el mueble de la nevera y la trasera del armario. Un hueco de 30 cm escasos, si, pero un hueco. Y eso, en una casa de 47 metros cuadrados es una bendición.
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No, a día de hoy aún no reparé los agujeros que mantenían el mueble anclado a la pared, las Hobbitas somos vagas. |
El problema es que el hueco era muy pequeño y muy profundo (30 x 60 cm) y no me convencían las soluciones que se me iban ocurriendo. Pensé en poner baldas pero serían incómodas para alcanzar la parte de atrás.
Ponerles rieles para que fueran extraíbles era una idea jugosa pero a la hora de la verdad complicada de llevar a la práctica puesto que hay que medirlos al milímetro para que rueden bien y en mi casa suelos y paredes son picassianos :p.
Al final utilizaba el hueco para ir amontonando cartones de leche pero quedaba mucho espacio desaprovechado, la verdad.
Y entonces apareció esta maravilla:
Es un
carrito Grundtal de IKEA, pensado para baños pero que ha traído paz y armonía a esta casa.
Le he quitado la bandeja superior que probablemente utilice para organizar algún cajón del estudio. Las tres baldas dan muchísima versatilidad. Caben 24 cartones de leche y parece que esté hecho a medida para ese cometido. En la balda de abajo guardo las patatas. A ver si algún día me compro un cesto, que lo llevo diciendo siglos pero al final tengo a las pobres patatas ahí dentro de su bolsa, echando ojillos ^_^.
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Carro a pleno rendimiento |
Las ventajas de este carro son:
- Sus ruedas 360º: hacen que sea muy fácil extraerlo y volverlo a colocar.
- Limpieza: acero inoxidable y plástico ABS. En mi caso al dejar solo la estructura de acero inoxidable y las bandejas, se limpia con un simple trapo mojado.
- Robustez: no he tenido que apretarle todavía los tornillos y eso que aguanta bastante peso. Las bandejas están como el primer día , no se han combado que es lo que yo temía que pasaría (cada una de ellas aguanta 11 o 13 litros de leche cuando acabo de hacer el macropedido a la tienda).
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Carro instalado en su huequito |
El conjunto queda muy armonioso e integrado con el resto de la cocina. No choca ni la nevera ni las puertas del armario bajo la isla y se puede mover con mucha facilidad. Lo malo es que la Roomba no cabe bajo ella, aunque tampoco cabía antes por el hueco así que ahí toca barrer de vez en cuando :p. Y lo mejor de todo.... ¿Alguien ve los agujeros de la pared? ^_^. ¡Pues eso!
¿Que os parece el resultado? ¿Os serviría como solución de almacenaje? ¿Soléis utilizar muebles pensados para una ubicación (en este caso un baño) para otra diferente?