miércoles, 10 de agosto de 2016

Memorias de una monja (II)



Mi suegra es la quinta hija de una familia de siete hermanos. Son originarios de un pueblo de Extremadura, un pueblo que a día de hoy aún podría clasificarse como perteneciente a la España profunda. En ese pueblo la vida era dura y su madre se encontraba prácticamente todo el año sola a cargo de casa, hijos y tierras. El abuelo del Mozo trabajaba fuera y solo aparecía un par de veces al año, encargaba otro hijo y se marchaba de nuevo a tierras lejanas.

En esas circunstancias se entiende que la mujer fuera disgregando la familia. A las hijas mayores las mandó enseguida a servir a Francia. Eran apenas preadolescentes pero eran tiempos de penuria y miseria. Al hijo mayor lo mandó a trabajar a la capital. Los dos pequeños eran retrasados y se quedaron con ella en el pueblo, ayudando con el huerto y los animales. Y a mi suegra le tocó irse interna a un colegio de monjas del que solo podía salir una o dos veces al año para volver a casa por vacaciones y Navidad.

Así que mi Suegra creció alejada de su familia, entregada a las monjas y ese colegio fue todo lo que conoció en este país que vivía agarrotado por una dictadura monstruosa. 

Mi suegra fue educada como las mujeres de la época: eternas menores de edad que eran propiedad de otras personas. Sus padres o sus maridos. Ser una solterona era casi peor que ser una madre soltera. Mi suegra sigue arrastrando esa educación y muchas veces tengo que parar al Mozo porque no termina de entender el porque su madre no es capaz de hacer multitud de cosas sola. Y pese a esa educación limitada, mi suegra tuvo la capacidad suficiente para ir eligiendo y decidir (en lo poco que la dejaban) hacia donde dirigir su vida.

Cuando terminó sus estudios tuvo dos opciones: volver al pueblo a vivir bajo el yugo de su madre (que debía ser una suerte de Bernarda Alba de manual), con sus dos hermanos pequeños, en una casa que no conocía, rodeada de gente a la que no estaba apegada, o quedarse en el convento. Y eligió lo segundo: quedarse y empezar a prepararse para pronunciar los votos.

Lo consiguió y se ordenó como monja. Ella pensaba que iba a quedarse en el colegio que ya conocía pero la Orden tenía otros planes y la mandaron lejos, a un colegio de Castilla la Mancha, donde entraría a cuidar a los niños más pequeñitos del internado. Mi suegra guarda muy buenos recuerdos de ese convento y la verdad es que cuando lo describe parece que hablara de una comuna hippy-comunista. Es muy curioso.

Ella cuenta que en ese convento todas eran iguales. Que a la Superiora había que tratarla con 'algo más' de respeto pero que trabajaba como una más. Y allí pasó nueve años de su vida. Nueve años trabajando en comunidad, recibiendo cada vez más responsabilidades. Pasó de cuidar a los niños durante el descanso nocturno a ser la responsable del comedor y más adelante, a ser profesora de labor, dibujo y baloncesto. Si señor. Mi suegra. La monja jugadora de baloncesto. El Mozo alucinaba imaginando a su madre en hábito, botando y encestando una pelota >_<.

Los años pasaron y su hermano mayor la contactó desde Madrid. En la Inclusa hacía falta personal y a su madre no le iba demasiado bien. El dinero que enviaban las hermanas de Francia y él desde Madrid parecía no ser suficiente. Le contó que en Madrid se hacía buen dinero y mi suegra no se lo pensó: abandonó la orden, colgó los hábitos y viajó hasta Madrid, ya como seglar.

<< Continuará....>>

14 comentarios:

  1. !Qué historia! Sigo sin entender por qué tu suegra ocultó esta parte de su vida a sus hijos. Quizá consideró que era una etapa más de su vida y no le dio importancia porque la verdad es que en los pueblos era muy frecuente entre las familias numerosas mandar a uno o varios hijos al seminario/convento. Y no precisamente porque allí pudieran tener más educación que en las escuelas rurales sino porque así había una boca menos que alimentar.
    A mi difunta abuela le tocó ir a servir por ser de las mayores y una muchacha fuertota y siempre me dio la sensación de que hubiera preferido el paso por las monjas. De fuertes creencias religiosas también se casó muy tarde para la época (unos 26 años, de "moza vieja"). Quizá por toda la educación y las circunstancias vividas no tenía más ilusión que sus nietas estudiaran y se casaran (por ese orden) y que un nieto se ordenase cura :-P

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    1. Yo creo que no es tanto que se lo ocultara como que sus hijos la ignoren bastante, sinceramente U_U. Como conté hace tiempo (creo) la pobre mujer se autohizo un regalo para Navidad (en las primeras navidades que pasé con ellos): se compró una colonia, se la envolvió y se la puso a si misma en el árbol. Y cuando la desenvolvió puso cara como de sorpresa e ilusión y ya estaba ahí su cuñado para decir a gritos (y que lo oyera yo):

      - ¿Pero de que te sorprendes si te lo has comprado tú?

      Una pena pero es que tienen poca comunicación la verdad. Y sin embargo, ahí estoy yo, cotilla oficial para enterarme de toda la verdad del asunto, jiji. Ahora bien, que estoy sudando de lo lindo para conseguir material digno de escribirse... Como les cuesta hablar! A este paso voy a tener que emborrachar a mis suegros, jajaja.

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  2. Qué interesante!!
    Madre mia y cómo has hecho para obtener toda esta información??
    Aunq te escribí en el otro post q no veía tan importante lo de los orígenes, me están dando ganas de hacer lo mismo para que mi hija tenga la historia de sus abuelos.

    La vida de mi suegro (alemán) que tuvieron que huir y dejar su casa en lo q era antes Prusia (Alemania) a medida q los rusos iban avanzando. Pasaron muchísimo hambre e incertidumbre mientras su padre tuvo q ir a la guerra y acabó en una prisión rusa mucho tiempo. Sobrevivió y regresó totalmente demacrado nunca quiso hablar ni de lo que vió ni de lo q tuvo q hacer. Se volvió una persona muy sería y taciturna.
    De hecho se aprecian mucho las diferencias entre mi suegro q han pasado penurias y mi suegra cuyo padre se libró de ir y nunca pasaron hambre y es bastante "señorita".
    Un besote
    Lidia

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    1. Pues los emborraché con comida: me los llevé a tomar unos buenos gofres con bien de nata y bien de chocolate. A la próxima me los llevo de cañas y acabamos de sonsacar la información antes xDDDD.

      Fue una época complicada y realmente ves como son personas que profundizan poco. Mi Yayo hablaba mucho pero era una excepción. Si lo pienso bien, mi Yaya apenas hablaba de su infancia ni de su adolescencia. Fueron tiempos muy duros para todos y parece que es una generación que aprendió a hablar de cosas superficiales y nada más. Pero la historia está ahí, solo hay que rascar un poco y sale a la superficie ^_^.

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  3. Lo del baloncesto me ha hecho imaginarme una especie de sister act. Tenía que ser un espectáculo.

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    1. Igualito que nosotros! xDDD. Era en lo que pensaba según nos iba contando. Y por lo visto le encantaba hacer personales O_O.

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  4. Me encanta!!! Una vez me senté a oír historias de mi suegra con sumo interés, entonces ella me relató orgullosa como ahorcaba gatos de niña, añadiendo que podría ahorcar a los míos, mi mamá ogra tiene un par de entradas preparadas desde hace 2 años, pero no me animo.
    Espero la tercera entrega!!!

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    1. Si, bueno, en los pueblos es que son así... No lo tomes en cuenta, es otra forma de pensar y poco vas a sacar de ahí. Mi suegra sigue sin entender que vivamos con la Perrucha Chucha y pese a todo, nos trae champú para perros como obsequio para la 'hermana mayor' de esta casa xD. Es tan mona...

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  5. Me da la sensación por lo que cuentas de que quizás la mujer eligió ser monja porque la opción que le quedaba era aún peor, y no realmente por vocación religiosa... La verdad es que me está encantando la historia y de nuevo me dejas intrigada. Un beso

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    1. La otra opción era bastante horrible. En casa de su madre, en plena miseria, habría acabado o cuidando de esa mujer y sus hermanos o casada con cualquier mozo del pueblo... Así que eligió, claro que eligió! Y un poco después, volvió a elegir :)

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  6. Menuda historia tiene tu suegra! Como para ignorarla yo me pasaría el día cotilleando haha pero soy así por naturaleza...curiosa y a veces cotilla. Con ganas de seguir leyendo la historia! Aunque lo de la "monja del baloncesto" es un puntazo hihi quien la viera!!
    Un besote!

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    1. La historia de mi suegra es de lo mejor que he oído en años. La de mi suegro es más deprimente pero bueno, ya veré si la escribo. Como digo, es importante que Habi conozca sus orígenes ^_^.

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  7. Cuentanos maaaaas!!!!!!! Entre que la historia da de si y tu la relatas muy bien, me he quedado con muchas ganas del siguiente capítulo!!!!

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    1. El mérito es de la historia. Es demasiado buena como para dejarla olvidada en un cajón ^_^. De esta me escribo una novela :p

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