El Mozo ya ha llegado al ecuador de sus vacaciones. Ya sabéis que se ha cogido los 15 días de libre disposición repartidos a lo largo de 15 semanas tras el nacimiento de nuestra Habichuela. Ha habido semanas que no se ha cogido porque han coincidido fiestas así que alargará hasta bien entrado junio el disfrute de esos días.
Los miércoles son el día elegido para el Papi Day. Están a mitad de semana y ofrecen un descanso extra.
Estos días son geniales. Por un lado, hacemos cosas en familia. Lo que sea. Si hay que comprar se compra pero también aprovechamos para hacer un hobbito desayuno (en casa o por ahí), dar un paseo largo matutino o jugar en familia a hacer el moñas, que es algo que se nos da muy bien.
También aprovecho y pongo el pediatra siempre que puedo en estos días para que el Mozo se implique en ese tipo de cosas.
Hace tres semanas fue vital porque hablamos del futuro y
tomamos decisiones muy importantes. Y después de hablarlo, nos pusimos en marcha para gestionarlo todo. Nos fuimos de bancos y desayunamos por las Rozas city.
Al volver, Habi iba tan a gusto en el coche que decidimos arriesgarnos y desviar nuestra ruta hasta el Parque de las Naciones. Allí nos dimos un pedazo de paseo genial mientras seguíamos haciendo planes de futuro.
Volvimos al barrio y sacamos a la Perrucha Chucha. La Perrucha se nos rompió por hacer el bruto y la tuvimos que llevar con mi antigua compañera, la traumatóloga porque mi exploración se quedaba coja y necesitaba una radiografía. La muy chucha se ha dislocado el dedo ella sola >_<. Aquí la tengo, haciendo reposo como solo un perro sabe hacerlo: dando botes y lloriqueando porque quiere salir.
Cantamos canciones, el Mozo estuvo mucho tiempo con la Habichuela encima y me dio un respiro para escribir en el blog. También fuimos a una tienda de porteo. Lo malo es que se aparcaba tan mal que ni siquiera pregunté por los cursos porque no me veo yendo hasta allí en coche, con una Habichuela berreante y tener que hacer encaje de bolillos para aparcar.
Los Papy Days suponen un respiro (casi siempre). El estrés del trabajo se cambia por el estrés de tener que ocuparse de la Habichuela aunque coincide conmigo en que es un trabajo que se hace con mucho gusto. Y lo digo ahora mismo, que la tengo llorando a moco tendido porque Papi ha tenido a bien intentar sentarse xDDD. Animalillo, aún tiene esperanzas de que algún día se escacharre
el altímetro de precisión de la Habichuela.
Ahora bien, no todo lo que reluce es oro en el Papi Day. Y es que después de estos maravillosos miércoles llegan los jueves y yo, sinceramente, me amargo. No penséis mal. No es que me deprima, ni eche de menos al Mozo, no. Ya sabéis que soy una desapegada petarda.
No.
Es que durante el Papi Day, el Mozo tiende a intentar experimentos con las comidas y las cenas. Eso hace que aquí la menda acabe MUY pero que MUY estresada. El Mozo dice que le coarto en su creatividad pero es que cuando me propone cocinar.... yo,
que ya me lo conozco, empiezo a ver lagunas en su plan.
Y así pasó este miércoles:
- Cariño, quiero cenar
Empanadillas Chin
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Buena pinta, ¿eh? |
Los minutos se escurren entre los dedos y se convierten en horas. No sabes muy bien como pero es la 1 de a madrugada y aún no has cenado y el Mozo sigue experimentando, ajeno al paso del tiempo. Y al final cenas y te vas a la cama no sin antes mirar la cocina y pensar en lo que te va a tocar trabajar al día siguiente...
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Calculo que saldrán tres lavavajillas del puto experimento de las Empanadillas Chin |
Y es que los días con el Mozo son chulos pero intensos y al final hay días en los que es como cuidar de un bebé y un adolescente juntos. Así que en esto de los Papi Days yo voy según el día. Algunas veces deseo que terminen cuanto antes y otras me encantaría que se dilataran en el tiempo. Que incongruencia, ¿verdad?
Y vosotras, ¿también vivís con alegría y a la vez con terror cuando vuestros mozos os dicen que pasarán el día con vosotras? ¿Como acabáis el fin de semana en familia? ¿Soy rara o es normal que a veces prefiera seguir sola con la Habichuela?